DURANGO. El Orfeón Durangués cantará hoy una misa memorial en recuerdo a quien fuera su director entre 2000 y 2005 Corneliu Avram Madru. Será en la basílica de Santa María a partir de las 12.00 horas. Avram Madru falleció el pasado día 22 en Erandio a los 71 años de edad. Graduado por los Conservatorios Superiores de Música de Cluj y Bucarest (Rumania), fue profesor de música y director de coro en su país, habiendo grabado para Radio Rumania un gran número de obras corales con la Coral 188.
En Euskadi, Corneliu dirigió al Orfeón Durangués, al Orfeón San Antón de Bilbao y en los últimos años en el de los trinitarios Irutasun de Algorta. En esta formación entró en marzo de 2005. Ahora bien, su primer contacto con Euskal Herria fue como profesor en la escuela de música de Ondarroa y más adelante en el Conservatorio Juan Crisóstomo Arriaga donde fue profesor de Armonía y Análisis Musical. Se jubiló hace un año.
Los funerales por su persona se oficiaron en Algorta donde cantó el coro Irutasun. Hoy, el Orfeón Durangués quiere rendirle también su tributo como mejor lo saben hacer, ya que con él, esta masa coral decana de Bizkaia "logró un salto cualitativo y técnico. El Orfeón agradeció su bagaje artístico e histórico", valoró ayer a DEIA el presidente de la agrupación, el conocido actor Félix Arkarazo. Al acto litúrgico acudirá la viuda de Corneliu, María Madru, violonchelista profesional, el presidente de Irutasun Abesbatza de Algorta y miembros de su directiva.
Avram Madru recaló en Durango en 2000. Con él en la dirección, la agrupación ganó el Gran Premio del Concurso Internacional de Canto Coral de Roma, en 2002. Hombre de firmeza clasista, fue "muy querido por el Orfeón Durangués, todos guardan un bonito recuerdo de su paso", afinaba ayer quien fue secretario de la directiva durante su estancia, el orfeonista Xabi Arana.
El director actual, Fernando Trueba, avanzó ayer que cantarán el Kyrie, parte del Réquiem, y entre cinco o seis piezas más. "Destacaría de él su dedicación a la música, a su trabajo y su calor humano: era cariñoso y afable. La primera vez que le vi parecía que nos conocíamos de hace treinta años", apunta Trueba sobre este rumano que afincó su residencia en la calle Autonomía de Bilbao y que llegó a Bizkaia en 1990. De Euskadi solo lamentó que no se tratara a los músicos como en Rumanía donde reciben un trato superior, "como a los médicos, por ejemplo, y aquí somos unos más en la calle", manifestaba en entrevista a este periódico. Hoy le cantarán algunos de aquellos y aquellas que se enriquecieron con sus conocimientos.