Un ejemplar de rorcual común (Balaenoptera physalus), de unos doce metros de longitud, hizo las delicias de centenares de curiosos que se acercaron al puerto de Getaria para avistar a esta ballena, que permanece en la dársena desde la noche del lunes, cuando los primeros viandantes la vieron nadar dentro del puerto. Según explicó Enrique Franco, vicepresidente de Ambar, la Sociedad para el Estudio y la Conservación de la Fauna Marina, el cetáceo podría ser un individuo juvenil, ya que mide unos doce metros de longitud, cuando esta especie puede llegar a los 27 metros.

Este experto precisó que el animal se encuentra “muy delgado”, por lo que no se descarta que pudiera estar aquejado por alguna enfermedad, como ocurrió con el ejemplar que varó hace ahora cuatro años en la playa de Donostia: un macho joven de 23 toneladas y 16,5 metros de longitud que murió en el arenal donostiarra a consecuencia de una neumonía. Este animal fue avistado en aguas de la bahía de La Concha el 5 de diciembre de 2012 y murió un día después, tras varar junto al Pico del Loro, por lo que su cuerpo tuvo que ser retirado por dos grúas de gran tonelaje antes de enterrarlo en un paraje forestal.

Ayer, ocho técnicos de Ambar se desplazaron a Getaria para observar la evolución del mamífero marino, que se encuentra desde el lunes por la noche en el interior del puerto probablemente para “buscar protección”, aseguró Franco. Según aclaró este investigador, en este lugar, la ballena se encuentra protegida, porque no hay corrientes marinas, dispone de comida -ya que en los últimos días han entrado bancos de peces pequeños en la dársena-, y puede estar “tranquila” porque en estas fechas hay poco tránsito de barcos y los ruidos no le molestan.

No obstante, el responsable de Ambar instó a las personas que acudan al lugar “a no acercarse al cetáceo con embarcaciones”, ya que se trata de un animal salvaje que, además, podría estar enfermo y, como mamífero que es, podría contagiar alguna de sus patologías al ser humano.

El rorcual común, también conocido como ballena de aleta, es el segundo cetáceo más grande del planeta después de la ballena azul, ya que puede llegar hasta los 27 metros de longitud.

segundo avistamiento en un mes Este es el segundo gran cetáceo avistado en las últimas fechas cerca de las costas de Gipuzkoa, después de que el pasado 3 de diciembre expertos Ambar, ayudados por un grupo de surfistas, consiguieran devolver al mar, en buen estado de salud, a una cría de delfín listado (Stenella coeruleoalba) que había llegado a la playa de Zarautz. Se da la circunstancia de que meses atrás, el 22 de octubre, un tiburón de pequeño tamaño -posiblemente una tintorera o tiburón azul- fue avistado en la bahía de la Concha por paseantes que le grabaron en vídeo. - Efe