Bilbao- Mario Pérez es el cuarto director ejecutivo en seis años del centro de tecnologías neutrónicas ESS-Bilbao. Ello da pistas del terreno pantanoso por el que ha deambulado este proyecto clave para la ciencia vasca, que inaugura una fase de estabilidad tras dar por cerrado el desencuentro político-económico entre los gobiernos central y vasco. Ahora ESS-Bilbao está centrado en la construcción de distintos elementos para la fuente de neutrones por espalación que el consorcio europeo ERIC está construyendo en la ciudad sueca de Lund, una megainfraestructura científica que está llamada a ser una puerta para la ciencia del futuro.

Explique a alguien de letras como yo qué es la fuente europea de neutrones por espalación.

-Es una especie de megamicroscopio de más de 1.800 millones de euros. El neutrón es una partícula subatómica sin carga, lo que permite adentrarse en la materia sin perturbarla. Es una sonda muy potente, Lund va a ser la fuente más potente del mundo, estamos hablando de que quizá sea 20 veces más sensible que otras fuentes. Esto va a permitir avances de la ciencia en multitud de campos, en la energía, desarrollo de nuevos medicamentos, materiales superconductores a temperatura ambiente...

Se cumplen tres meses de su desembarco desde el CIEMAT a ESS-Bilbao. ¿Cuáles son sus objetivos para el centro?

-Hay dos objetivos claros. Uno es cumplir en tiempo y forma con las contribuciones a Lund y el segundo, establecer un plan estratégico a futuro para ESS-Bilbao.

Ese plan debe establecer la forma en la que la comunidad científica saque rendimiento de la fuente europea de neutrones cuando esté en marcha. ¿En qué está pensando?

-Aún no está definido, pero hay varias opciones. Siempre se ha hablado de hacer una fuente compacta aquí y estamos empezando a trabajar en ello. Primero hay que hablar con la universidad, con la industria, con los centros tecnológicos y a partir de ahí ver su viabilidad.

¿Retomar la idea de la fuente compacta? ¿Para qué serviría?

-Se espera que en la próxima década, cuando Lund esté en funcionamiento, se cerrarán otras fuentes de neutrones basadas en reactores nucleares, como el Instituto Laue-Langevin (ILL) de Grenoble. Estas grandes fuentes son muy caras y el tiempo de haz es muy específico. Es decir, los tiempos de haz que se dan son para experimentos muy específicos y científicos ya experimentados. Hay una tendencia en Europa, China y EE.UU. de proponer fuentes compactas mucho más pequeñas que sirvan para entrenar a los científicos, de modo que puedan hacer grandes experimentos cuando vayan a Lund.

¿Ya hay algo avanzado?

-No sé si será finalmente una de las líneas del plan estratégico porque una fuente compacta requiere de grandes inversiones, pero en ESS-Bilbao ya tenemos los primeros componentes porque desde el inicio del proyecto fue algo que se pensó. Digamos que esa no es la única línea estratégica.

¿En qué otras líneas piensa?

-En establecer colaboraciones con la industria, la universidad y centros tecnológicos para tratar de optar a otros proyectos internacionales que se puedan dar a futuro. Contribuir a un proyecto como Lund es muy importante porque te permite mostrar referencias en la Big Science y, en ese sentido, las capacidades que estamos adquiriendo son una tarjeta de presentación inmejorable para poder optar a otros proyectos internacionales.

¿Conoce ya a todos los agentes?

-El pasado 27 de abril, el Gobierno vasco convocó un foro en el que pude conocer a los principales agentes. Fue una introducción, pero creo que hay voluntad política, y creo sinceramente que se pueden buscar sinergias y tratar de enfocar una estrategia que sea atractiva tanto para el Gobierno central, como para el Gobierno vasco, que al final son nuestros jefes. No obstante, de aquí a final de año emplearé el 70% de mi tiempo a tratar de cumplir con nuestros compromisos con Lund y en paralelo trabajar en esa estrategia.

ESS-Bilbao ha atravesado por una serie de vicisitudes tanto a nivel de orientación, como de financiación. ¿Cómo se ha encontrado el tema?

-El primer día que llegué me reuní con todo el personal. Conocía ya las vicisitudes que menciona, pero tras hacer un análisis frío, la cuestión es que llego a una organización joven, estamos contribuyendo a uno de los proyectos más avanzados en el ámbito científico y tecnológico del mundo, tenemos unos paquetes de trabajo comprometidos con Lund de componentes clave, tenemos financiación?

Claro, pero usted ha llegado al final de una película de ciencia ficción, por decirlo suavemente. ¿Se encontró una plantilla optimista?

Había incertidumbre y está ahí la pregunta... ¿Después de Lund, qué? Yo estoy convencido de que existe esa viabilidad a futuro para ESS-Bilbao porque evidentemente yo no hubiese aceptado el reto de asumir la dirección ejecutiva. Y creo que la gente ahora sí tiene esa esperanza porque a pesar de que ha habido muchas incertidumbres en el pasado, la foto ha cambiado completamente. Por lo menos están las bases para que nos tengamos que preocupar solo de hacer ciencia e ingeniería. El mensaje que quiero transmitir es que el futuro de ESS-Bilbao depende de nosotros, si fracasamos en Lund no va a haber futuro.

¿Cree que el proyecto está en la fase de estabilidad definitiva?

-Creo sinceramente que sí. Ahora habrá que ir dando los pasos para que eso se consolide.

¿Qué paquetes de trabajo tienen entre manos en estos momentos?

-Tenemos dos paquetes de trabajo en la parte del acelerador de Lund; tenemos otra contribución en todo lo que son las cadenas de radiofrecuencia, que básicamente es lo que suministra la energía para acelerar el haz; también somos responsables de la rueda, el eje, el motor y la vasija del target de la fuente, que es el corazón de la instalación, donde giran los protones a gran velocidad y se generan los neutrones.

¿A cuánto asciende el presupuesto de todos estos componentes?

-El coste de todos estos componentes asciende a 50 millones de euros.

¿Y los plazos de entrega?

-Dos años y medio, tres años. Depende mucho del progreso de la construcción de la fuente en Lund porque la semana pasada se anunció un retraso; es el primero que se anuncia, que para un megaproyecto como estos la verdad es un milagro. De hecho en el próximo council se van a discutir esos nuevos plazos.

¿Va a hacer algo para reconducir las relaciones de ESS-Bilbao con la universidad?

-Eso es algo que me chocó bastante. Parece que en los últimos tiempos no ha habido mucho contacto. Hasta ahora nadie me ha sabido explicar por qué, ¿por qué no trabajamos con la universidad? No sé muy bien la razón de esta inexplicable falta de relación con la universidad, pero quiero construir esos puentes. Esa es mi intención porque creo que es fundamental. No sé qué hay detrás de todo esto y, la verdad, es que tampoco quiero saberlo. Creo que ahora se abre una nueva etapa y en función de eso debemos ver si se puede articular una relación, en qué términos y cómo. Pero creo que es fundamental que en un proyecto científico como este la comunidad científica vasca esté involucrada.

¿La industria vasca está a la altura del reto tecnológico que supone la construcción de estos componentes para la fuente de neutrones?

-La participación de la industria vasca es considerable. Cerca del 60% de las empresas integradas en la Asociación Española de Industria de la Ciencia (INEUSTAR) que está en Elgoibar son de Euskadi. Hasta ahora ha habido contribuciones muy importantes a Lund de empresas como Sener, AVS, DMP, Jema, Idom?

Y supongo que para el sector de la industria de la ciencia, que mueve cientos de millones de euros al año, es vital que ESS-Bilbao llegue a buen puerto.

-Es muy importante para poder entrar en el mercado de la ciencia, de las grandes instalaciones científicas, porque es muy difícil ganarse la confianza de las instituciones internacionales. Además, las empresas suelen entrar a través de instituciones, como el consorcio ESS-Bilbao o el propio CIEMAT, que actúan de trampolín. Y en ese sentido nuestro papel es apoyar a esas empresas. Luego son concursos públicos internacionales y gana el mejor, pero la industria vasca está muy capacitada para participar con éxito en este mercado.