- La consejera de Educación, Cristina Uriarte, se reunirá hoy con los rectores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), la Universidad de Deusto (UD) y Mondragon Unibertsitatea (MU) para analizar si acabarán el curso de forma presencial o a distancia por la crisis del covid-19. La Universidad de Navarra, las diez universidades de Andalucía y las de Castilla y León informaron a su alumnado de que tienen la intención de dar por finiquitado el curso presencial. Sin embargo, la mayoría de las universidades aún no ha decidido cómo acabarán el año académico, qué criterios de evaluación emplearán o cómo computarán las prácticas curriculares necesarias para la obtención del título, que, debido al confinamiento, no se están desarrollando. La UPV/EHU tiene cada año unos 11.800 estudiantes en prácticas, de los que 7.000 realizan prácticas curriculares obligatorias, como en Medicina, Derecho o Magisterio.

Las tres universidades vascas trabajan desde el inicio de la cuarentena en los dos posibles escenarios: recuperar la formación presencial cuando se ponga fin al confinamiento o no volver a las aulas. Por ahora, ni la UPV/EHU, ni MU han adoptado una decisión respecto a lo que resta de curso, aunque, a priori, ninguna de las dos se plantea modificar el calendario académico. La UD tampoco se ha decantado, pero ha diseñado un sistema de evaluación adaptado a la modalidad de presencialidad remota que aplica desde el pasado 16 de marzo. “Si la evolución de la situación y las decisiones de las autoridades permitiesen la vuelta a las aulas, el sistema de evaluación adaptado podría ser aplicado, asimismo, de manera presencial”, explicaron fuentes de la UD.

Según el Ministerio de Universidades, la reunión que mantuvo ayer por teleconferencia con las comunidades autónomas para debatir el desenlace del curso académico sirvió para lograr “un amplio consenso” sobre los siete puntos tratados. Sin embargo la realidad parece otra bien distinta, al menos, para el Sistema Universitario Vasco.

El Ejecutivo de Iñigo Urkullu trasladó al ministro Manuel Castells su “rechazo frontal” a tres de los puntos esenciales tratados: la intención del Ministerio de dar por finalizada la clase presencial, la intención de realizar una quita del 50% en las prácticas universitarias y la intención de unificar el final del curso.

Tras la Conferencia General de Política Universitaria, el viceconsejero vasco de Universidades, Adolfo Morais, cuestionó abiertamente los postulados que defiende el Ministerio de Universidades, ya que “no respetan las competencias” de Euskadi, la autonomía de las instituciones que integran el Sistema Universitario Vasco ni la “independencia” de la Agencia de Calidad.

La nota enviada por Educación al término de la reunión arroja poca o ninguna certidumbre para los más de 55.000 estudiantes universitarios, 6.783 PDI y 2.546 PAS que integran el ecosistema universitario vasco, más allá de que las medidas que se implanten serán acordadas con las tres universidades. No obstante, Morais trasladó un mensaje de “tranquilidad” al alumnado, asegurando que “ningún estudiante perderá el curso por culpa del coronavirus”.

El Departamento no avanzó criterio alguno sobre el regreso a las clases, pero considera que las universidades “están preparadas ante cualquiera de los dos escenarios posibles, tanto el de volver en algún momento a la actividad presencial, como el que podría ser necesario adoptar en coherencia con el estado de emergencia sanitaria declarado por el Gobierno vasco”.