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"A nadie le gusta tener que pagar más"

El copago farmacéutico comenzó ayer con problemas informáticos "aislados" y muchas preguntas Pacientes y farmacéuticos constataron que el nuevo sistema ralentiza las operaciones de compra

"A nadie le gusta tener que pagar más"David de Haro

Bilbao. Desde el punto de vista técnico y organizativo, el arranque del copago farmacéutico en Euskadi ha sido un éxito, solo empañado por problemas informáticos y con las tarjetas "muy puntuales" y una cierta ralentización en el ritmo de dispensación en las farmacias. Sin embargo, para los pacientes que ayer se acercaron a retirar medicamentos con las correspondientes recetas la entrada en vigor de la medida supone pagar más y eso "no le gusta a nadie".

Y es que precisamente ayer, el día que comenzaban las rebajas en los comercios vascos, en las farmacias tocaba pagar más dinero por los medicamentos con receta. Los farmacéuticos consultados dijeron que la mayoría de sus clientes estaban informados de los nuevos porcentajes de pago, pero que había bastantes dudas respecto a los topes mensuales establecidos para los pensionistas o los rangos en los que se enmarca cada paciente. Sonia Sáenz de Buruaga, titular de una farmacia en la calle Henao, explicó que a lo largo de la mañana habían acudido personas con su tarjeta sanitaria solo para preguntar cuánto les tocará pagar y también habían llamado pacientes habituales para saber a cuánto ascenderá ahora su medicación y cómo funciona el sistema de topes.

La petición de tiques de compra por parte de los clientes fue superior a lo habitual y los farmacéuticos lo achacan a que muchas personas los usarán para llevar el control de lo que pagan y también a que los necesitan si quieren reclamar a Osakidetza porque no están conformes con el nivel de renta -y de copago- que les ha adjudicado. "Hemos tenido alguna queja porque hay personas que consideran que hay un desfase en la información sobre su situación económica y es que los datos de base son de 2011 y el nivel de renta de mucha gente puede haber cambiado desde entonces", señalaron en la farmacia Moyúa. "Si un paciente entiende que hay una discrepancia entre lo que Osakidetza dice que debe pagar y lo que el cree que le corresponde, entonces debe pedir el tique y acudir al centro de salud para que le corrijan el rango y gestionar la devolución", añadieron.

sobre el terreno Virginia Cortina, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia, reconoció que se habían registrado "algunos problemas con la aplicación de gestión que tiene cada farmacia", pero que se habían solucionado con rapidez. Ella y el director de Farmacia del Gobierno vasco, Iñaki Betolaza, estuvieron comprobando el funcionamiento del sistema en oficinas de Sopelana, Leioa y Bilbao y presenciaron en persona alguno de esos fallos informáticos. No obstante, Virginia Cortina destacó que el tráfico de datos y las comunicaciones de las distintas farmacias de Euskadi con Osakidetza funcionaron muy bien.

La presidenta de los farmacéuticos vizcainos estableció una clara separación entre la actitud "tranquila" de los pacientes que se encontraron con que la operación de compra duraba más de lo habitual -"porque hay que pasar la tarjeta, conectar con Osakidetza y esperar a que el sistema diga qué porcentaje toca pagar"-, y las protestas que expresan como ciudadanos. "No hace falta hacer encuestas para saber que la gente no está conforme con el copago, porque a nadie le gusta tener que pagar", señaló antes de recordar que "el sistema de tope automático es muy importante, pues permite que los pensionistas de cualquier tramo sepan que cuando alcanzan su tope ya no pagan más". Ayer el sistema registró 45.000 consultas de topes de otros tantos pensionistas.

Según el Gobierno vasco, "la normalidad y la ausencia de incidentes" fueron la tónica general en las primeras horas del copago farmacéutico, "que se aplica ya en todas las farmacias de la CAV".

Ayer, tanto farmacéuticos como pacientes sufrieron una de las consecuencias más claras del nuevo sistema: la ralentización de las operaciones de venta, debido a que la comprobación de datos alarga el proceso. Además, como señaló el titular de la farmacia Cebreiro, en Colón de Larreategui, "nos llegan recetas que tienen el TSI y otras que no y eso nos dificulta el cobro correcto". Este profesional quitó importancia a estos "problemas burocráticos" y contó que "la gente ha leído la prensa y sabe que ahora paga todo el mundo, unos más y otros menos, pero hay que pagar".

Para una de sus clientas, sin embargo, el mayor motivo de descontento con el copago estriba en que ella "que ha cotizado toda la vida" tiene que pagar por las recetas, mientras que "la gente de fuera no paga un duro".

Otro cliente que acudió con numerosas recetas rojas porque es el propietario de una residencia de personas mayores y se encarga de comprar los medicamentos de los residentes, explicó que la mayoría de estas personas son enfermos crónicos y "gestionar sus medicaciones es ahora un pandemónium". Añadió que "a final de mes la farmacia le dará las facturas de cada residente y ellos o sus familias tendrán que abonar los 8,14 o los 18,32 euros que les corresponden".

Ante el riesgo de que las personas con menos medios abandonen tratamientos, Sonia Sáenz de Buruaga dijo que los farmacéuticos ya hacen un seguimiento de los pacientes habituales y ahora vigilarán más.