La crisis sanitaria les pilló a Lander Otaola y su pareja, Ylenia Baglietto, en Benidorm, rodando la película El cover Se volvieron a toda prisa a Bilbao con miedo a quedarse aislados en una habitación de la localidad valenciana.

¿Cómo llevan la convivencia sin contacto con más personas?

—Muy bien. Llevamos juntos doce años. Nos conocemos mucho, nos divertimos mucho y la convivencia es fenomenal. Hacemos planes dentro de casa. Nos ponemos objetivos cada día y nos lo pasamos bien. Los días se nos pasan rapidísimo y se nos hacen cortos. Somos unos tarados.

¿Qué aficiones ha descubierto o desenterrado estos días?

Tengo la capacidad de que no me aburro nunca. Por fin he terminado de escribir una novela que llevaba años parada. Nunca tenía tiempo para terminarla y ahora ya me la he quitado. A ver si en 2021 la puedo publicar.

¿Cómo ha afectado este parón a la película que estaba grabando?

—Nos quedan dos semanas de rodaje. En cuanto nos den el OK, lo retomaremos. Pero esto ha sido devastador, porque tenía cinco proyectos y tres se han aplazado y otros dos se han caído definitivamente. Económicamente ha sido un palo bastante duro. Pero soy un tío positivo y no voy a lamentarme. Estoy bien de salud, que es lo importante.

¿Es posible hacer teletrabajo?

Ylenia está haciendo una serie para ETB desde casa. Pero yo no estoy haciendo nada. Es complicado. Puede ser algo que está bien para salvar los muebles y hay mucha gente haciendo directos por Instagram o YouTube, pero el teatro grabado me parece terrible. Yo, como espectador, no lo soporto, así que no lo hago desde casa en streaming.

¿Ni en el balcón para los vecinos?

—No. El trabajo hay que cobrarlo, que mucho nos ha costado. La cultura siempre está menospreciada y, si la vamos a regalar, será terrible.

Ha dejado de ver los telediarios...

—Me deprimen. Son una ola de negatividad. Parece que hay gente a la que le da morbo que las cosas vayan mal y yo me niego a sumarme a esa negatividad. Quiero positivismo a mi alrededor y me he refugiado en la ficción. Lo he hecho desde pequeño. La ficción siempre me salva. En la ficción la gente está alegre o triste, pero sabes que es ficción. No soporto ver el número de muertos que hay. No me ayuda en nada.

¿Qué hará en la primera semana tras el confinamiento?

—Estar con los amigos y la familia. Y abrazar. Tengo muchas ganas de ver humanos y abrazarlos. Veo humanos en el supermercado, pero cuando voy a la compra me siento como un fugitivo que hace algo malo por coger unas naranjas. No puedo abrazar a la gente, no puedo saludarla.

Se ha quedado sin final de Copa…

—Es un derbi histórico. Es el triunfo del fútbol de cantera y del fútbol vasco. Es un partido que tiene que jugarse con público, sí o sí. Creo que han puesto una pandemia para que no haya una final vasca. Es algo histórico y yo quiero vivirlo con mis amigos, que tengo muchos que son de la Real.

¿Ha montado un huerto en casa?

—Ha sido dramático, porque teníamos cuatro plantas preciosas y tras un día de lluvia ya solo tenemos dos plantas preciosas. Han muerto el perejil y el cilantro. Sobreviven el tomillo limonero y el romero.

“Tres proyectos se han aplazado y dos se han suspendido; ha sido un palo duro económicamente”

“Ya no veo las noticias de la televisión, no soporto ver el número de muertos; no me ayuda en nada”