DONOSTIA. Cabezudo se encuentra en prisión provisional en la cárcel de Martutene desde hace más de un año mientras un Juzgado de Instrucción de Donostia le investiga por presuntos abusos a modelos, estafa, agresión sexual y elaboración de pornografía infantil, entre otros delitos.

Una causa de la que, por su complejidad, han sido desgajados múltiples asuntos, entre los que se encuentra esta causa en la que el Ministerio Público le imputa un delito de desobediencia grave a la autoridad, por no respetar la orden judicial de hacer desaparecer cualquier vídeo o imagen de una de sus presuntas víctimas que pudiera tener en sus páginas web o en cualquier "perfil público de una red social" en el que apareciera la perjudicada.

Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, el fotógrafo supuestamente "dejó" que en dos páginas pornográficas de internet "permaneciera publicada una ficha completa" de esta chica "con su nombre y apellidos reales".

El Ministerio Público aclara en su texto que ambos sitios web "disponen de direcciones de correo electrónico para reclamaciones de propiedad intelectual y se adhieren a los requerimientos" que se les realicen, "en virtud de la norma estadounidense de protección de la propiedad intelectual en internet, que contempla la posibilidad del secuestro de páginas y fuertes sanciones".

La Fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de un delito de desobediencia grave a la autoridad, por el que reclama nueve meses de reclusión para Cabezudo.

Esta petición se suma a otra formulada recientemente, en la que el Ministerio Público también solicitó nueve meses de prisión para el fotógrafo por intentar borrar, presuntamente, imágenes de un servidor informático antes de que la Ertzaintza pudiera acceder a él en busca de pruebas para la investigación que se sigue en su contra.

Además de estas dos causas, aún pendientes de fecha para juicio, Cabezudo ya ha sido condenado a dos años y tres meses de cárcel por un delito de obstrucción a la Justicia en concurso con otro de coacciones por intentar intimidar a una testigo colgando una fotografía suya desnuda en una red social, si bien la sentencia no es firme ya que el fotógrafo la ha recurrido en apelación ante la Audiencia de Gipuzkoa.