Los límites no son físicos, sino que están en la cabeza. Esta es la frase de cabecera de Aimar del Pozo, un joven sopeloztarra que sufre tetraparexia, una enfermedad que provoca parálisis cerebral, lo que no le impide cabalgar sobre las olas en la playa de Atxabaribil con la ayuda de Peñatxuri Surf Eskola. En esta ocasión no toca hablar de las hazañas de este adolescente risueño sobre un kortxipan, sino de un reto mucho mayor: saber qué hacer después del Bachillerato. En ese sentido Aimar es como todos los estudiantes que este año harán la selectividad, solo que en su situación las preguntas se multiplican en su cabeza y, sobre todo, en la de su familia.

Para despejar dudas Aimar, acompañado de su ama, acudió a Voces del Alumnado, un encuentro organizado la semana pasada por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en Bilbao y Donostia para “explicar a los estudiantes con discapacidad de ESO y Bachillerato que la universidad es una opción real para dar continuidad a su trayectoria académica. En ocasiones, su entorno o en el instituto les disuaden de la vía de la universidad, les dicen que no pueden. Pero querer es poder y la universidad no les va a poner barreras, al contrario, les va a dar los apoyos que necesiten”, explicó Txelo Ruiz, vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad.

Lo de querer es poder puede sonar naif en boca de quien no tiene una necesidad educativa especial. En cambio, la expresión gana autenticidad cuando quienes enarbolan el mensaje son Nerea, Ander, Manex y Claudia, los cuatro universitarios con discapacidad encargados de contar cómo está siendo su experiencia en la carrera. “Querer es poder, a tu ritmo, siempre habrá alguna manera de hacer las cosas aunque no sea la manera establecida”, dijo Claudia Iturregi al término de su intervención. Claudia es ciega y cursa segundo de Derecho en el campus de Leioa. Al igual que Aimar, ella hace surf y también esquía, “es que yo hago muchas cosas porque en mi casa me aburro”, afirmó.

Bromas a parte, Claudia explicó que la universidad no es ningún camino de rosas, pero como no lo es para cualquier persona sin discapacidad. “El primer día todo el mundo va a estar igual que tú, preguntándose qué va a pasar, ¿conoceré a gente maja, me adaptaré a las clases?”.

SERVICIO DE ATENCIÓN

Carta de recursos

Adaptación de los materiales y exámenes

El Servicio de Atención a las Personas con Discapacidades de la UPV/EHU orienta y apoya a los 400 estudiantes censados este curso y sigue caso a caso a lo largo de todo el grado. Cuenta con un amplio catálogo de recursos para cada una de las discapacidades. Se ofrece desde estudiantes voluntarios para la toma de apuntes a los que gratifican con créditos del grado hasta software adaptado para hacer los textos accesibles (Zoom-text, Jaws), emisoras FM para las personas con déficit auditivo, medios ópticos, ordenadores, mobiliario adaptado o la adaptación del currículum.

Kepa González, técnico de este servicio, explicó que tras evaluar cada uno de los casos “se remite al profesorado un informe con la discapacidad que tiene un estudiante que recoge los recursos de apoyo que tiene asignados y las adaptaciones de los exámenes, si es que las han pedido”. Además de facilitar textos accesibles (tipo y tamaño de letra, espacios, gráficos) este alumnado puede pedir una transcripción del examen incluso un aula a parte, por ejemplo, en los casos de fobias sociales o ansiedad. Las personas con dislexia o trastorno de déficit de atención pueden solicitar que se les lea la prueba al principio y al final de la misma para facilitar su comprensión.

“Cuando la discapacidad es visible hay una tendencia a aceptar que esa persona necesita una adaptación para seguir la asignatura con normalidad, pero cuando la discapacidad no se nota, cuando es invisible, hay todavía dificultades entre el profesorado para asumir que hay que adaptar los materiales o los exámenes”, afirmó González. Para ello, la universidad ofrece formaciones de sensibilización. “En lo que a mí respecta -señaló Claudia- los profesores han sido muy majos y me han puesto cero problemas”. Eso sí, “unos profesores te hacen caso y otros no te hacen ni caso. Tienes que ir detrás de ellos para recordarles tu situación, pero supongo que como cualquier otro estudiante con sus cosas”, confesó Claudia, que entró en Derecho gracias a su nota media de 10,7 y no a través del cupo por el que se reserva el 5% de las plazas a este colectivo.

COLECTIVO HETEROGÉNEO

Necesidades especiales

Enfermedades físicas crónicas y psicológicas

La inmensa mayoría del alumnado censado por el servicio de atención a la discapacidad de la UPV/EHU (279 de 390) pertenece a la categoría que agrupa patologías derivadas de enfermedades orgánicas de larga duración, así como trastornos psíquicos y dificultades de aprendizaje. Según los datos facilitados, este curso académico hay 29 estudiantes con déficit visual, 21 tienen problemas de audición y otras 61 personas padecen una enfermedad motora. Muchos de estos estudiantes solicitan la ampliación del tiempo en los exámenes para poder compensar así sus limitaciones físicas o psicológicas.

Es el caso de Manex Esnal, un joven de la localidad guipuzcoana de Aia que se trasladó a Bilbao para estudiar Económicas en Sarriko. Manex sufrió un accidente de tráfico con 16 años. Desde entonces su vida está unida a una silla de ruedas. “El accidente paró un poco mis estudios porque estaba terminando primero de Bachillerato. Entonces tuve que estar en el hospital varios meses, los profesores venían a darme clase al hospital y optamos por hacer Bachillerato en tres años. Elegí Económicas y quise trasladarme a la residencia de estudiantes Miguel de Unamuno, que es estupenda”, relató. Manex recuerda con “ilusión” y “nervios” su primer día de clase. Poco a poco, dijo, “vas encontrando tu lugar en una vida muy diferente a la que vivía en el pueblo, lejos de la familia, y también tu ritmo para sacar adelante la carrera. Lo único especial que necesito es que la mesa esté a mi altura y más tiempo”.

GESTIÓN DEL TIEMPO

No ponerse barreras

Seguir un ritmo propio es clave para aprobar

Según Ander Bedialauneta, estudiante de Ciencias de la Educación Física y el Deporte, quienes ahora están en Bachillerato deberían tener en cuenta varios aspectos para no pasarlo mal en la universidad, “elegir bien lo que quieres estudiar”, “esforzarse al máximo” y “gestionar bien los tiempos”. Y es que, como afirmó la vicerrectora de Estudiantes, “la universidad no regala nada a nadie”.

Ante esta realidad, Ander destacó que “no te tiene que agobiar el factor tiempo, tienes que ir a tu ritmo, da igual que acabes en cuatro o en seis años. Lo importante es que no te ahogues”. También recomendó a todos los menores discapacitados que se acercaron al encuentro que “mantengan un contacto con el profesor, que te vea, que sepa quien eres y lo que precisas, que preguntes las dudas”. En definitiva, dijo, hay que establecer un canal de comunicación fluido con el profesorado, bien en persona o, como en su caso, a travésde la intérprete de lengua de signos que le acompaña en la carrera, Naia Ajuriagogeaskoa.

Nerea Goikoetxea, en cambio, tiene asignada una especialista de apoyo educativo. Nerea estudia el doble grado de Administración y Dirección de Empresas más Derecho. Su miopatía de central core, una rara enfermedad neuromuscular que le impide andar desde niña, no ha supuesto obstáculo alguno en el camino que conduce a sus sueños. “Desde pequeña he tenido muy claro que yo quería ser empresaria, no sabía cómo, solo sabía que quería ser rica y una fashion victim, que lo de trabajar no era lo mío. Pero luego me di cuenta que para triunfar hay que currárselo mucho”. En un principio, afirmó, “en Bachillerato quería hacer ADE y al final mi familia me animó a hacer el doble grado si podía”. En casa le propusieron que probase a hacer el primer año y que si veía que era demasiado para ella dejara uno de los grados. “Ahora está en quinto, así que tan mal no parece que me haya ido”, bromeó.

El pasado verano Nerea hizo prácticas voluntarias, que se buscó ella misma, en una tienda de ropa de segunda mano on line de Erandio. Ahora está deseando volver a meter la cabeza en el mundo laboral tras disfrutar de “la libertad e independencia que te da la vida universitaria”. Según manifestó, la experiencia “está siendo muy positiva, los profesores han sido muy amables, a principio de curso se acercan para ver si necesito algo, una adaptación diferente, algo que no se les haya comunicado”. Afortunadamente, señaló, “solo necesito una ayuda puntual para ir al baño y más tiempo en los exámenes porque en Derecho hay que escribir mucho y se te cansan las manos”. Pese a su aparente fragilidad, Nerea es una mujer muy fuerte, como lo demuestra el mensaje que lanzó a los chavales y chavalas que se acercaron a la sesión de mentoring organizada por la UPV/EHU. “Yo os animo muchísimo a entrar en la universidad, hay que llenar las clases con más gente como nosotros, hay que ignorar a la gente que nos mete en la cabeza que no podemos hacer lo que queremos y los demás pueden. Mis padres siempre me han dicho que yo conozco mis limitaciones, esas cosas no las puedo hacer, pero que en todo lo demás me esfuerce”.