DEIA lo denunció hace 30 años
Alertó de que en Bilbao la mitad de adopciones se realizaban sin ningún control
Bilbao
Un solo caso hoy día haría saltar todas las alarmas, pero hace treinta años adoptar niños al margen de las instituciones parecía algo habitual. De hecho, según denunció DEIA, en un reportaje publicado el 18 de abril de 1982, más de la mitad de las adopciones que se registraban en Bilbao por aquel entonces se realizaban sin ningún control oficial. Un caldo de cultivo perfecto para el robo y venta de bebés. "Existe en Bilbao, al igual que en la mayoría de ciudades del Estado, una especie de mercado blanco de niños que son adjudicados a matrimonios previo pago de cantidades que oscilan entre cien mil pesetas y un millón", reza el artículo. "Aunque estos casos son los más raros -prosigue el texto- no lo es tanto conseguir un recién nacido por medio de un médico, un sacerdote o un abogado, tan solo a cambio de los gastos de clínica y parto de una joven embarazada, que no quiere o no puede quedarse con su hijo, saltándose así los dos años de espera aproximada del trámite legal".
Asombrado por la publicación de esta noticia, -"me sorprende que hace treinta años saliera eso en prensa cuando es una cosa que estaba ilegal por toda España"-, Patxi Ulibarri, hermano de una niña dada por muerta en la Maternidad de Bilbao, muestra su indignación. "Eran unos sinvergüenzas sin escrúpulos que se aprovechaban de la gente humilde con pocos recursos y que han hecho a su libre albedrío lo que les ha parecido. Algunos han cobrado dinero, lo que costaba un piso, doscientas cincuenta mil pesetas, medio millón...", explica.
"Obras de caridad" En el reportaje, firmado por José A. Rodríguez, fuentes de la Maternidad de Bilbao señalaban que las adopciones "bajo cuerda" se realizaban "bajo el cartelito de obras de caridad". Un término que enoja a Patxi. "¿Obras de caridad? Ya les vale. Es impresionante lo que la gente podía hacer a cuenta del dinero y la prepotencia y el poder que han tenido algunos entes, como la Iglesia. Monjas y curas que se han valido del poder que se les ha otorgado y hacían y deshacían a su aire". A veces incluso trataban de convencer a la madre de que con un hijo menos "iba a estar más tranquila". "Estaban indefensas porque antes un médico, un cura o una monja te decían arre y su palabra iba a misa".
Aunque "la esperanza es lo último que se pierde", Patxi tiene los pies en el suelo y sabe que localizar a su hermana, si es que está viva, es como buscar una aguja en un pajar. "Mi madre es mayor ya, tiene 81 años. Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que ella se quede más o menos tranquila, pero es muy difícil que aparezca. Igual ni siquiera sabe que es adoptada o igual está muerta", especula.
Según los datos recogidos en el artículo de DEIA, en los años 80 y 81 se adoptaron en Bilbao unos sesenta niños sin intervención de las instituciones, mientras que en los años 1972 y 1973 esta cifra ascendió a 113 bebés. "Me parece fatal porque se han aprovechado de madres inocentes. Nos han vendido a los hijos y no éramos borrachas, éramos personas normales y corrientes, trabajadoras", denuncia Raquel Álvarez de Dios, que sospecha que su recién nacida, dada por muerta hace 45 años, fue realmente entregada a otra familia a cambio de dinero. "Estos regalados no fueron ninguno", intuye y clama ayuda. "Los jueces y los fiscales son los que nos pueden echar una mano, pero si archivan los casos, nos dejan sin ninguna solución".
Algunas parejas, tal y como se denuncia en el reportaje, acudían a un intermediario y le decían: "Tengo tanto dinero, búscame un niño...". Otras admitían que querían una niña "para que les cuide en la vejez". Marga Zamora, abandonada y adoptada en apenas diez días, cuando habitualmente el proceso se demoraba meses, corrobora esta afirmación. "A muchas nos adoptaban para que les cuidáramos de mayores. Mi madre, por ejemplo, tenía 40 años y la de una amiga mía, también adoptada, 45".
También se hace eco el periodista de que las familias adineradas no acudían a la Maternidad a adoptar. "Estaba la trama de Mercedes de Gras. Era otra forma para conseguir un niño bastante más rápida que acudir a la Maternidad", apunta Marga, a quien le encantaría conocer a su madre biológica.
Dado que la propia Junta de Protección de Menores y el Servicio de Acogidos de la Diputación Foral confirmaban en 1982 la existencia de adopciones irregulares, Marga cree que "las autoridades de entonces tenían que haber actuado contra ese mercado de niños". A las actuales les pide apoyo. "El Gobierno vasco ha dicho que nos va a ayudar. Se ha abierto una comisión de investigación. Espero que eso no quede en agua de borrajas".
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