DONOSTIA. Siete de las 21 familias desalojadas de sus casas en la tarde del lunes en Bolu auzoa de Bergara no podrán regresar a sus domicilios al menos “a medio plazo”, mientras las 14 restantes pudieron hacerlo ayer mismo. Situación similar se encuentra dos familias de Martutene que tuvieron que ser desalojados de sus viviendas la madrugada del martes por el desprendimiento de varias rocas.

Así se lo hizo saber el Ayuntamiento bergararra a los vecinos afectados, con quienes se reunió por la tarde para abordar la situación en la que se encuentra el barrio después del desprendimiento que comenzó el lunes. Según explicaron fuentes del Ayuntamiento, las familias más afectadas son las residentes en los números 57 izquierda, 59, 61 y 63, a quienes se ha alojado en hoteles de la zona y con las que, desde hoy mismo, los servicios sociales municipales, abordarán su realojo futuro en función de las necesidades de cada caso. Estas familias pudieron acceder por la tarde a sus domicilios, con la ayuda de los bomberos, para coger algo de ropa y otros enseres. Además, los vecinos podrán continuar accediendo a sus viviendas para recoger sus pertenencias, siempre bajo la supervisión de los bomberos. Por su parte, las familias residentes en el resto de portales (desde el 49 hasta el 57 derecha), pudieron regresar ayer a la normalidad.

“Desde el principio hemos tenido claro que lo prioritario era dar atención a las personas afectadas. Ayer -por el lunes-, tras el deslizamiento de tierra, era urgente ofrecerles una casa donde dormir. Hoy -por ayer-, tras realizar la evaluación con los expertos, les hemos dado las explicaciones y tratamos de dar una solución a los que lo necesitaban. En este momento, más que nunca, los bergareses tenemos que mostrar la solidaridad y es por eso que animamos a los propietarios de viviendas vacías a que los dejen a los que se han quedado sin casa “, señaló la alcaldesa Elena Lete. Aquellos que quieran ceder viviendas vacías pueden ponerse en contacto con el Ayuntamiento.

Asimismo, el Gobierno vasco, a través del viceconsejero de Vivienda, Pedro Javier Jáuregui, informó ayer al Ayuntamiento de Bergara de que dispone de 16 viviendas para realojar a los afectados. Estas se encontrarían en Bergara, Arrasate y otras localidades de la zona. También el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, se interesó por la situación de los afectados. Olano se desplazó a Bergara acompañado por el diputado de Gobernanza y Comunicación con la Sociedad, Imanol Lasa, para comprobar in situ los destrozos causados por el desprendimiento y mostrar su apoyo a los vecinos.

“Debemos garantizar que reciben cuanto antes todo el apoyo y atención que necesitan. Diputación, Ayuntamiento y Gobierno vasco estamos trabajando codo con codo para coordinar las respuestas ante este suceso”, subrayó Olano. Asimismo, la Diputación de Gipuzkoa se ha puesto a disposición del Ayuntamiento para gestionar con Madrid las ayudas de emergencia, en el caso de que fuera necesario.

Una vez realojados los vecinos, la prioridad se encuentra ahora en asegurar la zona y evaluar el estado en el que se encuentra la ladera, unos trabajos que llevarán algunas semanas. Por el momento ya ha comenzado a limpiarse la pista de los árboles, las rocas y el barro que han caído sobre el barrio, tras lo cual se procederá a hacer un análisis de la pendiente de Bolu, explicó la alcaldesa.

Desde el lunes por la tarde, varios ingenieros están calibrando la situación para determinar las medidas técnicas que deberán adoptarse en el futuro para estabilizar la ladera. Mientras tanto, un retén del servicio foral de Emergencias estará disponible “desarrollar cualquier labor” que se requiera en la zona.

Desalojados en Martutene

Asimismo, la madrugada del martes se produjo en el barrio donostiarra de Martutene el desprendimiento de varias rocas, que causó el desalojo de ocho de los doce vecinos que viven en un caserío dividido en tres viviendas. Las vecinos desalojados, cuatro adultos y tres niños, que viven en el número 27 del camino Barkaiztegi, pasaron la madrugada del lunes y esta pasada noche en un hotel proporcionado por el Ayuntamiento de Donostia. Durante el día de hoy se verá como transcurren las labores de mantenimiento para que su vuelta sea segura, aunque no se produjeron daños en la casa.

Mikel Azpeitia es uno de los vecinos, que junto a su madre, prefirió quedarse en la vivienda, ya que aseguró que “el caserío es muy grande y en el otro lado de la casa no hay tanto riesgo”. Explica que los hechos sucedieron hacia las 2.00 horas, cuando el estruendo le despertó, por lo que llamó a emergencias. Fueron tres grandes piedras las que cayeron colina abajo, desde una escollera de las obras de edificación de una villa que se están realizando justo encima del caserío afectado.

Se baraja que la principal causa de este desprendimiento fueran las precipitaciones que se sucedieron durante el pasado lunes.