EN un momento en el que el auge del movimiento feminista es cada vez más fuerte y visible, son muchas las voces que se alzan a favor de introducir nuevas formas, definiciones y usos en el lenguaje, uno de los pilares más importantes y necesarios para llegar a alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres.

Muestra de ello es la petición por parte del Gobierno español presidido por Pedro Sánchez de cambiar la Constitución, ya que toda ella está dirigida a hombres, lo que pone de manifiesto la pregunta: ¿las mujeres no son también ciudadanas? Es por lo que la Real Academia Española (RAE) será la encargada de llevar a cabo dichos cambios, para convertir así la Constitución en una guía inclusiva, en la que también ponga de manifiesto la presencia de mujeres en la sociedad.

Y es que como asegura la experta en lenguaje de género Pilar López Díez, “el lenguaje tiene una importancia extraordinaria en la sociedad. No solamente somos lo que parecemos sin hablar, sino que la única forma de transmitir lo que pensamos de cualquier aspecto de la vida personal, de la comunidad, vida política... solamente se puede hacer a través de las palabras”. Por eso, destaca que “para mí es absolutamente esencial poner en tela de juicio el asunto del lenguaje. El lenguaje es sexista y para mí hay una razón que es básica: ¿Cómo es que una sociedad patriarcal desde que tenemos conocimiento, donde los hombres han tenido el poder y nos han mantenido fuera de la universidad durante 700 años, no va a construir un lenguaje sexista? Es que no puede ser de otra forma”. Y añade que “no hay por donde coger eso que dice la RAE de que el lenguaje no es sexista”, advirtiendo de que “la RAE monta en cólera cuando el feminismo está avanzando”.

LA RAE

Cambios

Aunque para feministas expertas en género algunas de las definiciones de la RAE, insuficientes, sí que han sido modificadas. Como aseguran fuentes de la propia academia a este periódico, ha habido diversos cambios en los últimos meses. Por ejemplo, la palabra hombre ha sido sustituida por persona, lo que demuestra, según Pilar López Díez “que no tenían razón y la palabra hombre no incluye a las mujeres como aseguraban antes”, ya que según la RAE el masculino genérico no excluye a las mujeres. Otro de los cambios que se han llevado a cabo son las siguientes palabras: huérfano, ya que se definía como: Dicho de una persona de menor edad a quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre. O las definiciones de femenino y masculino, ya que en el primer caso se describía como débil, endeble, y masculino por su parte como fuerte, varonil. Otra de las diferencias notables entre mujeres y hombres con las definiciones de las mismas, y es que mujer de la calle está definida como prostituta mientras que hombre de la calle es una persona normal.

INFORMES

Comunicado de la RAE

Aunque son muchas las guías elaboradas por universidades y asociaciones para regular el lenguaje y convertirlo así en inclusivo, dejando de ser sexista, según asegura el académico de la RAE Ignacio Bosque, no es válido, dado que no está regularizado por la Academia. Bosque elaboró en 2012 el informe Sexismo lingüístico y visibilidad de las mujeres, en el que afirmaba que “si se aplicaran las directrices propuestas en las guías de lenguaje no sexista en sus términos más estrictos, no se podría hablar”.

Sin embargo, Mercedes Bengoechea, catedrática de Lingüística y ardiente defensora de la perspectiva de género en la lengua, tanto escrita como hablada, respecto al informe de Ignacio Bosque, en la revista Con la A destaca que “el informe desmiente las conclusiones de las múltiples investigaciones que se vienen realizando en el mundo sobre la relación entre patriarcado y construcción simbólica de hombres y mujeres en las diferentes lenguas, negando que las mujeres estén discriminadas por el masculino genérico y que este pueda considerarse sexista”. Como destaca la experta, “según él, ni siquiera se sienten excluidas: Es cierto que [la frase Todos los que vivimos en una ciudad grande] no visibiliza a la mujer, pero también lo es que las mujeres no se sienten excluidas de ella. Hay acuerdo general entre los lingüistas en que el uso genérico del masculino para designar los dos sexos está firmemente asentado en el sistema gramatical, y también en que no hay razón para censurarlo”. Con tales orejeras se permiten desestimar el clamor internacional ante las maneras en las que el patriarcado se manifiesta en las lenguas del planeta, lo que recuerda tristemente a quienes niegan el cambio climático y contribuye al carácter político del texto”.

CONCLUSIONES

Uso del lenguaje inclusivo

Es por lo que López Díez llega a la conclusión de que “las mujeres nos tenemos que atrever a desafiar las imposiciones que son consecuencia del poder que tienen en el patriarcado los hombres, ya que quieren evitar que nosotras lleguemos a la igualdad. Hay que desafiar el poder masculino”, zanja. Como formas de no adherirse a tales reglas, la Guía rápida para el uso inclusivo del castellano, de la Dirección de Igualdad de la UPV/EHU, establece varias pautas: el uso del término “personas”. Por ejemplo, en vez de decir “cincuenta palestinos muertos”, se debería usar “cincuenta personas muertas en Palestina”, así como el uso de genéricos reales. En vez de usar “los palestinos”, “la sociedad civil palestina”.

López Díez destaca también el uso de formas dobles o la omisión del sujeto. En el caso de la primera usar “alumnos y alumnas”, o “alumnado”, depende del caso, y en el segundo, en vez de usar “el que esté de acuerdo que levante la mano” -en el que, como asegura la experta, las mujeres no se sienten identificadas-, usar “quien esté de acuerdo que levante su mano”.

Por ello, y como refleja la guía de la UPV/EHU, “aunque nombrar a las mujeres en el lenguaje no es suficiente para acabar con el machismo, el lenguaje es una de tantas piezas importantes para promover la igualdad y la diversidad en el ámbito de la comunicación, un esfuerzo compatible con otros ejes de acción”.

EUSKERA

Fuera de polémica

El euskera, a diferencia de lenguas como la castellana, la francesa o la inglesa, no hace diferenciación de género, por lo tanto, podría considerarse que no es una lengua sexista. Es por eso, como asegura Miriam Urkia, de Euskaltzaindia, que a pesar de que en los últimos meses han introducido palabras nuevas al diccionario, pocas tienen que ver con el género. Aún así, sí que admite que muchas de las definiciones han cambiado, ya que se extraían de libros de texto “de hace cuarenta años”, por lo que admite que hay que tener cuidado con los típicos ejemplos de “la mujer que limpia la casa”. También han cambiado definiciones acerca de la estructura heteropatriarcal de familia, editando así las definiciones de las formas más tradicionales y añadiendo las de familias de dos padres, dos madres, solo padre o madre... Y es que como asegura Urkia, “venimos de una sociedad tradicional, pero Euskaltzaindia tiene la obligación de reflejar los cambios que se dan en ella”. El único ejemplo claro, es la palabra gizartea que significa sociedad, ya que la raíz, gizona, significa hombre por lo que estará aludiendo a un grupo de hombres. A pesar de ello, Urkia asegura que no se utiliza como una palabra sexista.