África dispone tan solo de dos o tres semanas para tratar de evitar una “tormenta tan brutal” como la vivida primero por China y después en otros países, especialmente Italia, el Estado español o Estados Unidos. Para ello necesita un estímulo económico de emergencia de 100.000 millones de dólares que le permita adoptar medidas de prevención y apoyar a los frágiles sistemas de salud de los países del continente. Ese es el veredicto que hace de la situación la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para África de la ONU (Uneca), Vera Songwe.

Así, la falta de recursos y personal en el continente exige a las autoridades trabajar con rapidez para limitar la propagación del coronavirus dado que en África los hospitales tienen de media 1,8 camas por cada 1.000 habitantes, según los datos de Uneca. De hecho, este ratio está muy lejos de las 13,1 camas de Japón o las ocho camas por millar de habitantes de Alemania. Además, aunque África suma en torno al 1% del gasto mundial en salud, el continente sufre el 23% de la carga por enfermedades, incluidos los cientos de miles de personas que mueren cada año por malaria, VIH y tuberculosis. “Nuestros sistemas de hospitales son tan débiles y están tan estresados ya que otro embate sobre ellos los romperá”, advierte Songwe, que incidió en que el continente no ha experimentado nunca una crisis de la escala ni la magnitud del covid-19, que deja ya 46 países afectados y más de 4.700 casos, según los datos de los Centros de Control de Enfermedades de la Unión Africana.

Angola, Costa de Marfil y Malí son los últimos países del continente en sumarse a la lista de los que ya han registrado víctimas mortales por la pandemia de coronavirus y que afecta ya a 46 estados del continente.

Según informó el domingo la ministra de Salud angoleña, Silvia Lutucuta, el sábado fallecieron dos de los pacientes con coronavirus, un hombre de 59 años que residía en Portugal y regresó al país el pasado día 12, y un hombre de 37 años que volvió a Angola el 13. Lutucuta precisó, según la agencia oficial Angop, que hasta el momento en Angola se contabilizan siete casos de coronavirus y aseguró que se trabaja para localizar a los contactos de los dos fallecidos con el fin de realizarles la prueba y someterlos a una cuarentena. El mismo procedimiento se seguirá con los contactos de los otros cinco contagiados.

Por otra parte, el ministro de Salud marfileño, Aka Aouélé, anunció el domingo la primera víctima mortal por covid-19 en el país, donde hasta el momento se han registrado 165 casos y cuatro pacientes han superado la enfermedad, según recoge el portal de noticias local Fratmat.

Malí registró el sábado su primer fallecido por covid-19, un hombre de 71 años que falleció a su llegada a un hospital de Bamako el pasado día 26 tras haber estado en Francia recibiendo tratamiento médico, según la agencia estatal de noticias AMAP. En el país se contabilizaron hasta el domingo veinte casos.

Además, en varios países se sucedieron altercados y cargas policiales contra la población el pasado fin de semana. En Sudáfrica, las fuerzas del orden dispararon balas de goma para disolver una aglomeración ante un supermercado. Además, el aislamiento de los millones de personas sin techo que viven en el continente es un auténtico reto para África.

Por todo ello, según destacó Songwe, aunque su impacto en términos de pérdida de vidas, empleos y negocios se dejará sentir durante los próximos doce a 18 meses, la potencial pérdida de trabajadores de la salud y de la educación afectará a ambos sectores durante años. Así, ante la más que previsible catástrofe médica que aguarda a África, la secretaria ejecutiva de la Uneca reclamó un esfuerzo mundial coordinado para ayudar a países y negocios. “Si hay un país africano o en cualquier parte del mundo que aún tiene el coronavirus, todo el mundo lo tiene. Hemos visto la rapidez del contagio y lo rápido que puede volver a propagarse”, concluyó Songwe.