Ha cumplido 61 años confinado. ¿Cómo lo ha celebrado?

—Hemos hecho una celebración en casa, con unas palmeras de chocolate de pastelería porque soy muy golosón. Y poco más. En familia, los cuatro. Pero yo soy muy positivo. Procuro ser optimista y me acomodo bien a las situaciones, por tristes que sean.

¿En qué se concentra estos días?

—Estoy en contacto con mi trabajo, con Bilbao Centro. Los primeros días aproveché para limpiar papeleo y recuperar archivos antiguos, como casi todo el mundo. Yo decía, con sorna, que había hecho tanta limpieza en casa que me sobraba una habitación y la iba a poner para habitación turística. Además también he escrito artículos para el periódico Bilbao con el que habitualmente colaboro.

No creo que haya descuidado a su comparsa Moskotarrak.

—Para nada. Estamos muy pendientes de fiestas, pero también con una idea puesta en marcha a través de redes sociales denominada Encierro made in Bilbao. Hemos recopilado iniciativas curiosas y lo único que pedimos es que se desarrollen aquí o hayan sido promovidas por bilbainos.

¿Tira la toalla con la Aste Nagusia?

—Yo lo veo muy complicado, pero ya nos dirán. Todavía no tenemos el no definitivo, y mientras tanto, pensaremos en la dinámica de siempre. Creo que el no tener txosna va a ser un palo importante porque dependes de eso para la subsistencia de la comparsa. Aunque siempre esperas que la cosa se aclare, puesto que aún falta para finales de agosto, las fiestas son lo menos importante, evidentemente.

Seis ayuntamientos de Ezkerraldea ya las han cancelado.

Sí, lo de las fiestas yo lo veo francamente difícil. Porque además todo esto lleva su tiempo y su organización. Después de carnavales ya tenemos una comisión de Aste Nagusia y estamos hablando con proveedores, hablando del diseño de la txosna, etc.

Y ahora todo en el aire.

No hay que perder la ilusión, hay que ser optimista. Hemos pasado cosas peores. Mira el tema de las inundaciones, eso fue muy impactante. Aunque a mí, más que las fiestas, me preocupan otras cosas.

¿Por ejemplo?

—Afortunadamente no he sufrido fallecimientos a mi alrededor, pero estoy preocupado por amigos y allegados. Tengo amigos que lo están pasando mal por el tema del comercio. Me preocupan también los que se dedican a la hostelería. Por eso me da vergüenza hablar de Aste Nagusia y que alguna gente pueda creer que solo pienso en eso, pero es que hay que ser optimista. Necesitamos ilusionarnos y tener perspectiva de futuro aunque sepamos, en el fondo, que nos estamos engañando. Necesitamos pensar que igual hay fiestas o que pronto se podrá ir a la playa.

De esta crisis sanitaria va a ser muy difícil salir indemne.

—Sí, pocos vamos a salir bien parados porque en esta sociedad todos estamos encadenados. Anímicamente se va a notar mucho. Y nos va a costar mucho asumir la nueva normalidad. Algunos nos tuvimos que adaptar a una nueva situación como fue mi caso. En la anterior crisis económica yo, que era delineante, tuve que reinventarme y recalé en el tema comercial. Hay que estar preparado para asumir nuevos tiempos.

“He cumplido 61 años esta cuarentena y lo he celebrado con unas palmeras de chocolate, soy muy golosón”

“No quiero que se piense que solo hablo de fiestas; me preocupan algunos amigos que lo están pasando mal”