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Rosa Oriol: “Decidí que había que democratizar las joyas para llegar a más gente”

“Encontré mi vocación a través del amor: he tenido la suerte de trabajar toda mi vida en un oficio que me apasiona. He sido una privilegiada”, dice Rosa Oriol

Rosa Oriol: “Decidí que había que democratizar las joyas para llegar a más gente”Oskar Martínez

Bilbao - “Decidí que había que democratizar las joyas para que llegarán a más gente y creo que es uno de mis logros a lo largo de estos cincuenta años de trabajo”, dice sonriente la empresaria catalana, Rosa Oriol, que la semana pasada recibió, en el Hotel Carlton de Bilbao, el Alfiler de Oro de la Asociación Mujer Siglo XXI, de Mujeres Empresarias y Profesionales Liberales. Con el galardón, la asociación premia la valía empresarial de esta mujer precursora e innovadora que ha llevado la firma Tous hasta el lugar que ocupa actualmente a nivel mundial, con presencia en más de noventa países. Acudió a la capital vizcaina con su marido Salvador, “él pone la cabeza; yo, el corazón”, y su hija Rosa Tous que, junto a sus tres hermanas, son las dignas sucesoras de la empresa familiar fundada por sus padres.

¿Siempre tuvo claro que lo suyo era diseñar joyas?

-Qué va. Para nada. Yo me casé con 18 años y no sabía lo que sería de mi vida, pero tuve la suerte de enamorarme de mi vecino Salvador. Él era quien tenía la joyería con sus padres justo delante de la zapatería de mi familia. Cuando entré en el mundo de la joyería, hablo de hace más de cincuenta años, me di cuenta de que era un lugar muy bonito para la mujer. Me convertí en joyera gracias a él.

¿En aquella época también era un mundo de hombres?

-Sí. El sector estaba masculinizado. Ibas a comprar joyas y era el señor quien te enseñaba pendientes o las sortijas. Eran ellos también los que las compraban. Yo tuve la suerte de casarme con un hombre -llevamos juntos 52 años- que compartía mi visión joyera y que me apoyaba en todas mis decisiones. A la que pudimos -tuvimos cuatro hijas, aunque conseguimos combinar muy bien el trabajo con la vida familiar- empezamos a ir a ferias.

¿Se sintió discriminada por el hecho de ser mujer?

-Sí. En las ferias cuando iba con mis hijas y si entrábamos en algún estand, nos miraban como si fuéramos a pasar el tiempo allí. Y al final, como estábamos convencidas de que íbamos a comprar mucho, pues nos reíamos. Las mujeres siempre hemos tenido que demostrar un poco más que los varones y sigue siendo todavía así. El sexismo existe en todas las profesiones, ahora menos, pero está ahí.

¿Se considera autodidacta?

-Soy autodidacta aprendí mucho con las amigas, que eran mis clientas. Era la época de los 70 y toda la vida se habían montado los diamantes en oro y blanco o en platino. En esos años hubo un cambio al oro amarillo y muchas señoras que tenían sus piezas las querían en amarillo. Fue el momento en que empecé a investigar a ver qué se podía hacer. Nunca he sido una diseñadora al uso, aunque para mí es vital que la joya se adapte perfectamente a la mujer que va a tenerla.

El famoso Oso de Tous es emblema de la marca. ¿Cómo surgió la idea?

-Fue sobre 1985, una época en la que viajaba mucho por Europa y en uno de esos viajes, en Milán, al pasar por delante de una tienda de peluches, pensé: ¿Por qué no hacer un osito de oro? El oso fue el inicio de nuestra expansión y está siempre presente en nuestros diseños.

La ternura que transmite es universal.

-El oso nos ha permitido llegar hasta el lugar privilegiado en el que nos encontramos. No soy una diseñadora al uso y cuando llegué al taller con la idea del oso les transmití a los artesanos más o menos lo que quería. Recuerdo que empezamos a recortar los ositos uno a uno y hasta hoy. Nació como una colección pero se quedó para siempre.

¿En algún momento le han entrado las ganas de tirar la toalla, en épocas de crisis, por ejemplo?

-Más por cuestión de edad, por dejar paso a la gente que viene detrás de mí; es una empresa familiar. Mis cuatro hijas trabajan en puestos distintos. Tengo que pasar el testigo. Es un momento también difícil para mí. Pero hay que tener cabeza y pensar que he hecho mi camino y que ahora me puedo dedicar un poco más a lo que no he hecho durante muchos años.

Para llegar a donde está, ¿ha tenido que renunciar a muchas cosas?

-He disfrutado tanto que no puedo decir qué hubiera hecho de no haberme dedicado a esto. He sido y soy muy feliz porque he tenido la suerte de trabajar en un área que me apasiona y que me ha permitido desarrollarme como diseñadora y como mujer. Además, el éxito me ha hecho ser más prudente y exigente conmigo misma y también con mi familia. Además, el éxito es relativo, hay que ir conquistándolo día a día.

¿En su empresa son sensibles a la conciliación familiar?

-Sí. En Tous siempre hemos intentado ser sensibles a la conciliación. De hecho en nuestra central de Manresa tenemos una guardería donde están 38 niños y niñas de los padres y madres que trabajan con nosotros.

Es presidenta de la Fundación Rosa Oriol, que vela y cuida a familias en riesgo de exclusión en Manresa ¿Por qué se decidió a crearla?

-Buscaba alguna iniciativa que pudiera devolver a Manresa, la ciudad donde hemos vivido y nacido, todo lo que ella nos ha dado. Hace unos cuarenta años teníamos una sola tienda en Manresa y yo estaba empezando a personalizar mis primeras joyas. Cuando empezó la crisis en 2017 pensé que era el momento ideal para apoyar a las personas que pasaban por dificultades.

¿Y encontró a la persona y la causa adecuada en una monja de clausura?

-Sí. La causa vino a nosotros a través de una religiosa que nos envió una carta solicitándonos ayuda para crear un Banco de Alimentos. Así comenzó la fundación que ahora trabaja también contra la pobreza energética, que convenía con centros escolares, que tiene una residencia en Manresa, una localidad de 60.000 habitantes. Para Tous significa mucho esta fundación que se sostiene con la ilusión y el trabajo de muchos voluntarios.

¿Animaría a la gente joven a emprender o es un mundo duro?

-Creo que sí. Yo nunca hubiera pensado que estaríamos presentes en noventa países con 500 tiendas y con más de 2.000 personas trabajando para nosotros. Creo, de verdad, que si se lucha y trabaja, se puede conseguir casi todo.