Estos trágicos hechos, sucedidos en septiembre de 1615, obligaron a los balleneros a refugiarse en Islandia, donde mantuvieron una serie de enfrentamientos con las autoridades locales, que finalmente mandaron asesinar a los 32 pescadores.

Ese mismo año, Jon Gudmunsson, conocido como Jon Laerdi, "El Sabio", escribió un ensayo en el que denunció aquellos sucesos bajo el título: "La verdadera historia del naufragio y matanza de los españoles (vascos)".

Según informa hoy la Diputación de Gipuzkoa en una nota, la placa conmemorativa ha sido instalada en una roca próxima al Museo de la Brujería de Hólmavik, en un acto que ha sido presidido por el ministro de cultura de Islandia, Illugi Gunnarson, el diputado general, Martín Garitano, y la diputada de Cultura, Ikerne Badiola.

Este evento ha servido también como acto de reconciliación entre ambas comunidades, ya que ha contado con la asistencia de Xabier Irujo, uno de los descendientes de los balleneros asesinados, y de Magnús Raffnson, descendiente de uno de los autores de la matanza, quienes han simbolizado mediante un abrazo "la reconciliación de las dos comunidades".

Durante su intervención en este homenaje, Garitano y Gunnarson han manifestado la necesidad de "aprender" de la historia y sobre todo de los episodios "trágicos", con el fin de que "no se reproduzcan en el futuro".

"Es el momento de enterrar en el olvido los acontecimientos lamentables e incidir en los años y años de amistad y colaboración entre islandeses y vascos", han recalcado.

Seguidamente, los mandatarios presentes han descubierto la placa conmemorativa, instalada en una piedra frente al Museo de la Brujería de Holmavik, como homenaje a estos 32 balleneros asesinados en 1615.

Posteriormente, han visitado la excavación arqueológica de un campamento de pescadores vascos del siglo XVII, actividad con la que han culminado los actos organizados en las ciudades islandeses Reyjkavik y Hólmavik para conmemorar los cuatrocientos años de esta matanza, que se iniciaron con un congreso internacional en el que participaron 29 investigadores de siete universidades de distintos países.

Pese a los cruentos hechos de 1615, las investigaciones históricas, excavaciones y documentos lingüísticos hallados demuestran que a lo largo del siglo XVII la presencia de vascos en Islandia fue muy relevante y la relación con los islandeses resultó muy fructífera, tanto en términos comerciales como culturales.