Bilbao - La ciencia llora el fallecimiento de Ángel María Fuentes de Cía (Iruñea, 12-III-1955) el pasado domingo a los 59 años. El navarro afincado en Zaragoza ha sido uno de los máximos referentes a nivel estatal y también internacional en la ciencia de la conservación y restauración de materiales fotográficos históricos. Fuentes de Cía se formó en la Universidad de Zaragoza en la que se licenció en Filología Hispánica (1973-1978) y Conservación de Fondos Fotográficos (1989-1992) en el International Museum of Photography at the George Eastman House, así como en el Image Permanence Institute de Rochester o en el Canadian Conservation Institute (CCI) Ottawa, Canadá. Desde estas instituciones han hecho llegar condolencias al conocer la pérdida del científico.

La Chunta Aragonesista ha pedido al equipo de gobierno de Zaragoza de que una calle de esta capital lleve su nombre. "Era una máquina de trabajar por la recuperación de lo que él llamaba cariñosamente artefactos fotográficos. Su trabajo ha servido para evitar la desaparición de miles de placas y fotografías, testigos mudos del pasado. La pena por una muerte tan prematura no la va a quitar nadie, por eso desde nuestro grupo municipal de Chunta Aragonesista pedimos al gobierno de la ciudad que dedique una calle significativa a este fotógrafo, conservador y restaurador del patrimonio fotográfico antiguo".

Impartió incontables cursos -por ejemplo, en ALDEE Artxibategi, liburutegi eta Dokumnetazio Zentroetako Profesionales Elkartea de Donostia o en el Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz o el Archivo Histórico Provincial de Araba- y seminarios, realizando más de un centenar de diagnósticos y trabajos de restauración de colecciones fotográficas en diversas instituciones y universidades de España, Alemania, Estados Unidos, Portugal, México, Argentina, Chile...

Impacto instantáneo

Desde más cerca, desde la capital de la CAV, el historiador del Arte, fotógrafo y conservador de fotografía Jabi Soto Madrazo (Gasteiz, 1976) habla maravillas a DEIA sobre el fallecido. "Conocí a Ángel en el transcurso de un taller sobre preservación de fotografía en Iruñea, y el impacto fue instantáneo. No solo por el tono y la intensidad de una voz poderosa y sin embargo cálida, sino por el rigor científico y la calidad de los contenidos que desplegaba ante un público variado pero consciente de la importancia de lo que en la sala se estaba tratando", revela.

Gracias a Ángel Fuentes de Cía, Soto Madrazo apostó por la conservación. "Ese primer acercamiento al mundo de la preservación de fotografías fue fundamental. El impacto fue tal que solo quería comprar libros sobre conservación y, por supuesto, estaban los apuntes y la información que Ángel regalaba generosamente en cualquiera de sus presentaciones. Acudí con cierta regularidad a los variados cursos que ofrecía en Madrid, y a ello se unió la posibilidad de trabajar en un Archivo, en el departamento de fotografía. Ahí comprendí que la fotografía es la suma de la imagen y el soporte que la sustenta, y que una gestión científica de ese binomio es lo único que puede preservar la memoria contenida en cada fotografía".

Soto asegura que con Ángel aprendió que la conservación y restauración de fotografía es una ciencia, que necesita formación, atención, financiación y trabajo colegiado entre diferentes profesionales. "Gracias a él, fuimos capaces de organizar de manera científica varios de los fondos y colecciones custodiados en algún que otro Archivo, y defendimos con uñas y dientes un vocabulario y una metodología que habíamos aprendido en sus seminarios. Ciencia", agrega y va más allá: "Por eso, ahora, disfruto muchísimo con los contenidos icónicos pero, mucho más, identificando un aglutinante, un procedimiento, un deterioro, e indagando sobre las propuestas posibles de actuación. Era uno de esos maestros capaces de ofrecerte ese primer eslabón con el que ir construyéndote una cadena, capaz de enseñar, más que mostrar. Es una gran pérdida para el mundo de la ciencia, para todos los que le conocimos, aunque en cierta forma, dejó un poquito de él en cada uno que le conocimos", concluye a este diario.

Más reacciones

Entre otras reacciones ante el fallecimiento del navarro, el Archivo de Fotografía Histórica de Canarias ha lamentado la muerte de quien dirigió un Diagnóstico del estado de conservación de los fondos del Archivo de Fotografía Histórica de Canarias en 2002. "Nuestro patrimonio fotográfico histórico ha perdido a una de las personas que ha hecho posible su conservación y la existencia de este Archivo", valoran.

El Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) con sede en Madrid también ha hecho público su lamento y reconocimiento por el finado. "Con enorme tristeza", aseguran, recuerdan que Ángel fue "gran amigo y socio del IAC. Referente de la conservación y de la historia de la fotografía, ha sido Conservador-restaurador de patrimonio sobre soporte fotográfico y crítico de Fotografía. Le decimos adiós con tristeza pero muy orgullosos de haber tenido el privilegio de trabajar junto a él en la asociación". Desde Iruñea, Cristina Núñez Baquedano, de la revista Contraluz -de la Agrupación de Fotográfica y Cinematográfica de Navarra-, aporta a DEIA una fotografía para este homenaje escrito y unas palabras de aprecio. "Ángel era una persona súper especial... Bueno, siempre se dice lo mismo cuando la gente se marcha pero en este caso te aseguro que más allá de ser un eminencia en su profesión, personalmente era increíble... La verdad es que la fotografía refleja muy bien esa cualidad entre tantas de Ángel de sonreír hasta con la mirada".