- “La gente se puede enfadar, pero lo que necesitamos ahora es colaboración”. La directora de Gizakia, Estíbaliz Barrón, pide “una mayor sensibilización social hacia otras problemáticas”, como las de las personas sin hogar, después de las polémicas suscitadas por facilitarles tabaco o permitirles jugar un partido en los polideportivos de Bilbao, donde están albergados.

Personas sin techo, con drogodependencias... Un colectivo vulnerable dadas las circunstancias.

-Desde que se decretó el confinamiento, trabajamos en coordinación con el Ayuntamiento de Bilbao y con Salud Mental porque la previsión es que van a faltar las drogas en la calle y va a haber muchas personas que entren en síndromes de abstinencia. Esta situación está generando mucha ansiedad en toda la población y las personas con patología mental o con trastornos de conducta o de personalidad son más vulnerables a estos estresores.

¿Qué medidas han tomado para paliar las posibles consecuencias?

-Hemos ampliado de nueve de la mañana a seis y media de la tarde el horario de la sala de consumo supervisado, en la calle Bailén, y lo hemos convertido también en un centro de desintoxicación e incluso de dispensación de metadona.

Disponen de una unidad móvil.

-Sí y veremos si tenemos que activar más. Estamos dando atención psicológica, médica y de enfermería a quienes están en los albergues habilitados por el Ayuntamiento.

No parará ni un minuto...

-Estamos trabajando a destajo, hasta las doce en muchas ocasiones, porque mucha gente está entrando en síndromes de abstinencia de diferentes medicaciones.

Ha habido motines. ¿Van ligados a esos síndromes de abstinencia?

-Van ligados a eso y a otras cosas.

Se solventa el motín de Txurdinaga porque se les ha dado tabaco. Pues sí, se les ha dado tabaco, como a cualquier fumador, porque sabemos que si no, vamos a tener serios conflictos, pero como le pasaría a cualquier persona que fuera fumadora y que necesite tabaco. Por eso están abiertos los estancos. Parte de las situaciones conflictivas que se han generado han tenido que ver con que la Policía no les ha permitido salir cuando, en realidad, no están detenidos. Si juegan un partido de fútbol, porque necesitamos que estén contenidos y se muevan, la gente se queja y les graba en vídeo. Eso es lo que nos preocupa.

De hecho, hace un llamamiento a una mayor concienciación con respecto a estos colectivos.

-Necesitamos la ayuda de la población. Lo principal es que el que tenga casa se quede en ella y que no generemos situaciones de enfado, de debate social, todo ese tipo de cuestiones que se vuelcan sobre estos colectivos como si fueran culpables. Esta gente está tan asustada como podemos estar el resto.

Pide un poco de comprensión.

-Esta situación no era previsible. Estamos actuando de urgencia y se están poniendo en marcha todos los paliativos posibles, también para la población general, porque hay quien se cree que solo se atiende a las personas que estaban en la calle. Sabemos el estrés que esto va a producir en toda la población.

Hay personas que van al supermercado solo a comprar alcohol.

-Hay personas alcohólicas que van a ser conscientes ahora de que lo son porque no pueden hacer sus rondas habituales. Cosas que le pueden parecer llamativas a la población general tienen sus razones médicas y psicológicas.

¿También les atienden a ellos?

-Claro. Están los teléfonos de la Fundación Gizakia atendiendo y nos estamos coordinando también con otros recursos, como la Fundación Etorkintza y otras entidades sociales, que son las que gestionan los polideportivos. Uno de los objetivos fundamentales es tratar de contener que todas estas personas lleguen precisamente a las urgencias hospitalarias, a los centros de salud o a los centros de salud mental para evitar situaciones de contagio y, sobre todo, para evitar el colapso del sistema sanitario, que bastante tiene en este momento.

“Hay personas alcohólicas que van a ser conscientes ahora de que lo son porque no pueden hacer sus rondas habituales”