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El Niño se enfada con Euskadi

El sorteo de lotería pasa de largo y deja solo 300.000 euros de cuatro décimos del segundo premio vendidos con formato tique en Urduliz, Iruñea y Tutera

El Niño se enfada con EuskadiFoto: Oskar M. Bernal

Urduliz - El Niño se enfadó ayer con Euskadi. A la espera de concretarse el número de décimos vendidos por la máquina de un estanco de Urduliz, el primer sorteo de lotería del año dejó al menos 300.000 euros en premios de los denominados grandes. En concreto se vendieron dos décimos en Tutera y uno en Iruñea, más por lo menos uno expedido en el establecimiento vizcaino. Han sido 75.000 euros por décimo vendido ya que el que cayó fue el segundo premio que correspondió al número 61776, el cual estuvo muy repartido por todo el Estado.

A pesar de que en Bizkaia las expectativas estaban muy altas tras los premios gordos repartidos en el sorteo de Navidad y el primer premio repartido en Bilbao el pasado año, al final la desilusión se implantó entre los jugadores. El único pellizco se dio en la localidad de Uribe Kosta. Y es que el estanco situado en el número 6 de la calle Naparra vendió al menos un décimo del 61776 ya que, al haber sido despachado de forma automática, por máquina, todavía no se conocen “cuántas participaciones” han vendido, ni la “cantidad que ha correspondido”, según explicó la responsable del establecimiento, Amaia Abando, vecina de Urduliz de toda la vida.

“No sé lo que hemos vendido pero me hace muchísima ilusión. Estaba en casa, me acababa de levantar de la cama y me ha llamado Manex Lopategui, del bar Txiki Barri, que está al lado del estanco, y me ha dicho que había vendido yo el segundo premio. En un primer momento no le creía pero me decía: te lo juro por mi hija”, detalló emocionada y con lágrimas en los ojos.

“Luego ya me ha empezado a llamar todo el mundo y he dejado la comida empantanada, el rosco y todo. No me ha dado tiempo ni a desayunar?”, prosiguió la propietaria del negocio desde 2008, que cuenta en total con tres empleados.

Así, junto a Amaia, e igualmente emocionada estaba su empleada y “casi hermana” Estíbaliz Collantes. “Mi hijo me ha avisado al verlo por la televisión. En cuanto ha oído el nombre de Urduliz ha venido corriendo”, explicó. Además, Estíbaliz está casi segura de que fue ella quien vendió los boletos agraciados. “Ha tenido que ser esta última semana. Se nos habían acabado ya nuestros décimos”, apuntó.

En este sentido, Amaia señaló que este premio permitirá que, a partir de ahora, muchos jugadores vean con otros ojos los boletos de máquina. “La gente no se fía de cogerlos ahí y ahora igual cambia”, reconoció. Sobre esta línea, destacó que esta Navidad ha sido más prolífica que otras en cuanto a ventas y que han tenido “muchísimo trabajo” porque “Urduliz está creciendo y no dábamos abasto”. “Hemos vendido mucha lotería a gente que viene al hospital cercano, y también a muchos obreros de la construcción, igual le ha tocado a alguno de ellos”, apuntó.

Pero, sin duda, por lo que más entusiasmada se mostró es por el empujón que supondrá de cara al futuro el hecho de convertirse en un establecimiento agraciado. “Estoy muy contenta porque este premio va a suponer un impulso para el negocio. Hasta ahora, el único premio que habíamos dado fue en 2009 y fueron cerca de 19.000 euros en una bonoloto”, recordó.

Por último, aunque se mostró muy agradecida por repartir felicidad entre sus clientes, también señaló que le hubiera gustado especialmente que tocase el número que con el que juega todos los años, el 02622, unas cifras con un significado muy especial: la fecha de nacimiento de su marido.

Por lo que se refiere a los décimos vendidos en Nafarroa también fueron expedidos por el método de la máquina y, además, en dos administraciones que ya vendieron premios gordos en el pasado sorteo de Navidad. En concreto, en el local de Tutera que vendió dos décimos del segundo premio de ayer, en Navidad repartieron también 140 boletos del segundo y tercer premio. Por eso ayer el propietario del negocio donde se adquirieron los dos décimos aseguró “estar en una nube”. Tanto este establecimiento como la administración de la calle San Nicolás de Iruñea, que repartió 800.000 euros con décimos de Navidad, vendieron casi todo el papel que tenían para el sorteo de El Niño.