Bermeo - Es tiempo de anchoa. En la jornada de ayer los consumidores vascos acudieron en masa a las pescaderías para comprar este pescado y degustarlo. Merluzas, chicharros, rapes y demás especies quedaron relegadas a un segundo plano. Así, la anchoa se agotó durante la mañana en numerosos establecimientos ante la enorme demanda. Los precios de venta al público se situaron sobre los 5,90 y los 6,90 euros el kilo, dependiendo del tamaño del producto ofertado. Por otra parte, el precio de venta del verdel ha registrado un considerable incremento tras el descenso de capturas y en la jornada de ayer se ofertaba a 4,50 euros en la capital vizcaina. “El verdel no se vende bien. Arrastra el sambenito de especie de segunda” asegura un pescadero bilbaino.
La anchoa del Cantábrico es especial y presenta unas características muy particulares que la diferencian de otras de la misma especie que se capturan en el Mediterráneo o Atlántico. Además, llega a los mercados pocas horas más tarde de haber sido capturada presentando un frescura incomparable. Se trata de un producto de temporada cuya pesquería se realiza entre marzo y junio aunque se producen capturas esporádicas durante el verano y otoño. El consumidor vasco no quiere perder la oportunidad de gozar de las excelencias de la anchoa capturarada por nuestros arrantzales. “La anchoa tiene tirón y mucho además. Cuando comienza la costera la gente se acerca para comprar anchoa del Cantábrico y se vende mucho. Sin embargo, si se trata de pescando capturado en otras aguas no sucede lo mismo. El cliente quiere anchoa capturada en nuestras aguas, en el Golfo de Bizkaia” asegura Rita, la responsable de una pescadería de Bermeo. Como botón de muestra del atractivo que tiene este producto, cabe destacar que en una sola jornada como la de ayer se vendieron más de 60 kilos en este establecimiento. En una pescadería de Bilbao se especificaba que la anchoa ofertada procedía del puerto de Santurtzi y había sido capturada en el Abra pocas horas antes.
Normalmente la mayor cotización en lonja corresponde a la anchoa de tamaño grande, de alrededor de 30 unidades por kilogramo. No obstante, estos ejemplares se destinan principalmente para su elaboración en la industria conservera. El pescado de tamaño mediano es el más demandado para su consumo en fresco. “A la gente le gusta la anchoa mediana. Ni muy grande ni muy pequeña, de un tamaño aproximado de 40 ejemplares por kilogramo. La anchoa grande es más cara y la anchoa joven y de tamaño menor da más trabajo” explica el responsable de una pescadería bilbaina. “Hemos vendido todo. La gente ha leído el periódico -refiriéndose a la portada de DEIA- y se ha venido exclusivamente a comprar anchoa”.
Un pescado fresco Otro de los elementos que se valora a la hora de decantarse por la anchoa es la frescura que presenta. Por ejemplo, el pescado descargado por una embarcación bermeana en la mañana de ayer correspondía a las capturas obtenidas en la largada realizada al alba. Una vez embarcado y refrigerado el pescado, el pesquero puso rumbo a puerto al que arribó en apenas media hora dada la proximidad de la dársena con la zona de pesca. Tras descargar la anchoa, esta fue comercializada y puesta a la venta durante la misma mañana. No se puede presentar mayor calidad. “Parece que están pescando muy cerca y la anchoa llega prácticamente viva, con un gris plata que se mete por los ojos” aseguraba ayer un vecino de Bilbao en una pescadería
La única discusión posible sobre la anchoa es la manera de prepararla en la cocina. “Si la anchoa es fresca y normalmente lo es, nosotros no le añadimos nada. Una vez limpia, le echamos sal y a la sartén con un aceite suave. Vuelta y vuelta y a disfrutar” explican en Bermeo. En otros casos la fritura se realiza con un poco de harina o albardada con harina y huevo. Hay quien opta por prepararla en salsa verde o en también en vinagreta con perejil, ajo, vinagre y aceite. En este caso se recomienda congelar primero el pescado. “Lo bueno que tiene la anchoa es que está rica de cualquier manera. Nosotros en la mar también la comíamos a la marinera o en salsa roja” recuerda un arrantzale jubilado.
Además de su consumo en fresco, en los municipios costeros todavía se mantiene la tradición de poner la anchoa en salazón. “La verdad es que da mucho trabajo y cada vez se hace menos, pero en el pasado se hacía mucho salazón”, explica una bermeana con muchos años de neskatila en el puerto a sus espaldas. Conviene recordar que las semiconservas de anchoa se han de mantener refrigeradas en todo momento.
Siguen las buenas capturas La oportunidad de degustar anchoa se repetirá durante los próximos días. Los arrantzales continúan con sus capturas y en la jornada de ayer el puerto de Ondarroa recibió 200.000 kilos. Si la anchoa descargada durante las jornadas del lunes y el martes presentaba un tamaño mediano, por encima de los 40 ejemplares por kilogramo, ayer miércoles los puertos recibieron anchoa “gorda” con partidas de hasta 28 unidades por kilo que superaron los seis euros en lonja.
El pescado de 29-30 no llegó a 5 euros, el de 32 a 3,50 euros y el de 35 se vendió a 2,50 euros. “La mar no deja de sorprendernos. Normalmente la anchoa que se pesca tan cerca de la costa es muy ocasional pero este año se está manteniendo de manera regular” explicaba ayer el patrón de un cerquero vizcaino.