Bilbao - La organización Save the Children presentó ayer en rueda de prensa el informe El camino hacia la recuperación: respondiendo a la salud mental infantil en contextos de conflicto coincidiendo con los días previos a la asamblea general de las Naciones Unidad donde tratarán cuestiones de suma importancia para la infancia. Sin ir más lejos, la ONG, que este año celebra su centenario, estima que más de 24 millones de niños y niñas de los 142 millones de menores que viven en zonas de conflicto de “alta intensidad” necesitarán apoyo psicológico en el futuro.

Según la entidad, casi una quinta parte de las personas que viven en zonas de conflicto y que se han desplazado por esa situación necesitarán asistencia psicológica y otro 5% experimentará algún trastorno de salud mental grave. Además, reveló que desde 2010 la cantidad de menores que viven en zonas de conflicto ha aumentado un 37% y la cantidad de violaciones graves de las que han sido víctimas, como asesinatos y mutilaciones, reclutamiento para integrar fuerzas armadas y violencia sexual, lo ha hecho en un 174%.

El director de Programas Internacionales de Save the Children, David del Campo, destacó que las guerras están cambiando y “son cada vez más cruentas, incluyendo como estrategia el daño a la infancia de forma planificada”. “Hay intencionalidad en la destrucción o inhabilitación de 2.200 escuelas en Siria y tampoco es casual que en Yemen más de 400.000 niños sufran una situación de malnutrición severa aguda”, manifestó.

Muchos de estos menores también son separados de sus padres. En 2017, según la ONG, unos 173.800 niños y niñas se quedaron solos o fueron separados de sus familias y más de 8.000 fueron secuestrados, reclutados y usados en fuerzas armadas. Además, Del Campo señaló que “debido al estrés tóxico que pueden sufrir estos menores pueden llegar a retroceder diez años de golpe y empiezan a no dormir por la noche, a sufrir pánicos, psicosis...”.

Objetivos Mediante la campaña #NoALaGuerraContraLaInfancia, la organización aboga por promover las escuelas como lugares seguros, prohibir el uso de armas explosivas en zonas pobladas, exigir que haya justicia por delitos contra niños y niñas e impulsar nuevas formas de apoyarlos en su recuperación tras los horrores del conflicto. “Se necesitan más especialistas en salud mental y más recursos para ayudar a los menores. Ahora en Siria para seis millones de menores hay 15-20 psiquiatras disponibles”, denunció Del Campo.

En este contexto, ha hecho llegar al Gobierno este informe sobre la salud mental infantil en lugares de conflicto y lanza una petición de firmas para pedir al Gobierno que proteja a la infancia atrapada en las guerras actuales y suspenda “de manera inmediata” todo tipo de transferencia de armas españolas a países de conflicto”. Al mismo tiempo, también solicita rendir cuentas a los responsables de violaciones contra la infancia en conflicto.

La organización quiere también que la Asamblea General de la ONU de este mes incluya este asunto en su agenda, al considerar que representa una oportunidad para lograr de los países implicados un aumento de la financiación destinada al apoyo psicológico de estos menores.