Bilbao - Hace unos días, cuando se dieron a conocer los resultados del Informe PISA en el que el alumnado vasco recuperó el aliento tras la debacle de 2015, la consejera de Educación, Cristina Uriarte, afirmó que PISA “no es la foto” del sistema educativo vasco. Los especialistas coinciden en que la “foto” de la escuela vasca, como dice la consejera, se compone de muchos otros factores, como la inversión pública, el grado de equidad, el nivel de abandono prematuro? La propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) reconoce en su informe que el rendimiento de un sistema educativo no se puede medir solo tomando aisladamente los resultados de PISA. “Es imprescindible -dice- referir los resultados al contexto en el que se han dado para conseguir una visión global más adecuada y así determinar el grado de equidad del que se benefician los alumnos, los profesores, las familias y toda la sociedad en su conjunto”.

Dos de esos factores son la tasa de repetidores y los resultados académicos que obtiene el alumnado en las evaluaciones trimestrales que debe superar para pasar el curso u obtener un título. Estos dos índices son importantes porque miden el rendimiento real y continuado de los estudiantes a lo largo de todo un curso en el que puede haber altibajos, y no solo en los tres días del examen de PISA. También muestran la capacidad de un sistema para dejar atrás al menor número de estudiantes posible, que es el primero de los síntomas que llevan al fracaso escolar.

Si PISA colocó al alumnado de 15 años en el pelotón del Estado -entre normales y poco excelentes- pese a ser la comunidad autónoma que más dinero invierte en educación, lo cierto es que en el día a día los estudiantes vascos son los más eficaces. Según el informe Resultados académicos del curso 2017-2018 que acaba de publicar el Ministerio de Educación, y que presenta por comunidades las tasas de graduación al finalizar las diferentes etapas educativas (ESO, Bachillerato y FP), el alumnado vasco encabeza el ranking estatal. Esto se une a que Euskadi es tras Catalunya la comunidad autónoma con la tasa de repetición más baja del Estado (20%).

Según la OCDE, la reducción de la tasa de repetidores de curso en la educación obligatoria sigue siendo la “asignatura pendiente” y es “un reto esencial” del sistema educativo del Estado español. Y es que, los altos porcentajes de repetición representan un problema importante para el sistema educativo en su conjunto y para los estudiantes afectados en particular, ya que estos no suelen obtener resultados positivos en los años posteriores y, en consecuencia, “están en riesgo de abandono escolar temprano, con lo que supone de pérdida de posibilidades de empleo de calidad para su futuro, sin descartar el riesgo de exclusión social”.

En la letra pequeña de PISA 2018, la que no salió en los titulares de prensa, refleja que las comunidades autónomas con las proporciones más bajas de estudiantes repetidores son Catalunya (15%), la CAV (20%) y Nafarroa (24%). Todas las demás superan el 25% de estudiantes que han repetido al menos un curso de la educación obligatoria, llegando a alcanzar a uno o más de cada tres estudiantes en Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura, Región de Murcia y La Rioja. Además, en Ceuta y Melilla la proporción de repetidores al final de la etapa obligatoria está muy cerca del 50% de estudiantes. Estas cifras, unidas al 29% que presenta la media de España, “son realmente alarmantes por el alto coste social y económico que supone para el país”, advierte la OCDE. Si bien las tasa de repetición en Hego Euskal Herria son positivas, tampoco son para echar cohetes porque el promedio en la OCDE es del 11% y en la UE del 13%.

Los estudiantes sacan nota En el otro lado de la balanza se encuentra el alumnado que al acabar una etapa logra el título. Un año más, el alumnado vasco saca nota. Euskadi es la comunidad con la tasa bruta de población propuesta para el título de ESO, Bachillerato y FP de Grado Medio y Grado Superior más alta de todo el Estado. Además, es la segunda comunidad que más estudiantes de FP Básica logran sacar el título, los ciclos formativos surgidos con la Lomce que sustituyeron a los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), para ofrecer una alternativa al alumnado más retrasado y que de otra manera habría abandonado los estudios.

Según el Ministerio que dirige Isabel Celaá, el volumen de graduados de ESO en el Estado ha crecido 2,3 puntos con una tasa bruta del 77,8% respecto de la población que tiene la edad teórica de finalizar ese nivel educativo. En Euskadi, esa tasa llega al 86%, un 0,6% más que el curso anterior. Comunidades con un nivel económico similar tienen una tasa de graduados de ESO del 78,4% y el 83,2%. Algo similar sucede en el resto de niveles. La media estatal de titulados de Bachillerato es del 55,4%, mientras que en Euskadi asciende al 67,7%. La comparativa en FP también demuestra la solvencia del sistema vasco. Mientras que la tasa media de titulados en Grado Superior en el Estado es del 29,3%, en Euskadi se sitúa en el 45%.