Bilbao - La barrera de los dos millones de habitantes quedó hecha añicos en 1975. Un hito que, además de histórico, ya anticipaba la consolidación de Euskadi como ventana de nuevas oportunidades después de varias décadas de crecimiento desbocado: desde 1940 a 1970, por ejemplo, el censo de la CAV pasó de 948.096 a 1.867.287 personas. Y desde entonces la población vasca ha sabido mantenerse -con ligeros altibajos- siempre por encima de esa seductora cifra de dos millones. Así, hasta que el pasado 1 de enero se tocó techo con el máximo histórico: 2.188.017 personas.

Una circunstancia que, a pesar del preocupante descenso de la tasa de natalidad y del progresivo envejecimiento poblacional, anima a pensar que la CAV continúa siendo destino preferente para muchas personas que quieren hilvanar su itinerario vital o laboral en este entorno. Y quizás también por ese motivo, Euskadi es la segunda comunidad con mayor densidad de población, 300 personas por kilómetro cuadrado de territorio, solo por detrás de Madrid.

De hecho, según datos estadísticos recopilados por el Eustat, los tres territorios históricos han experimentado durante los últimos veinte años un aumento de población, una tendencia más evidente en Araba y Gipuzkoa. Entre 2018 y 2019, sin ir más lejos, este último territorio ha ganado 2.928 residentes adicionales por lo que, según el Instituto Vasco de Estadística, “sigue con su línea de aumento” iniciada hace casi dos décadas, con ganancias de 44.427 habitantes en ese periodo, hasta los 717.197 actuales.

Le sigue Araba cuya población a día de hoy se sitúa en 327.967 residentes, 2.449 más que el año anterior y 44.479 más que en el no tan lejano 1999, “ganancia similar a la de Gipuzkoa”, ilustraban ayer desde el Instituto Vasco de Estadística. Bizkaia, por su parte, con una población de 1.142.853 habitantes, es el territorio con menor incremento de población, tanto respecto a 2018 -con un incremento de 2.191 habitantes- como en las dos últimas décadas, plazo en el que ha sumado 15.856 residentes.

Entrando más al detalle, el informe hecho público por el Eustat refleja que las tres capitales vascas engordaron sus padrones municipales a lo largo del año pasado, pero fue Gasteiz la que más creció, con 2.334 personas. Donostia y Bilbao ganaron 663 y 620 habitantes, respectivamente. “El análisis de un periodo más amplio, sin embargo, arroja resultados dispares”, prosigue el informe Estadística municipal de habitantes 2019. Y es que en 2009 las capitales vizcaina y guipuzcoana alcanzaron sus máximos históricos, pero a partir de entonces, en el botxo el descenso ha sido constante, con un resultado de 11.626 habitantes menos en estos últimos diez años; y Donostia ha tenido altibajos, con el resultado de 922 residentes menos con respecto a 2009. Por su parte, la población empadronada en la capital alavesa -salvo en 2013 y 2014- no ha hecho más que crecer y alcanzó el pasado 1 de enero su censo más voluminoso: 246.149, lo que supone 11.408 habitantes más que en 2009.

Barakaldo y Getxo, a la contra El resto de los municipios que conforman la CAV “no ha tenido variaciones significativas de sus poblaciones en el último año”, describe el Eustat. El que más páginas añade a su padrón es Barakaldo, con 442 personas más, lo que supone un 0,45% de aumento relativo. Astigarraga es el que mayor subida porcentual ha tenido con un 4,36%, lo que se traduce en 258 vecinos más.

En sentido contrario figura Getxo, que es el municipio con mayor descenso absoluto de población, 442 habitantes, aunque ello supone solo un descenso del 0,57%. “Esta evolución negativa se repite en el conjunto de la comarca del Gran Bilbao, que ha perdido 17.324 habitantes en los últimos diez años. En contraposición, la Llanada Alavesa ha incrementado su población en 13.057 en ese mismo periodo”, apostilla el informe del Instituto Vasco de Estadísticas.

El citado documento también analiza el perfil de la población y, a tenor de los datos recopilados, en la actualidad Euskadi supera la proporción de población de más de 65 años registrada en el Estado, ya que en la CAV es del 22,2% y la media estatal es de 19,4%. Una lectura a la hemeroteca estadística del Eustat confirma que hace diez años el porcentaje de población mayor de 65 años no llegaba al 19%.

“Hay mucha disparidad en cuanto a la edad de la población residente entre los municipios vascos y, más concretamente, en relación al porcentaje de personas con 65 y más años, que oscila entre el 10,1% de Irura, en Gipuzkoa, y el 41,6% del Valle de Arana, en tierras alavesas”, ilustra el Eustat.

Atendiendo a edades más avanzadas, las personas de 85 y más años han pasado de suponer el 2,4% en 2009 al 3,9% en 2019. Las mujeres con estas edades son el 5,1% del total de la población, mientras que en el caso de los hombres el porcentaje baja al 2,5%. Y en el segmento de población que sopla 100 y más velas el proceso de engordamiento “ha sido más intenso”: de 403 personas en 2009 se ha pasado a 717 diez años después, de las que el 85,8% son mujeres, informaban.

“Poniendo el foco a nivel comarcal, destaca la alta proporción de personas mayores en la Montaña Alavesa, alcanzando el 26,8%, mientras que la siguiente comarca con mayor porcentaje, Markina-Ondarroa, tiene el 23,7% y baja al 17,0% en la comarca de Plentzia-Mungia”, concluye el informe.