Roma. Escenas del Titanic se revivieron el viernes por la noche a bordo del buque crucero Costa Concordia, con 4.229 personas bordo, que encalló en las inmediaciones de la pequeña isla de Giglio, situada en aguas de la región italiana de Toscana. Tras el suceso, al menos tres personas murieron, 67 resultaron heridas y unas 70, desaparecidas. Los fallecidos son un peruano, miembro de la tripulación, y dos turistas franceses, informan los medios italianos. Sus cuerpos se encuentran en la cámara mortuoria de Orbetello, cercana a Puerto Santo Stefano, en tierra firme, y según los primeros exámenes médicos, habrían muerto ahogados.
"Estábamos en el caos absoluto, ninguno de la tripulación sabía decirnos qué hacer, la nave comenzó a inclinarse y todos fuimos lanzados unos sobre otros, cayendo e hiriéndonos", explicaba una familia italiana que se hallaba a bordo del Costa Concordia, "Ha sido una pesadilla, parecía el Titanic, pensábamos que íbamos a morir", afirmaron los italianos Silvana Caddeo, Ignazio Deidda y Mirella Corda a los medios locales, y precisaron que cuando cenaban se produjo el golpe, que propició la caída de botellas y vasos de las mesas.
Eran las 21,40 horas, según relataron pasajeros del crucero, e inmediatamente desde los altavoces de la nave les dijeron que se había producido un problema eléctrico y que no se preocuparan. "Pero la gente gritaba y los niños lloraban, en medio de la total oscuridad. Otros viajeron contaron cómo vieron a muchas personas arrojarse a las frías aguas del Tirreno. Entre 100 y 150 personas fueron rescatadas del mar por los equipos de socorro, una de ellas ya fallecida. La evacuación se inició rápidamente, pero la inclinación que fue tomando el barco complicó el trabajo, según Costa Cruceros, la compañía del buque siniestrado. El jefe de los bomberos de la localidad vecina de Grosetto, Ennio Aquilino, agregó que el casco del barco tenía roturas en ambos lados.
A última hora de la tarde de ayer se desconocía el paradero de unas 70 personas. En el puerto de Santo Stefano, fueron registradas unas 4.179 personas de las 4.229 que iban a bordo. "Estamos haciendo búsquedas prácticamente puerta con puerta por toda la isla", explicó al prefecto de la ciudad, Giuseppe Linari. No se sabe si los desaparecidos se encuentran todavía en la isla o en el lugar del accidente.
Algunos viajeros denunciaron que las tareas de socorro fueron muy lentas, que antes de abandonar el barco pasó una hora y media y que algunos miembros de la tripulación les contaron que el capitán de la nave sabía de la gravedad de la situación "y no hizo lo que debía".
Carlos Peñacova, uno de los 177 turistas españoles que viajaba en el crucero criticó que la tripulación del barco les engañara y les dijera que no pasaba absolutamente nada cuando el barco se estaba hundiendo. En su dramática experiencia reconoció que llegó incluso a temer por su vida, sobre todo cuando veía que el bote salvavidas en el que se encontraba se estaba "llenando bastante" de agua.
El Costa Concordia, estaba efectuando un crucero por el Mediterráneo, que salió de la ciudad costera italiana de Savona (norte) con escalas previstas en Civitavecchia, Palermo, Cagliari, Palma de Mallorca y Barcelona, Marsella y regreso a Savona, según una nota de la compañía naviera.
identificaciones El cónsul Eduardo de la Iglesia confirmó que a bordo viajaban alrededor de 188 españoles, 11 de ellos tripulantes, y todos se encontraban en buen estado, según informó Irene Hdez. Velasco. Aunque fuentes del Ministerio de Exteriores no descartan que haya más españoles entre los desaparecidos, ya que aún no se ha podido identificar a todos los evacuados.
La mayoría fueron sido trasladados a Roma, a hoteles cercanos al aeropuerto para volver a sus países tras ser atendidos. El embajador de España en Italia, Alfonso Lucini, confirmó que "ningún español se encuentra ingresado en ningún hospital". Lucini, que estuvo con ellos en los hoteles, escuchó sus relatos: cuando estaban cenando, se apagó la luz y miembros de la tripulación les dijeron que estuvieran tranquilos, que se trataba de una "avería eléctrica", e incluso les invitaron a refugiarse en sus camarotes.
Cuando la nave comenzó a inclinarse y vieron a la tripulación correr por los pasillos, se percataron de que se encontraban en peligro, dice el grupo de españoles, que añade: "El capitán nos mintió". "Viví escenas del Titanic. En el momento en que se tumbó el barco, me tuve que agarrar a una barandilla por la inclinación", contó Mari Carmen Ramón, de Alicante.
Los turistas explicaron al embajador que, cuando embarcaron en el crucero, no hubo ninguna demostración para casos de emergencia, tan solo unas indicaciones en "power point". Alegaron, asimismo, que la tripulación dio muestras de "no tener ni idea de evaluación de pasajeros ni de prácticas de emergencia". Además, un grupo de nueve españoles han contado que no tienen noticias de uno de sus familiares.
Junto a los españoles viajaban en el crucero siniestrado mil pasajeros de nacionalidad italiana, otros 500 alemanes y cerca de 160 franceses.
Por su parte, la compañía Costa Crociere, propietaria del crucero Costa Concordia, aseguró que aún "no es posible definir la causa del problema ocurrido". El buque, de 300 metros de eslora, fue terminado en 2006 y tiene capacidad para 3.7980 pasajeros, de los que se ocupan 1.100 tripulantes.