Bilbao - Juguetes cuyas piezas pueden desprenderse y acabar siendo tragadas por un niño, aparatos eléctricos que se recalientan hasta arder o derretirse, prendas de ropa con elementos inseguros. Estos son los ejemplos más habituales de productos peligrosos detectados por los responsables vascos de consumo y sobre los que se activaron alertas para advertir a los potenciales compradores. Dentro de su labor de supervisión y vigilancia, Kontsumobide ha realizado 2.908 alertas sobre otros tantos productos no alimentarios, que en su mayoría procedían de países asiáticos y podrían haber causado graves daños.
De los casi tres mil productos defectuosos o peligrosos sobre los que Kontsumobide aplicó una alerta, 1.744 habían sido fabricados en Asia, 683 en la Unión Europea, 214 en otras zonas y en 267 casos no se pudo identificar el origen. La situación de seguridad de los productos que se comercializan en Euskadi es muy similar a la del conjunto del Estado español y de la UE, ya que según el informe de 2017 del Sistema Europeo de Alerta Rápida, el 53% de las incidencias registradas en España tuvo que ver con artículos procedentes de China y en más de la mitad de los casos los productos eran juguetes. En el conjunto de la UE los juguetes son también el tipo de producto con más notificaciones, con el 29% de las alertas, seguidos por los vehículos (20%), la ropa (12%), los aparatos eléctricos (6%) y los artículos para el cuidado de bebés (5%). Según los datos aportados esta semana por la comisaria europea de Consumo, Vera Jourová, España es el segundo país de la UE donde se producen más alertas de productos peligrosos. Unas 2.200 de esas alertas vinieron de Europa y otras son bien propias o de otras comunidades autónomas.
“Vemos que cada año se repiten las mismas categorías de productos y los mismos orígenes. Los productos más alertados son, sobre todo, juguetes y material eléctrico. Trabajamos en coordinación con el servicio de inspección de las aduanas y cada vez que llegan estos productos y se detecta que hay algún incumplimiento de seguridad ellos nos lo trasladan y nosotros rápidamente los metemos en la red de alerta rápida para que tanto las otras comunidades autónomas como los países europeos estén al corriente y tengamos toda la información posible”, explicó Nora Abete, directora de Kontsumobide.
Ahora mismo en la página web de Kontsumobide figuran varias alertas sobre artículos que entrañan diversos riesgos para las personas. La mayoría son juguetes y material deportivo, pero también hay un complemento muy usado en los disfraces de Carnaval.
Productos para niños En cuanto a los riesgos detectados y que aconsejaron dictar una alerta, Nora Abete indica que estos artículos “presentan distintos problemas de seguridad y aunque es muy habitual, no se trata únicamente de que sus piezas puedan producir atragantamiento y ahogamiento en menores. Pero sí es verdad que hay una serie de productos, como juguetes y textil, que se analizan para detectar ese tipo de problemas. En el caso del textil, por ejemplo, hay normativas muy estrictas, sobre todo si se trata de ropa para niños, está regulado el tema de las cintas y cordones, los botones que se puedan soltar... ese tipo de cosas. Nosotros actuamos en cuanto vemos algo, localizando, inmovilizando y, en su caso, retirando el producto del mercado si consideramos que supone un problema para la salud. También hay muchos casos de material eléctrico, que suele ser pequeño electrodoméstico, fundamentalmente, que se recalienta o no aísla lo suficiente, cosas así”.
Como ejemplo de la preocupación por los productos con más número de incidencias, Abete recuerda que las pasadas navidades, Kontsumobide realizó una campaña de control en jugueterías. “Seleccionamos de varios tipos -explicó-, tecnológicos, químicos, mecánicos, etc. y los enviamos a un laboratorio para comprobar qué es lo que teníamos en nuestras jugueterías. Los resultados fueron bastante positivos, porque solo detectamos problemas de seguridad en un caso y era porque el juguete emitía sonidos que superaban los decibelios autorizados. Estamos pensando que quizás para otras campañas tengamos que hacer los controles en otro tipo de establecimientos, en bazares u otro tipo de tiendas en los que es más probable encontrar algún producto peligroso. Pero, desde nuestro punto de vista, de esa campaña extraemos un mensaje de tranquilidad que es importante, porque hemos visto que los juguetes que se venden en las tiendas especializadas son seguros”.
Los casos de productos alimenticios fraudulentos o contaminados son tratados por Salud o por Agricultura y no entran en las competencias de Kontsumobide, aunque a veces desde el Instituto Vasco de Consumo han tenido que derivar denuncias. “Cuando se dan problemas como los casos de leches infantiles en polvo o de quesos, que se han producido recientemente, se gestionan directamente desde Salud. Pero últimamente están saliendo casos de fraude en algunos productos alimentarios en los que podríamos entrar nosotros, siempre y cuando se haya proporcionado información incorrecta al consumidor. Si dicen que nos venden merluza y en vez de merluza es otra cosa, ahí sí que intervenimos pero es sobre todo por la información que se da al consumidor”, indicó la directora de Kontsumobide.