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Euskadi activa un ‘código infarto’ para atenderlos en menos de noventa minutos

Cardiólogos de la red Bihotzez instan a llamar rápidamente al 112 si se notan síntomas como una presión en el pecho

Euskadi activa un ‘código infarto’ para atenderlos en menos de noventa minutosJuan Lazkano

Bilbao - Objetivo prioritario: que desde que una persona con infarto agudo de miocardio entra en contacto con el sistema sanitario hasta que se le desbloquea la arteria pasen menos de 90 minutos. Ese es el reto del código infarto que Euskadi activó hace cuatro semanas. Un protocolo de tratamiento del infarto para reducir los tiempos de actuación en la atención a los pacientes y disminuir la mortalidad y mejorar la calidad de vida posterior. Cada año, Osakidetza trata entre 1.500 y 2.000 pacientes por infarto agudo de miocardio que es, dentro, de las enfermedades cardiovasculares, la que causa mayor mortalidad.

El infarto viene motivado por un coágulo que obstruye las arterias coronarias. Por eso, y según la doctora Miren Telleria, cardióloga del Hospital Universitario de Donostia; “hay que concienciar a la población para que las personas que crean estar sufriendo un infarto, llamen al 112 cuando noten los mínimos síntomas”. “Hablamos de una presión en el centro del pecho que habitualmente puede ir hacia el brazo izquierdo o derecho y hacia la mandíbula, que se suele acompañar de sudoración y malestar”, aclara Telleria. “La mayor mortalidad de las mujeres por infarto es porque los síntomas son más atípicos. En lugar de sentir opresión suelen notar más un malestar epigástrico”, explica.

Telleria incide en la importancia de actuar con rapidez. “Abrir la arteria ocluida es vital. Por cada diez minutos que se pasa con la arteria obstruida, el 10% del miocardio, es decir de las células del corazón, fallecen”, dice.

El consejero de Salud, Jon Darpón, subrayó ayer que esta estrategia permitirá la atención coordinada y homogénea de los pacientes. “El infarto está relacionado con el 10% de todos los fallecimientos en la comunidad. Con la mejora en la atención, la mortalidad ha ido descendiendo, pasando del 20% que teníamos hace treinta años al 10% actual. El factor determinante de esta mejoría es la utilización de procedimientos cada vez más eficaces para revascularizar las arterias coronarias en menor tiempo”, sentenció.

Perfil, varón de 64 años

El retrato robot del paciente con infarto es el de un varón (suponen el 70% de los casos) con una edad media entre 64 y 65 años. En el caso de las mujeres, son diez años mayores y sufren más patologías. Para la doctora Telleria, “las claves en la prevención son vigilar la hipertensión y el colesterol alto, dejar de fumar y controlar la diabetes”.

Ángel Loma-Osorio, cardiólogo de la Unidad de Cardiopatías Agudas del Hospital de Araba, argumentó que “se sabe que un tiempo menor a 120 minutos, que es la barrera tope, determina una menor mortalidad. Lo que hay que intentar es que desde que el paciente contacta con el sistema hasta que tiene la arteria abierta, haya transcurrido el menor tiempo posible”. Loma-Osorio explicó que el código infarto es consecuencia de un trabajo iniciado en 2012, fecha en la que se hizo un estudio para recabar información de 509 pacientes de Osakide-tza. “Ahí vimos que se prestaba un buen servicio pero que había áreas sensibles de mejora”, señaló.

Darpón incidió, sin embargo, en que rebajar los tiempos es algo “relativamente fácil si el paciente está en Bilbao o Donostia, la cosa se complica si está en Laguardia o en Karrantza. Por eso tenemos que garantizar la misma asistencia en el entorno urbano o rural”, destacó.

Miren Telleria puso de relieve que “no hay que tener miedo a llamar al 112. Cuando un paciente llama, le preguntarán cómo es el dolor que siente. Y si los profesionales lo consideran oportuno, le mandarán una ambulancia medicalizada donde le harán un electrocardiograma que es donde se ve si se trata de un infarto”.

“En algunas ocasiones se dará una medicación por vía intravenosa y la mayoría de las veces se practica una angioplastia primaria, que consiste en abrir la arteria ocluida mediante cateterismo. El equipo de hemodinámica estará sobre aviso y recibirá al paciente en el hospital. Ésta es la practica más rápida y eficaz para que el infarto tenga menores consecuencias”, aseveró Telleria, aunque también resaltó que “no nos podemos olvidar de que el tiempo empieza a contar desde que se cierra la arteria y del tiempo que el paciente está en su casa”.

Por su parte, José Ramón Rumoroso, Jefe de Sección de Cardiología y Hemodinámica del Hospital de Galdakao, manifestó que “la mortalidad del infarto puede situarse entre un 30 y un 35% antes de llegar a un hospital y por eso es tan importante que exista una red coordinada ya que la asistencia en tiempo y forma garantiza mejoras importantes”.

Sobre el objetivo cifrado por la Sociedad española de Cardiología de que la tasa de fallecimiento por infarto intrahospitalaria sea inferior al 5%, apuntó que “se puede conseguir ese ratio si el paciente ha ingresado a tiempo al hospital. Pero hay un porcentaje de casos en los que no se puede hacer nada porque no han llegado a tiempo de tratarse”.