Hay que estudiar algo con porvenir
"El sistema educativo no se interesa por las capacidades de sus futuros talentos"
Ya lo decía Evaristo en una de sus míticas canciones: "hay que estudiar algo con porvenir, hay que estudiar algo para escapar, una carrera con salida de las miserias de la vida...".
Ciertamente, su mensaje directo, crudo y realista, es una de las razones por las cuales ha tenido, tiene y sigue teniendo cantidad de seguidores. En el tema que nos ocupa, su discurso no es una salvedad.
Profundizando en la cuestión, nos encontramos con una realidad preocupante, me refiero a la distancia existente entre estudios y empleo. Es decir, el mundo académico y el real. Esta opinión, compartida por la gran mayoría de las personas que hemos pasado por ambos mundos, nos obliga a lanzar la siguiente pregunta: ¿Qué hay que estudiar?
Difícil respuesta si nos atenemos a la dificultad histórica que los orientadores y las orientadoras encuentran para aconsejar al alumnado en el terreno académico. Otro de los ejemplos que confirman la complejidad en la elección, es la cantidad de jóvenes que no termina los estudios superiores. Por no hablar de los que hemos terminado y actualmente no trabajamos en algo relacionado con lo estudiado.
Por lo tanto, ¿qué es lo que falla? sinceramente creo que el sistema educativo no considera a las personas. No se preocupa de la raíz, no muestra interés por conocer las capacidades de sus futuros talentos, jóvenes que aun no tienen claro ni cómo son, ni mucho menos cuál es su vocación. El sistema no sabe lo que les gusta, ¡no lo saben ni ellos/as! Es decir, las personas nos acoplamos a los estudios establecidos, del mismo modo que ocurre en el mundo empresarial, la persona se adapta al rol y muy pocas veces al contrario.
Ahondando en el origen de la cuestión, nos encontramos con otra interrogante:¿cuántos hemos estudiado algo vocacional? Me faltan datos empíricos para dar respuesta, no obstante, tengo la impresión de que las decisiones tienen mas relación con las vocaciones de quienes influyen en dichas elecciones (padres, madres, amigos, etc) que en la propia persona interesada. Volviendo a la letra de la canción del cantante alavés, especulando con la salida de la carrera escogida en función de la tendencia del mercado.
Esta falta de acierto en la elección incide de manera decisiva en el empleo y por consiguiente tanto en la vocación como en la pasión. Y todos sabemos que la pasión es una de las motivaciones vitales. Es decir, cuando haces lo que te gusta disfrutas; y encima, si cobras por ello, te sientes doblemente satisfecho. Muchos deportistas profesionales saben de lo que hablo. Deportistas que no han recibido ningún aprendizaje oficial, deportistas que han sabido potenciar sus virtudes y trabajar duro para rebajar sus carencias, y que tras mucho sacrificio han conseguido dedicarse a su pasión. Ese es su gran mérito, no el reconocimiento moral y económico por el que parece que son envidiados.
Por lo tanto, si somos capaces de elegir los estudios que nos gustan, tendremos muchas opciones de trabajar en lo que nos apasiona. Ahora que hay tanto paro y que parece que la creación de empleo se puede convertir en prioridad, es un momento idóneo para hacer una apuesta clara por un empleo digno, que integre personas, estudios y trabajo.
En definitiva una educación basada en las personas, potenciando su talento y teniendo por objeto su felicidad. Ese es el motor de la motivación, ese es el verdadero motor de la economía. Ese es el motor que nos va a ayudar a salir de esta complicada situación económica.
Entonces, ¿por qué hay que estudiar algo con porvenir? ¿No sería mejor estudiar algo que te haga feliz y ser la persona quien le de porvenir?
Más en Sociedad
-
Uno de cada tres jóvenes vascos de entre 25 y 39 años no quiere tener hijos o hijas
-
La UPV/EHU incorpora a sus postgrados el curso de Experto de Derecho de Consumo en el marco del convenio con Kontsumobide
-
Detenido en Ibiza un hombre por agredir sexualmente a su expareja
-
Una treintena de supermercados de Mercadona en Euskadi colaboran en la campaña de primavera de Bancos de Alimentos