A remojo en busca de un parto natural
Cerca de 60 mujeres de Gipuzkoa han probado ya el método Aipap, impartido por matronas, que acondiciona la pelvis de cara al alumbramiento. El 88% de ellas ha logrado un parto eutócico, un dato superior al de los hospitales públicos.
Tener un parto natural y lo menos doloroso posible es el deseo de toda embarazada. No siempre se logra, pero contar con herramientas que ayuden a alcanzar este objetivo da buenos resultados y tranquiliza a la futura ama a la hora de enfrentarse al momento final de la gestación. Las matronas Elena Pajuelo y Maialen Albistur han impartido ya a alrededor de 60 mujeres en Gipuzkoa el método Aipap para acondicionar la pelvis de cara al parto, una actividad que se desarrolla en la piscina. Los resultados les avalan: han conseguido un 88% de partos eutócicos (es decir, naturales, sin cesáreas o instrumentos como fórceps, espátulas o ventosas), un dato superior al 80% que promulga la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al 65-75% de los hospitales públicos del Estado.
Tras formarse en este método desarrollado por un matrón, ambas comenzaron a ofrecer el curso en el centro deportivo Hegalak de Donostia, que fue el primero del territorio en acoger esta actividad. En poco tiempo, han crecido y ya trabajan con tres grupos de mujeres, tres días a la semana. Con este programa de ejercicios en el agua se trabajan todos los músculos, ligamentos y tendones que intervienen en los movimientos y posturas que facilitan el parto.
“Con este método, la pelvis de la mujer está preparada para el parto y se consigue más amplitud de movimientos. Además, no hay impacto en el agua, no hay riesgo de traumatismos o caídas”, señala Albistur, que recomienda empezar la actividad a partir de la semana doce de embarazo y realizar entre diez y quince sesiones.
Las mujeres que se apuntan a este curso no van a disfrutar de un spa, sino que realmente “hacen un ejercicio muy concreto para trabajar la pelvis en el agua” de cara al parto y logran, además, tener más fuerza y resistencia, apunta Pajuelo.
Este método no solo ha demostrado ser efectivo en el momento del alumbramiento, sino también durante el propio estado de gestación. “Nos dicen que duermen mucho mejor después de la piscina, les duelen menos las lumbares y nos piden venir más días”, insiste Albistur. Así, se notan “más ágiles dentro y fuera del agua”, señala Pajuelo.
Un parto “muy rápido”
Una de estas amas que probó el método Aipap es Lorena Bueno, donostiarra de 40 años. Empezó el curso cuando estaba de 15 semanas, después de que le confirmaran que “todo iba bien” y podía hacer ejercicio sin problemas. “Me pareció que era lo menos agresivo que podía hacer, porque era estar en la piscina y siempre me ha gustado nadar”, explica. Además, conocía a Elena Pajuelo a través de las redes sociales, donde esta matrona ejerce de divulgadora ante una legión de más de 8.000 seguidoras.
Bueno temía perder su flexibilidad durante la gestación, puesto que “todo el mundo” le decía que una se vuelve “muy torpe”. Y desde el primer día que se sumergió en el agua y comenzó el método Aipap se encontró “muy elástica”. “No me notaba torpe, ni pesada, sino muy bien” durante todo este periodo.
Esta actividad no solo le ayudó durante la gestación, sino también en el propio parto, que fue “muy rápido”, aunque se lo tuvieron que provocar cuando rozaba la semana 42. Su pequeña Enara nació el 7 de octubre sin necesidad de ayuda externa. En tres horas estaba fuera y el expulsivo no llegó a la media hora.
Bueno está convencida de que este método bajo el agua le ayudó en el parto, porque su bebé “salió a toda leche”, empujando “muy poco”. “Tengo amigas que están embarazadas y les digo que andar está muy bien, pero que es algo que haces a diario, y que estos ejercicios sirven durante el embarazo y el parto”, defiende.
Meses más tarde que Bueno, cuando estaba de 27 semanas, se apuntó al curso Lide Cenzano, oiartzuarra de 28 años, que tras su experiencia no duda en recomendarlo al “100%”. “A mí me ha aportado por un lado estar activa físicamente, mucho más flexible y ágil, y sentirme psicológicamente bien, con energía y de buen humor”, afirma. Además, después de las sesiones en la piscina, “se duerme mucho mejor”, algo fundamental y muchas veces difícil de conseguir cuando se está embarazada.
Su parto “fue muy bueno”, fundamentalmente la parte de la dilatación, que la realizó basándose en los movimientos que había aprendido durante el curso. “Me enseñaron cómo moverme para que la contracción fuera mucho más amena, cómo hacer que el bebé encajase bien en el canal de parto, con qué gestos”, indica.
El expulsivo fue algo más largo de lo que le hubiera gustado por la posición en la que venía su pequeña Jare. “Pero no tuvieron que utilizar instrumental, la niña salió sin ayuda externa” el 9 de octubre, recalca.
A todas las mujeres que coincidieron en esta actividad con Cenzano “les fue genial” y consiguieron un parto natural. “Estoy convencida de que el método me ha ayudado un montón”, afirma esta joven, que reconoce que contar con la ayuda de Maialen Albistur y de Elena Pajuelo es un plus, pues son “dos profesionales con vocación que siempre están pendientes” tanto durante los ejercicios, como antes y después del parto.
Pajuelo, además, trabaja en el paritorio del Hospital Donostia, por lo que en ocasiones se encuentra a las amas a las que ha impartido el método Aipap.
Teoría con parejas
Compartir estas clases en la piscina no solo les ayuda a las futuras amas de manera física, sino que además hacen “grupo, tribu, se ayudan, se conocen y se apoyan”. Y, encima, cuentan con el conocimiento de dos matronas, a las que pueden preguntar todas sus dudas.
“Nosotras no tenemos que estar presentes solo el día del parto, también en la educación maternal, en el centro de salud y, por qué no, en la actividad física de la mujer. Es bueno que estemos allí, porque además de dar esas clases las mujeres nos tienen como referentes y nos hacen consultas”, defiende Pajuelo.
Además, estas dos profesionales ofrecen a las personas que se apuntan al método Aipap una sesión teórica una vez al mes, a la que también pueden asistir las parejas, donde se habla del parto, del posparto, de la lactancia y del recién nacido. Todo para que las futuras amas se sientan cómodas y con la información suficiente para enfrentarse al momento final de su gestación.
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