Bilbao - Licenciada en Derecho, Begoña Serna Legorburu se jubiló hace dos años tras una intensa y fructífera vida laboral. Ha estado en el mundo sindical, en la empresa privada y, en su última etapa, al frente de una empresa de servicios. En cambio, no son pocas las barreras y recelos que ha tenido que superar a lo largo de los años. “Tienes que estar demostrando constantemente tu valía, te están poniendo a prueba siempre. Como emprendedora, cuesta que crean en tu proyecto y, por supuesto, en ti”, asegura. Cuando empezó a trabajar en un sindicato del sector de la marina mercante, en 1978, la mujer no podía estudiar Náutica. “Cuando acudía a alguna asamblea a Galicia, por ejemplo, relacionada con un expediente de regulación de empleo, me veían con recelo. Después de demostrar que sabías de lo que hablabas, ya confiaban en ti. Pero siempre te sentías en el punto de mira”, explica.

Serna ha tenido que escuchar expresiones como “donde mejor estás es fregando” y que “algún compañero te diga que las mujeres damos colorido a la empresa”. En su etapa de jubilada, acude con asiduidad a las manifestaciones de los pensionistas. “También hay brecha salarial en las pensiones. Al ser el salario de las mujeres más bajo, las cotizaciones son inferiores durante la vida laboral y, por consiguiente, al jubilarse, la pensión es inferior”, apunta.

Por todo ello, considera que la huelga y las movilizaciones son necesarias. “Nos tienen que oír y ver en la calle”. “El 8 de marzo es un día para reivindicar la igualdad y también recordar la lucha de un grupo de mujeres que dieron su vida por denunciar las míseras condiciones laborales que tenían”, concluye.