Madrid - El suicidio asistido de María José Carrasco, enferma terminal, con la ayuda de su marido, Ángel Hernández, y la detención y posterior puesta en libertad de este en Madrid reabrieron el debate sobre la despenalización de la eutanasia, una cuestión paralizada en el Parlamento por el anticipo electoral.

Durante tres décadas con esclerosis múltiple, patología que le fue diagnosticada con 32 años, María José expresó a su marido “muchas veces” su deseo de morir y poner fin al sufrimiento causado por esta enfermedad degenerativa para la que en la actualidad no existe cura.

El miércoles fue el día escogido por el matrimonio, que grabó en vídeo el suicidio asistido. La mujer constata en la cinta su firme decisión de morir, para lo que necesitó la ayuda de su marido, detenido horas después y puesto posteriormente en libertad sin medidas cautelares tras comparecer ante el juzgado de guardia.

El fiscal decidió no pedir ninguna medida cautelar para el detenido, por lo que el juez lo dejó en libertad investigado por un delito de cooperación al suicidio, según las mismas fuentes, que añadieron que durante la comparecencia reconoció haber ayudado a su mujer a morir.

Ángel Hernández tiene la obligación de acudir al juzgado tantas veces cuanto sea requerido en el transcurso de la investigación judicial, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en un comunicado.

A la casa, situada en la calle Federico Sainz de Robles, en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca, acudieron, poco antes de las 15.00 horas del miércoles, los sanitarios del Summa que confirmaron el fallecimiento y alertaron a la Policía de que el marido había suministrado una sustancia para provocar la muerte de su mujer.

Además del vídeo, Ángel escribió una carta en la que relataba el sufrimiento de su esposa y anunciaba la decisión de ayudarla a morir. “Es evidente que el deseo de María José a fin de que se cumpla necesita que se la ayude, por su incapacidad a realizarlo por ella misma, y como es una constante en ella demandar ese auxilio no habrá más remedio que proporcionarle esa ayuda para que su deseo se cumpla”, explicó el marido en una carta hecho pública por la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD).

En la misiva, el hombre detalla los motivos que llevaron a la pareja a tomar esta decisión y se dirige a los “negacionistas” de la eutanasia para pedirles que sean conscientes “del dolor que ocasionan a todos aquellos que como María José y su familia sufren por su actitud”.

En el mercado negro En el mismo sentido se pronunció el presidente de DMD, Javier Velasco, quien ve “injusto que se impute penalmente a este hombre por un “acto de amor, ayuda y respeto a la voluntad de su mujer”. Precisamente fue hace años cuando la propia Carrasco pidió a DMD que acudiese a su casa para que le explicaran qué opciones tenía para poder morir, ya que llevaba años siendo totalmente dependiente y “no podía ni coger un vaso”.

Tras mucho tiempo oyendo a su mujer que le ayudara a morir, y después de estar a la espera de la aprobación de la Ley de Eutanasia, que no salió adelante por la disolución de las Cortes, Hernández acudió al mercado negro a comprar pentobarbical sódico para ayudar a morir a su mujer.

El producto se bebe y tarda unos treinta minutos en hacer efecto. “Ángel ha estado aplazando esta decisión, pero su mujer no estaba dispuesta a aguantar más y no le quedó mas remedio”, dijo el vicepresidente de DMD, Fernando Marín. - Efe/E. P.