Bilbao - La diabetes no deja de crecer y, sin embargo, en Euskadi tenemos la tasa más baja del Estado.
-Sí, es verdad. La prevalencia que hay a nivel estatal es del 13,8% de la población y nosotros estamos en 10,6. Pero que tengamos la cifra más baja, no quiere decir que no deje de crecer. Tenemos que actuar ya porque si no vamos a acabar con unas cifras brutales de personas diabéticas.
¿A qué se debe?
-Está muy relacionado con la obesidad y los cambios en los estilos de vida de los últimos 30 años. Ahora somos más sedentarios. La alimentación también ha cambiado. Hay muchas opciones de alimentos con más grasas saturadas y más azúcares. Eso ha alterado el panorama.
La receta clásica de combinar ejercicio y menos peso, funciona.
-Funciona pero con dificultades porque exige un esfuerzo personal complicado. En Escandinavia se ha comprobado que con supervisión de la dieta y el ejercicio, se reducía en un 50% la aparición de diabetes en personas predispuestas.
Existe un porcentaje alto de gente que desconoce que es diabética.
-Es que la diabetes de tipo 2 no da síntomas claros y, salvo que se vaya buscando, la gente sigue sin diagnóstico. En Atención Primaria ya saben que con más de 45 años, con hipertensión, el colesterol alto, obesidad y antecedentes familiares, se tiene más riesgo de diabetes y seguramente le hagan una glucemia. Pero el médico no va a ir a buscar a lazo a las personas diabéticas.
También la prediabetes afecta a un gran volumen de población.
-Son un grupo que tiene la glucemia a medio camino y sufre mayor riesgo de convertirse en diabético. Si se trabaja a ese nivel, igual evitamos que se hagan diabéticos. Lo importante es actuar rápido. Además últimamente se está publicando mucho sobre la relación entre la diabetes y el Alzheimer, aunque todavía no hay estudios concluyentes que lo demuestren.
La diabetes no duele, no da síntomas, pero va lesionando vasos y causando problemas a largo plazo.
-Es que puede ser que el primer síntoma que tenga alguien es que pierda parte de su visión o vaya al médico porque tenga una claudicación o le haya dado un infarto. Hay que estar alerta para identificar esas situaciones previas a la diabetes. Lo importante es que se diagnostique pronto para poder conseguir antes un mejor control. Eso reduce las complicaciones a largo plazo.
¿Cambiar los hábitos de vida es mejor solución que los tratamientos farmacológicos?
-Sí, para prevenir la aparición de la diabetes. Pero cuesta mucho cambiar los hábitos. Cuando uno quiere hacer una dieta o hacer ejercicio siempre encuentra una puerta de escape para evitarlo. Cambiar hábitos es difícil por eso hay que educar desde la escuela ya que es más fácil integrarlos desde pequeño.
Los niños son un importante grupo de riesgo.
-En el País Vasco no ha aumentado la prevalencia de diabetes tipo 2 en niños y la incidencia de los nuevos casos de diabetes tipo 1 se mantiene en las dos últimas décadas. El aumento ocurre en países con una obesidad extrema, donde la diabetes tipo 2 de los adultos empieza a aparecer en la infancia.
Pero en los adultos se ha disparado.
-Sí, la diabetes tipo 2 va al alza a nivel mundial. La OMS ya advirtió de que el número de casos se había multiplicado por cuatro en los últimos 30 años. Y eso provoca complicaciones agudas, complicaciones crónicas... e inconvenientes evidentes a nivel personal y social. Porque ahora no se oculta tanto pero hace unos cuantos años, la gente lo ocultaba porque no quería verse señalada.
¿La diabetes se oculta?
-Es que ya ha sucedido que a raíz de alguna persona con diabetes que estaba pinchándose en el baño de un bar, ha acabado apareciendo la policía. Aunque ahora tenemos una mentalidad más abierta e igual se comunica más.