Alertan de trampas en los envases de alimentos
Asociaciones vascas censuran que hay firmas que tratan de confundir a los consumidores sobre el origen de productos
a la hora de coger el carro de la compra, el 25% de los consumidores tiene en cuenta el origen de los productos, lo que puede llegar a convertirse en un problema cuando en las tiendas se mezclan alimentos de auténtica denominación de origen con otros que tratan de imitar a los de primera calidad. El arte del engaño está cada vez más extendido. Así lo indica Euskal Nekazarien Batasuna (Enba), que censura estas prácticas “incorrectas”, que tratar de “ganar” consumidores dando nombres a sus productos que se identifican con la tierra vasca, pero ocultan la verdadera procedencia de los alimentos. Hay quienes llegan a calcar los envases de otros productos de reconocido prestigio.
“Hay una marca que se llama Gurutxe, que tiene un producto parecido a la guindilla de Ibarra, pero producida en China y envasada en Calahorra. No tiene nada que ver con nuestra producción”, critica Xabier Iraola, miembro de Enba.
Del mismo modo, hay quienes aprovechan el tirón de la guindilla “intentando enganchar al consumidor vasco a través del nombre”. Según indica Iraola, el fabricante de este tipo de productos, cuyo punto fuerte es el precio bajo, intenta “robar” parte de cuota de mercado engañando o intentando confundir al consumidor.
Otro ejemplo, añaden desde Enba, “es el de la conservera llamada La Guipuzcoana, que se encuentra en Andosilla”. “Casualmente, los productos que trae son típicos de aquí”, recalcan. O el caso de la quesería Aldanondo, que afecta hasta a su familia. “Hay veces que le digo a mi suegra que se ponga las gafas porque compra queso de Aldanondo y se cree que está comprando Idiazabal”, admite Iraola, después de explicar que la D. O. Idiazabal funciona muy bien fuera de Euskadi y que los consumidores del Estado identifican la banda roja con productos Idiazabal. “Aldanondo sacó al mercado un queso que en el diseño de su packaging y su etiqueta se parece mucho”, aclara, “con una zona roja muy similar a la banda de Idiazabal. Incluso en un primer momento se llamó Etxegarate, que está claramente identificado con el pueblo de Idiazabal”.
legal, pero poco ético No es una práctica ilegal. Pero, para Iraola, “si hubiera un código de buenas prácticas comerciales, esto quedaría fuera de él”. Ion Zabaleta, presidente de la Asociación de Horticultores de Gipuzkoa (Gilbe), afirma que se trata de “competencia desleal”. Las marcas bajo sellos como Eusko Label, o las denominaciones de origen, tienen que cumplir con unas normativas de calidad que estos productos en cuestión no cumplen. Zabaleta anuncia que conseguir esa firma de calidad “te cuesta más esfuerzo y más dinero, para que después la gente mire, compare precios y crea que es igual”.
Una misma marca de guindillas que vende su producto con un nombre euskérico en el País Vasco, sin ser esta su procedencia, también puede venderlo en otra comunidad autónoma con otro nombre que convenza mejor a sus ciudadanos. Mediante esta técnica, se intenta aunar el factor de compra del precio, con el factor del origen, que suele ser sinónimo de calidad. “Una carne que tiene la misma imagen que un chuletón vasco, pero que viene de Galicia o Alemania, y es más barata, hace que el cliente se olvide del factor origen”, explica Iraola.
cosa de las marcas Por eso, desde Enba lanzan una reivindicación sectorial. “Igual no se pueden hacer controles de algo que no es ilegal, pero nosotros queremos que se promueva un código de buenas prácticas donde este tipo de supuestos engaños se descarten”, replica. Aunque es consciente de que “eso no lo puede hacer una comunidad autónoma por su cuenta”.
Desde Gilbe sugieren a las marcas de calidad que den a conocer este tipo de embustes y “se esfuercen por proteger a sus productores, quienes hacen bien su trabajo”.
Ambas asociaciones coinciden en que la mayor autoridad reside en las cadenas de distribución, quienes tienen poder de denuncia ante los organismos correspondientes y la oportunidad de realizar esta clarificación comercial. Iraola manifiesta que “los centros de distribución lo permiten para tener una gama de precios más variada”. Entretanto, Zabaleta solicita que se delimite claramente las áreas en las que se puede comprar con calidad de las zonas donde uno puede adquirir otro tipo de productos”.
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