GASTEIZ. Así lo ha asegurado el jefe del área de delitos contra las personas de la Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial de la Ertzaintza, Hugo Prieto Adámez, durante su intervención hoy en la jornada organizada en Gasteiz por el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde y el Ararteko para analizar aspectos relacionados con la trata de seres humanos para la explotación sexual.

El mando de la Ertzaintza ha explicado que, desde 2010, la Ertzaintza ha llevado a cabo un total de 19 investigaciones vinculadas con este delito, que se han saldado con 29 personas detenidas y la "liberación" de un total de 30 mujeres.

Ha incidido en la importancia de la colaboración policial en el ámbito nacional y también internacional, algo que ha resaltado asimismo el inspector jefe de la Policía Nacional, José Nieto Barroso.

Ambos han destacado las dificultades para hacer frente a un delito de este tipo que genera mucho dinero. "Es el tercer negocio más lucrativo dentro de los negocios ilegales", ha afirmado el mando de la Ertzaintza, quien ha calificado la trata de seres humanos como la "esclavitud del S.XXI"

Ha asegurado que la lucha contra este delito es una prioridad también para la Ertzaintza, ha afirmado que es "preocupante" su dimensión y ha subrayado que en la trata "la persona se reduce a la condición de mera mercancía".

Ha añadido que para la Ertzaintza el cuidado y la protección de las víctimas es más importante incluso que el éxito de una operación y ha descrito las dificultades que entraña la desarticulación de unas redes donde se encuentran mujeres "extremadamente vulnerables", que normalmente desconfían de las policías y tienen una gran dependencia de sus explotadores.

Ha asegurado que los agentes tienen que ganarse la confianza de las víctimas y darles seguridad para que éstas puedan colaborar en la desarticulación de la red.

También ha indicado que la evolución de la prostitución ha hecho cambiar y en algunos casos ha complicado la labor de la policía para conocer la situación de esas mujeres, ya que hace unos años lo habitual era ver a éstas en las calles, luego pasaron a los clubes y ahora están en los pisos, menos accesibles.

También la publicidad ha cambiado e internet ofrece un anonimato que dificulta la labor policial, ha añadido

Respecto a la procedencia y tipología de las redes, el mando de la Ertzaintza ha afirmado que lo más duro que ha podido oír ha sido los relatos de mujeres nigerianas, captadas habitualmente en origen, que incluso pueden saber a lo que vienen a Europa, pero que "sellan su pacto" con rituales de vudú.

También ha relatado la opacidad de las redes chinas, que empezaron con la explotación laboral y que han entrado también en la prostitución al ver el negocio.

Ha citado como otro tipo de "tratantes" a las redes rumanas, donde incluso se obliga a mujeres de la familia a ejercer la prostitución, y el caso de las organizaciones sudamericanas, que cuentan con captadores en el país de origen, gente que se encarga del viaje y de los explotadores en el lugar de destino.

El inspector jefe de la Policía Nacional ha recalcado que en este delito hay "mucho dinero de por medio" y que en España se ha tardado mucho tiempo en reconocer socialmente el delito porque no se veía "una víctima en una mujer tomando una copa, en ropa interior y sonriendo".