Bilbao - Osakidetza está embarcada en una mejora progresiva de sus servicios de Cardiología para conseguir mejores resultados en las patologías del corazón y para poder garantizar una mayor seguridad a los pacientes. Si el pasado marzo, era el hospital de Galdakao el que estrenaba sala de hemodinámica, ayer le tocó el turno al de Basurto que reforzó su área de Cardiología con un nuevo equipo de hemodinámica de última generación que practicará más de 1.400 intervenciones al año. La moderna tecnología instalada y las obras de adaptación necesarias, en las que ha sido invertido un millón de euros, permitirán disponer de un nuevo equipo que posibilitará a los profesionales tratar a pacientes con daños cardiacos de una forma “mínimamente invasiva, lo que proporciona una recuperación más rápida, menos dolorosa y más segura, reduciendo el riesgo de infecciones de quirófano”.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, acompañado del consejero de Salud, Jon Darpón; la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, y el gerente del hospital de Basurto, Eduardo Maíz, visitaron ayer las instalaciones y los equipamientos que, según Urkullu, “mejoran la calidad de la imagen y permiten a los profesionales tomar decisiones diagnósticas y terapéuticas en la misma sala de exploración”.

Paralelamente a la apertura de esta sala, las autoridades sanitarias pasaron revista a la remodelada Unidad Coronaria, donde una de las zonas de preparación de medicación ha sido renovada con la incorporación de un nuevo equipo de dispensación automática de medicinas. Una remodelación dirigida “fundamentalmente a la mejora de la actividad de los profesionales y a la seguridad y confortabilidad de los pacientes”.

1.669 euros por vasco Esta tecnología de vanguardia y estas inversiones no son anecdóticas. A la renovación de varios escáneres de diferentes organizaciones de la red el año pasado y a la apertura de la sala de hemodinámica del hospital de Galdakao, se suma la presentada ayer en Basurto y próximamente se renovará también la del hospital de Cruces.

De hecho, Euskadi fue la comunidad autónoma con un mayor gasto sanitario por habitante en 2016 -con 1.669 euros- y superó en algo más de 300 euros el dinero destinado por otras regiones. La media de gasto sanitario por habitante en el conjunto del Estado fue de 1.332 euros y el gasto global en esta materia ascendió a 66.678 millones en 2016. En el caso de Euskadi el dinero invertido en sanidad ascendió a 3.613 millones de euros, lo que representa el 5,2% del PIB regional, según la estadística de Gasto Sanitario Público del Ministerio de Sanidad.

Por detrás de Euskadi, Asturias (1.577 euros) y Extremadura (1.549 euros) fueron las que más recursos destinaron a la salud de cada uno de sus habitantes. En el lado contrario se situaron Andalucía (1.110 euros), Madrid (1.224) y Baleares con 1.291 euros.