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“Está tan claro que los políticos mienten que pillarles no sería un éxito profesional”

Conchita Pérez somete al examen del polígrafo a los tertulianos e invitados de ‘Sálvame Deluxe’, pero su máquina de la verdad está al alcance de cualquiera

“Está tan claro que los políticos mienten que pillarles no sería un éxito profesional”

bilbao - Impecable, educada y siempre recatada en sus palabras, la aragonesa Conchita Pérez asiste cada viernes al caótico show de Sálvame Deluxe. Su habilidad como poligrafista hizo que dejara su carrera empresarial para montar una consulta para particulares y empresas a la que cualquiera puede acceder a través de www.grupoverity.com.

¿Cuál fue su trayectoria hasta convertirse en poligrafista?

-La verdad es que yo hice Empresariales y siempre he tenido empresas de productos petrolíferos, servicios de instalaciones petrolíferas, etc. Fue fortuito que en un momento determinado yo tuviera que demostrar un hecho que era mi palabra contra la palabra de un policía. Me di cuenta de lo difícil que es demostrar algo cuando una cosa ha ocurrido en el tiempo y no hay testigos. Tras lo que me pasó a mí, comencé un camino para poder ayudar a los demás. Contacté con una escuela americana y allí saqué el título. Después comencé a trabajar para particulares.

¿En qué momento se convenció de que el polígrafo funciona?

-En el momento que comprobé que hay quinientos poligrafistas en nómina en la Casa Blanca. En Estados Unidos no hay nadie que trabaje para el Estado que no sepa que cada cuatro meses, aleatoriamente, pueden pasar por un polígrafo. Si países punteros como Estados Unidos, Canadá o Israel lo utilizan para sus fuerzas armadas y para la seguridad de su país, creo que no es una broma.

¿Cómo funciona el polígrafo?

-El polígrafo se basa sobre todo en el sistema nervioso, que empieza en la nuca y termina en el ano. A partir de ahí tenemos ramificaciones nerviosas por todo el cuerpo. Medimos a nivel abdominal y a nivel torácico, también la velocidad de la sangre, la sudoración y el esfínter, que no se puede controlar y se abre y se cierra instintivamente.

¿Se puede engañar al polígrafo?

-Yo no conozco a nadie que lo haya engañado. Además, al polígrafo no se puede engañar. Al que se puede engañar es al poligrafista si es que no está preparado para saber interpretar. La verdadera máquina de la verdad es uno mismo.

¿Ha desarrollado un ojo clínico para saber sin la máquina quién está mintiendo?

-A mi consulta suelen venir matrimonios con problemas o particulares que igual han sustraído algo y, no es por presumir, pero la verdad es que cuando entran a mi despacho ya sé detectar quién viene con pecado.

¿Cómo es su trabajo fuera de la televisión?

-Tengo una consulta para resolver dudas de particulares o empresas. Ayudo, por ejemplo, a resolver dudas de parejas porque no se puede vivir con la incertidumbre. Casi no podemos vivir con paz, como para vivir pensando que hay gente que nos está mintiendo. Tengo parejas que llevan 35 o 40 años malviviendo con algo que quieren aclarar. La vida es otra cosa. La vida no es solamente haber tenido un desliz o un mal momento. Ayudo a aclarar dudas. Con la mentira no se puede vivir.

Se le ha visto en un programa deportivo. ¿Va a ser habitual?

-Fue una cosa puntual. La verdad es que se trataba de una persona maravillosa que no tenía doblez [se refiere al exárbitro vizcaino Eduardo Iturralde González]. Quizás por eso no salió mucha polémica y no les debió satisfacer mucho.

¿Cómo es el proceso de trabajo con los invitados al polígrafo?

-El mismo día por la mañana o la tarde anterior tengo una reunión con ellos. Les desarrollamos las preguntas una a una para que entiendan bien lo que se quiere saber. Se les explica muy bien cómo es la prueba y luego se hace. Tenemos unas cuatro horas de reunión en las que se analiza la comunicación no verbal, cómo se explica, cómo dicen las cosas y lo que es la psicología y fisiología.

¿Los invitados lo ponen fácil o suelen intentar esquivar preguntas?

-Cuando llegan a mí ya llegan con las preguntas acordadas con la dirección. Ya me llega un cuestionario cerrado y aceptado. Muchas veces se creen que esto es de otra manera, que es algo más frívolo y piensan que podrían engañar a la máquina o que no iba a salir la verdad a relucir.

¿Hace un poco de terapeuta con sus invitados?

-Siempre. La verdad es que creo que les ayuda mucho y te cuentan todo, el por qué y el para qué de las cosas. La gente coge mucha confianza conmigo y se abre. Pasa en la televisión, pero quizás más con los particulares de la consulta. Es increíble. Creo que toda pareja necesita una tercera persona que les escuche y les atienda.

¿Usted se prestaría a pasar por el polígrafo de ‘Sálvame Deluxe’ para hablar de su vida privada?

-Sobre mi vida privada no, porque es para mí. Yo respeto todo y cuando llegan los invitados les digo que no les voy a juzgar ni criticar, simplemente les voy a hacer preguntas concretas para sacar resultados concretos. Admito que la gente haga lo que quiera, pero creo que la vida privada es muy de cada cual.

¿Alguna vez se ha sentido incómoda por la temática de las preguntas del programa?

-No, porque esas preguntas las tengo yo en el día a día en las parejas que vienen a la consulta. Lo que quieren saber siempre es lo mismo: si ha habido penetración, cuánto, con quién, cómo y de qué manera. Es el a e i o u de las dudas de las parejas.

¿Con qué polígrafo de ‘Sálvame Deluxe’ se lo ha pasado mejor?

-Es difícil decidir porque es mi trabajo y la verdad es que me lo paso bien siempre. Si me mienten y les pillo es una satisfacción personal. Y cuando son personas sinceras que te lo cuentan absolutamente todo, también lo disfruto.

¿Cómo encajan los famosos que les desenmascaren?

-Kiko Matamoros, por ejemplo, se enfadó mucho porque él no esperaba que yo le sacara una mentira. Pero luego lo que más satisfacción me dio fue que a la Dirección le dijo que era verdad. Lo que pasa es que le molestó tanto? Luego se hizo tres polígrafos más porque sabe que el polígrafo funciona y esa es la mejor prueba y la mejor ayuda que tengo. Kiko confía en mí y sabe que funciona.

¿A quién sentaría en el polígrafo?

-A alguien que suscite dudas. Los políticos suscitan tantas dudas? Está tan claro que mienten que pillarles tampoco sería un éxito profesional.

A quien ya sentó en el polígrafo es a Jorge Javier.

-Sí, se lo hizo el 23 de diciembre de 2013. Era un momento en el que yo estaba muy molesta por lo de Kiko y él tuvo la amabilidad de someterse al polígrafo posponiendo un día sus vacaciones de Navidad y decir: Yo sé que el polígrafo es verdad y aquí estoy. Por eso mi reconocimiento y agradecimiento hacia él es muy grande. Yo con Jorge Javier, lo que haga falta.

¿Ha mentido en esta entrevista?

-Absolutamente nada.

¿Palabra de poligrafista?

-Palabra de Conchita Pérez, que es una persona de bien.