“La vacuna contra la malaria no tiene por qué costar más de un céntimo de euro”
El científico colombiano, creador de la primera vacuna contra la malaria, visitó Bilbao con motivo del 25º aniversario de la Cátedra de Derecho y Genoma Humano
Bilbao - Anunciaba hace unos meses que este año entregará una nueva vacuna perfeccionada contra la malaria. ¿Cuándo lo hará?
-Está bastante avanzada en monos; he tenido problemas absurdos con los animalistas que han propagado el cuento de que traficamos ilegalmente con monos en medio del Amazonas, con lo cual las investigaciones se paralizaron por su irresponsabilidad. Mantienen, sin argumentos sólidos, que esos monos están en peligro de extinción cuando hay 24 por kilómetro cuadrado en un área de 7 millones de kilómetros cuadrados. La campaña: Patarroyo, traficante de monos la manejan muy bien.
¿Entregarán la vacuna este año?
-Aspiramos a ello. Comenzamos con los estudios en Ghana entre agosto y septiembre. Dependerá también de la velocidad de su publicación en las revistas científicas. Hay instantes que digo: ¡Dios, dame un poco más de templanza para mantener la paciencia! 600.000 niños y niñas muriendo al año, aunque uno ya es suficiente. Investigamos en la ribera del Amazonas, en Leticia (Colombia), si pasas la calle estás en Brasil y a 350 metros atraviesas el río y te encuentras en Perú.
Hace unos 16 años su vacuna tenía una eficacia del 40%, la Colfavac 24 actual está en el 81% ¿Y la que presente este año? ¿Para cuándo el pleno 100% de eficacia?
-El 100% en los sistema biológicos no existe, pero sí el 96,6%.
Millones de personas la esperan para poder vivir. ¿Volverá a donarla a la OMS? ¿Cómo la comercializará para que llegue a los usuarios?
-No. La OMS está muy manejada por las farmacéuticas. Ese error no lo volveré a cometer, pero sí la donaré a un pool de filántropos para producirla y distribuirla gratis. Todo lo que hagamos nosotros por y para la salud de la población será gratis. Cuando pasamos por una situación económica difícil, el País Vasco, Navarra y el Estado, entre otros países, nos ayudaron. A mí la gente me quiere, me pagan bien, me dan todo su cariño y apoyo. Para qué voy a abultarme los bolsillos.
¿Cuánto costará la fabricación de su vacuna? ¿y al enfermo?
-Será gratis para todo el mundo. La costearán filántropos de los más importantes del planeta.
¿Por qué una vacuna de 50 céntimos/costo fabricación se vende en el mercado por 50 euros? ¿Son las empresas las culpables?
-No lo entiendo. Me rebelo contra eso. Una vacuna no puede costar más allá de un euro y las venden a 100 y 120 euros. Es morboso. En África, donde más se necesita, la inversión de salud por persona es de 7 a 10 euros por año. Esta población no podrá inmunizarse nunca. Eso con una sola vacuna, porque estamos desarrollando otras como la de hepatitis y tuberculosis, que las están poniendo ¡como baratas! a 50 euros. A lo largo de toda mi vida científica el mundo no ha invertido en nuestra investigación más de 50 millones de euros. Divídala por los cuatro o cinco mil millones de personas que hay que vacunar; no tiene por qué costar más de un céntimo de euro.
Me da la impresión de que sus relaciones con las farmacéuticas no son idílicas.
-Para nada. Pero no por mi parte. No tengo nada que hacer ahí. Tienen la costumbre de golpear escondidos. Disparan desde lo oscuro; estoy acostumbrado, pero también el mundo ha entendido la lucha.
La mayoría de vacunas habituales son biológicas, pero usted y su equipo del Fidic trabajan con sintéticas. ¿Qué ventajas tienen?
-Es la única forma de hacer vacunas de verdad. Si conoces la estructura química de la molécula la puedes volver a fabricar porque es como producir aspirina. Es la misma fórmula del ácido acetilsalicílico en todas partes del mundo. Con esta vacuna los lotes serán los mismos porque la fórmula química es siempre igual.
A diferencia de las biológicas.
-Aquí los productos cambian algunas veces como consecuencia del crecimiento del virus, de la bacteria, del parásito que muta también en el tubo de ensayo. En las vacunas químicas, al saber las fórmulas tiene que darte siempre igual. Son estables a temperatura ambiente. No precisas cadenas de frío y son baratísimas de producir. Es la apuesta que hice de chico.
¿Su método de síntesis química puede servir de modelo para fabricar vacunas contra el sida e incluso contra ciertos tipos de cáncer?
-Contra lo que quieras. Conociendo la fórmula química puedes averiguar las características físicas y matemáticas. Ya puedes decir entonces que para producir una vacuna necesitas que tenga tal volumen, tales aminoácidos, que los tengan orientados en esa forma y todo eso es matemático.
¿Cómo explica el auge de los movimientos antivacunas en el mundo desarrollado?
-Me parece absurdo. En el Congreso del 25º aniversario del Genoma Humano de la UPV, organizado por el profesor Carlos Romeo Casabona, se ha planteado que el no vacunarse es una agresión contra la sociedad. Para mí, el planteamiento tiene que ser aún más duro, porque lo que se pone en peligro es al resto de la sociedad. Que mi dolencia le cause la muerte a otra persona es criminal.
¿La malaria pronto solo será un mal sueño ya pasado?
-El territorio de la malaria en los países tropicales abarca a 3.650 millones de personas. Si entrego la vacuna este año, se demorará dos o tres años más en estudios clínicos. Nos ponemos en 2023. Habría que vacunar a 150 millones de personas por año y en eso gastamos veinte años. La palabra erradicación me parece paranoica, pero un control marcado se podrá realizar para la mayoría de los humanos. Y si comenzamos este año para el 2023 habría vacunaciones masivas.
Con tantos premios y reconocimientos recibidos, ¿le quita el sueño conseguir el Nobel?
-Si realmente hay algo que la vida me haya enseñado es a aceptar con humildad y afecto el reconocimiento. Lo miro como una palmadita en la espalda de alguien que te dice que sigas adelante, que vas bien. Lo miro siempre así, no desde el punto de vista autosuficiente. El Nobel no me ha obsesionado jamás. Tal vez porque desde chico me entrené con ellos.
Le cerraron su laboratorio y le cortaron la financiación a su experimentación durante casi cinco años ¿Cómo son sus relaciones actuales con las autoridades colombianas?
-Bastante regulares, pero cuando se cierra una puerta se abren todos los ventanales. La financiación por parte del Gobierno colombiano desde hace 14 años es inexistente. Pero llegué a Euskadi, estaba Ibarretxe, luego López, ahora Urkullu, que lo quiero cantidad, y conseguí apoyos. Navarra también me ayudó. Que sigan cerrando puertas, que yo continuo abriendo ventanas.
Leí hace unos meses que tanto usted como su familia estaban recibiendo amenazas de muerte. ¿Tal vez de medioambientalistas y ‘animalistas’ cabreados? ¿O quizá en estas amenazas haya motivos más allá de los ecológicos y ambientales? -Con nuestro método se podrán desarrollar todas las vacunas, incluso para algunos tipos de cáncer causados por virus, bacterias o parásitos. Imagínate a las multinacionales si se retiran del mercado los antimaláricos, antibióticos e insecticidas. Para ellos somos un peligro; no asumen su responsabilidad y se esconden tras otros. Los animalistas son obtusos y pagados por fundaciones británicas.
¿Tanto puede molestar que se investigue en algo que puede salvar a 200 millones de personas?
-Es el mercado. Nuestro caso es distinto porque la vacuna estará a 10 céntimos de euro porque son fórmulas químicas. Supón que la vendan a dólar, que no la harán jamás. Dos inyecciones para 3.650 millones de personas son 7.200 millones de euros. Es un mercado enorme.
¿El conocimiento y desarrollo del genoma humano modificará o está modificando los ejes de relación del ser humano con su salud?
-La verdad es que el desarrollo del conocimiento, llámese genoma humano o lo que quiera, influye decisivamente en nuestra especie. El conocimiento está empujando hacia un desarrollo real de toda la especie humana. No es el genoma, es el conocimiento en su conjunto el que tiene que permear dentro de la sociedad.
¿Cree que modificando el genoma humano se podrán vencer todas las infecciones o las vacunas seguirán siendo el mejor remedio?
-Pienso en las vacunas, tengo mi sesgo profesional. Modificar el genoma humano tiene sus consecuencias, unas positivas y otras no tanto. ¡Vaya uno a saber lo que puede ocurrir en el futuro! Pero con las vacunas no. Puedes dejar de colocarlas o modificarlas para hacerlas visibles. Pero para cambiar tu genoma ante las 320 enfermedades infecciosas que existen se necesitará una gran modificación.
Más en Sociedad
-
Rescatan a un hombre que trataba cruzar de Tenerife a Gran Canaria en un palet de madera
-
La Iglesia ha resuelto 24 casos de su plan de reparación a víctimas de abusos sexuales
-
Sanidad retira varios lotes de un protector solar por contaminación microbiológica
-
Europa reconoce un proyecto de microplásticos marinos de la EHU