Bilbao - “Después de ocho años trabajando en otro sector necesitaba un cambio en mi vida. El mundo del montaje me atraía mucho por lo que decidí estudiar Mecatrónica Industrial”. Marta Vázquez es ahora montadora de moldes y subconjuntos de Ulma Packaging y una de las pocas jóvenes que se ha decidido a estudiar un ciclo de Formación Profesional (FP) industrial. Las chicas representan apenas un 6% del alumnado de la rama industrial y esta situación se ha convertido en el foco de atención para las administraciones y agentes sociales vascos porque es un nicho de empleo seguro y falta mano de obra cualificada. “¿Por qué las chicas no eligen la FP industrial vasca aun sabiendo que prácticamente el 100% tiene empleo garantizado en apenas seis meses y alineado con sus estudios?”, se preguntó Julen Elgeta, presidente de la Asociación de Centros de Formación Profesional de Euskadi (Hetel).

El “desconocimiento” sobre lo que ofrece la FP y los “estereotipos” de género que aún perviven en torno al mundo industrial pueden explicar un problema que se da en toda Europa. Por ejemplo, en Alemania solo el 5% de las chicas optan por FP industrial y de ese porcentaje, el 90% lo cursan porque hay antecedentes en la familia. “No podemos cambiar las familias, pero sí crear referentes”, dijo Elgeta. Hetel patrocina, junto a la BBK y la Fundación Euskaltel, una campaña denominada Pioneras FP, Crea tu propio camino. Escoge FP con el objetivo precisamente de dar a conocer a la juventud, pero sobre todo a las jóvenes, las salidas profesionales que tienen determinadas titulaciones tecnológicas de FP a través de referentes cercanos, chicas que ya están trabajando en el sector industrial.

Ainara Carreras, técnica de calidad en DyF; Ane González, ingeniera de unidades móviles de ETB; Edurne Fernández, técnica de mantenimiento en ARM Robotic, o Noelia Tejerina, analista de laboratorio en Petronor, son algunas chicas que protagonizan esta campaña a través de diez vídeos en los que cuentan su trabajo diario desde su empresa actual. Los vídeos se complementan con un anuncio en el que cuatro mujeres pioneras en distintos ámbitos, como la jueza Garbiñe Biurrun, muestran “cómo ellas eligieron un camino nuevo, sin miedos, y recursos”, y cartelería para trabajar en el aula. Según explicó Elgeta, este material quiere “ser más que un recurso educativo para trabajar en aulas de Euskadi -de ESO, ciclos de FP feminizados o bachiller- y busca que cale en empresas, familias y en la sociedad a través de cartelería que se pondrá en espacios públicos, de la página web o a través de otras formas de difusión”.

La FP vasca ha conseguido que aproximadamente un 50% del alumnado de ESO se decante por esta opción en vez ir a la universidad. De hecho, las matriculaciones en los últimos años han ido en aumento, de las cuales, el 35% corresponde a mujeres. El porcentaje de mujeres que optan por realizar un curso industrial es de un 6 o un 7%, “un porcentaje que permanece prácticamente inmóvil desde hace diez años”, explicó el presidente de Hetel. Así, mientras ciertos ciclos tienen hegemonía femenina, como estética y belleza, peluquería, actividades comerciales, arreglo y reparación textil, (100%), Educación Infantil (95%) o Cuidados auxiliares de enfermería (88%), hay ciclos en el que la presencia femenina es una mera anécdota. Es el caso de ciclos como instalaciones de producción de calor, mantenimiento electromecánico, automoción, instalaciones eléctricas y automáticas, mecanizado, soldadura y calderería, conformado por moldeo, sistemas electrotécnicos y automatizados, donde el porcentaje de mujeres se sitúa por debajo de un 4%.

“Tenemos que tratar de romper esta tendencia por una parte y ayudar a que las empresas sean más inclusivas con el papel de la mujer en la industria”, afirma Elgeta para reconocer que aún se topan con las reservas de muchas empresas, sobre todo las más pequeñas, a la hora de acoger a chicas. Pero una vez dentro, la experiencia suele ser positiva. Vázquez comentó que siempre ha sentido gran “compañerismo” en la planta de Ulma donde es la única mujer, a parte de la limpiadora.

Yaiza Guerra es diseñadora y metróloga en talleres Asca, donde se asegura de que las piezas que mecanizan cumplen con las características geométricas y de tolerancia que marca el cliente. “Decidí estudiar una FP porque tras mi paso por la universidad me di cuenta de que los conocimientos que estaba adquiriendo eran más bien teóricos y me veía un poco perdida a la hora de entrar en el mercado”, dijo. Entonces decidió cambiar a la FP porque “creía que iba ser más útil para tener una profesión”. Además, tenía la opción de hacer prácticas en el extranjero, formación dual y eso “iba a servirme para el futuro y para los propósitos que tenía que eran trabajar en definitiva”.