donostia - La conclusión de la red de carreteras de alta capacidad de Gipuzkoa ya tiene fecha. La Diputación guipuzcoana espera que para comienzos de 2019 esté culminada la carretera de Deskarga. Pero para ello, quedan todavía más de dos años de intenso trabajo que tuvieron su pistoletazo de salida ayer mismo, cuando el Consejo de Gobierno foral aprobó la tramitación necesaria para licitar el tramo entre Antzuola y Bergara de la GI-632. Se trata de los últimos 5 kilómetros, de un total de 26 que completan la autovía entre Beasain y Bergara.

El diputado general, Markel Olano, y la responsable de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, comparecieron ayer en Donostia para ofrecer los pormenores de esta obra, que tiene un presupuesto de 55 millones de euros y un plazo de ejecución de 25 meses. No obstante, según explicó Oiarbide, el coste de licitación será de 46 millones, ya que la Diputación ha decidido encomendar los trabajos a la sociedad foral Bidegi, para poder recuperar los cerca de 10 millones de IVA que acarrea la obra.

El nuevo trazado tiene una longitud de 5 kilómetros, que se iniciará en las inmediaciones de la zona de Bentaberri, en Bergara, y finalizará justo antes del túnel de Deskarga, inaugurado en marzo de 2015. Será una autovía de dos calzadas, con dos carriles en cada sentido y en la que se implantará un nuevo peaje. Según la responsable foral, se trata de un tramo “corto pero muy profuso en problemas geotécnicos”. De hecho, es este ámbito el que mayor inversión ha requerido, ya que ha sido necesario contratar a dos reputados geólogos, así como la asesoría de la empresa Euroestudios, para elaborar el proyecto de construcción.

En este sentido, Oiarbide destacó que se han tratado de “anticipar la mayoría de los posibles imprevistos que puedan ocurrir”. Para ello, se utilizarán paredes de sostenimiento de hasta 25 metros de altura, se colocarán pantallas en las laderas a lo largo de todo el tramo, de las cuales “cinco estarán compuestas por pilotes de entre 80 y 120 centímetros de diámetro”, algo poco habitual en este tipo de obras y que suele utilizarse en las “grandes infraestructuras”, explicó la responsable foral.

Esto permitirá estabilizar los terrenos afectados por el anterior proyecto, en el que se produjeron caídas de “desmontes, taludes y hasta vertederos”, recordó la diputada. Pero además de estas mejoras, el proyecto recupera la posibilidad de conectar en el futuro la GI-632 con la AP-1 (Eibar-Gasteiz), a través del túnel de San Miguel, una opción desechada por el anterior Gobierno de Bildu.

Por su parte, el diputado general, Markel Olano, destacó que la tramitación aprobada ayer supone un “paso de gigante” para el territorio. “Desde el comienzo de la legislatura hablábamos de que en Gipuzkoa había cierta parálisis e incapacidad para gestionar determinadas infraestructuras. Queríamos acabar con esa sensación y lo hemos hecho en menos de un año”, destacó Olano, quien remarcó que la culminación de este tramo tendrá una gran repercusión en el reequilibrio territorial. A su juicio, la conclusión de la Autovía de Deskarga permitirá “aumentar la competitividad” de las zonas industriales de Goierri, Debagoiena y Urola Garaia.