gasteiz- Clara Sáinz de Baranda, una de las voces más autorizadas en la investigación del tratamiento de la información deportiva sobre mujeres en los medios de comunicación, llama a los periodistas a que se conciencien y a visibilizar el trabajo de las deportistas, “para que puedan tener patrocinios y dignificar su trabajo”.
En TV, radios, en la sección de deportes sigue habiendo más presentadores masculinos que femeninos. ¿Un efecto, una consecuencia o explica el trato que tiene la mujer con respecto al hombre?
-En el mundo del deporte trabajan más hombres, aunque han aumentado las mujeres porque se han ido integrando en las redacciones; a pesar de todo no existe paridad. No se ha conseguido el cupo medio, mientras que en otras secciones -sociedad, cultura, televisión....- suele haber más mujeres que hombres.
¿Donde está la clave?
-Como siempre en el techo de cristal efectivo. En quién dirige esas secciones y cómo las dirige, porque muchas de las mujeres que aparecen en pantalla como presentadoras no participan en lo que se resuelve en las redacciones, en las decisiones de lo que se cubre o no. Lo importante es dirimir sobre la agenda que hay que seguir.
Alguien desde fuera, cuando ve el cuerpo de un hombre y una mujer ¿puede pensar que sea normal que haya deportes masculinos y femeninos?
-Sí. Está claro que los estereotipos masculinos y femeninos están vigentes. Se ve incluso en cómo se publicitan las distintas actividades a nivel escolar, entre 6-12 años, que es cuando empiezan a practicar deporte. Las mujeres empiezan a ocupar y tener relevancia informativa en el fútbol, pero los mismos periodistas en las entrevistas las inquieren sobre porqué se han decantado por un deporte masculinizado. Aunque quieren destacar la normalidad, el resultado que trasladan es el contrario.
¿Tenemos en mente que las mujeres van a nadar, pero no al fútbol?
-En los medios de comunicación seguimos destacando a las mujeres futbolistas y reflejamos su posición en natación, gimnasia rítmica, patinaje artístico... Mientras que ellos van al fútbol, yudo, boxeo...
¿Hay alguna barrera fisiológica que impida a una mujer practicar determinados deportes?
-No. Biológicamente podemos ser diferentes, pero para eso hay distintas categorías y fórmulas; no existe ningún estudio que diga que las mujeres no pueden hacer un deporte concreto. Recuerdo una información en los años 80 que titulaba el sexo débil hace deporte. En principio parecía que iba a ser una noticia estereotipada y resultó que en el momento en que se les dejó hacer deporte -como ocurrió en la gimnasia artística-deportistica- llegó Nadia Comaneci y ganó 10 medallas, más que las que ningún hombre había conseguido jamás.
Con frecuencia se confunde deporte con espectáculo deportivo ¿El que haya menos modelos profesionales femeninos incide en la práctica deportiva de las mujeres?
-¡Claro! En el deporte amateur es donde se puede generar escuela y luego buscar deportistas profesionales. Aquí vemos que hay claramente muchas diferencias entre hombres y mujeres. Si tu pones a mil hombres a hacer fútbol siempre saldrá uno. Lo mismo ocurre con las mujeres.
¿Qué ocurre para que los padres/madres no apuesten por el deporte en las niñas?
-Prefieren que estudien porque la realidad les dice que no van a poder ganarse la vida con él. Por eso hay más mujeres deportistas con estudios superiores. Las familias si tienen que pagar una cuota optan por el varón porque tendrá más probabilidad de llegar a ser profesional y ganarse un sueldo digno. Como referentes femeninas tienen difícil mantenerse para entrenar y ganar medallas.
Es frecuente que las chicas a los 15-16 años abandonen el deporte más que los chicos ¿Cuál es la razón?
-Hay pocos modelos profesionales de referencia. Ocurre también con las propias titulaciones universitarias. Si tienes un hijo-hija con una buena nota y dice que va por letras, le intentan convencer para que sea ingeniero, médico. Se les condiciona en las salidas profesionales. Ahí, los padres/madres nos equivocamos porque lo mejor es ser un profesional en lo que te gusta. Y a partir de los 14 años las chicas lo dejan.
¿La falta de esa carrera profesional es una de las causas?
-Es la causa principal de que abandonen el deporte. Las que están en ello malviven. ¡Cómo puede ser que una persona que ha ganado una medalla olímpica no sepa qué va ocurrir con su futuro deportivo en setiembre porque no tiene el dinero suficiente como para pagarse un entrenador! Ellos enseguida encontraría un patrocinador.
Algunas buenas nadadoras lo dejan a los 18 años por mera estética ¿Puede que eche para atrás a algunas mujeres hacer deporte?
-El canon de belleza va variando con el tiempo y a las mueres desde pequeñas nos están metiendo que tenemos que ser bellas; dicen que para nosotras mismas, pero en el fondo es un discurso falso. Nos venden una sobreexigencia, lo vemos en presentadoras de TV. No cualquier mujer está delante de una cámara, mientras que ellos sí. A las chicas se las dice que tienen que adelgazar más, hacerse los pómulos, cosas que no son normales. Al final es un reflejo social. Hay estéticas más musculadas, pero lo justo. Cada deporte tiene un estereotipo.
Cree que en los medios se avanza en dar prestigio y relevancia al deporte femenino y a las mujeres que lo practican.
-El avance es mínimo. Hay mayor cuidado en el lenguaje, pero hablamos de espacios pequeñitos que casi impiden que se comentan errores sexistas en la información. Qué preguntas se las hace a un hombre, a una mujer y sobre todo qué titulares recogemos a uno y a otra.
Cuando se compite hace falta una dosis de testosterona bastante alta. ¿Es un problema para que el deporte femenino sea menos impulsado sobre todo como espectáculo?
-También es algo social de cómo nos educan desde la infancia. A las niñas para el ámbito privado, a ser más discretas, a ser más calladas; y a los hombre para el trabajo en grupo, liderazgo. Se ve claramente en los patios, el fútbol arrasa en cualquier actividad, lo que antes no ocurría. No es tema de testosterona, sino de educación.
¿Los medios están mezclando la realidad real con la mediática?
-Las mujeres en el fútbol u otros deportes también generan espectáculo. No tienen que ser Ronaldo o Messi. Cuando a las mujeres se les da cobertura tienen importantes indices de audiencia como se vio en Río 2016. El quid es que se no se quiere apostar por las deportistas, sino por donde está el negocio, es decir, fútbol y baloncesto, por lo que habría que hablar más de un problema económico, de negocio puro, mayor en una cultura masculinizada que en una igualitaria hombre-mujer.