SEVILLA. La Audiencia Provincial de Sevilla condenó ayer a 20 años de cárcel al autor confeso del crimen de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, y absolvió a los otros tres acusados -su hermano Francisco Javier Delgado; la novia de este, María García, y Samuel Benítez-, en una sentencia que determina que Miguel y el Cuco hicieron desaparecer el cuerpo con la ayuda de, "al menos, un tercero desconocido". En el juicio, la Fiscalía de Sevilla solicitó 52 años para Miguel Carcaño por los presuntos delitos de asesinato, dos delitos de agresión sexual y otro contra la integridad moral, y pidió ocho años de cárcel para su hermano por encubrimiento, amenazas al Cuco y contra la integridad moral y cinco para Samuel y María por los delitos de encubrimiento y contra la integridad moral.
Así, la Audiencia condena a Carcaño por un delito de asesinato, a 20 años de prisión y la prohibición de residir en la misma localidad o ciudad donde lo hagan los padres y las dos hermanas durante 30 años, así como de aproximarse a menos de 500 metros y de comunicarse con ellos.
De igual modo, condena a Carcaño a indemnizar a los padres de Marta con 140.000 euros a cada uno de ellos, a cada una de las hermanas de la víctima con 30.000 euros "por el daño moral causado" por la muerte y desaparición de la joven y no descarta que los gastos generados por las distintas búsquedas del cuerpo se puedan incluir en las costas. Asimismo, absuelve al resto de acusados de los delitos de los que fueron acusados.
La versión del cenicero Los magistrados del tribunal consideran probado que Miguel fue a las 17.30 horas del 24 de enero a recoger en su domicilio a Marta y a continuación se dirigieron a una plaza donde se encontraban, entre otros, el Cuco. En el transcurso de dicha discusión, el autor confeso del crimen cogió "de repente" un cenicero que había en una mesa y "con un movimiento rápido y brusco, con gran fuerza, golpeó" a la víctima, que cayó al suelo debajo de la mesa del ordenador, "con la cabeza y la cara ensangrentadas, falleciendo de inmediato". Tras ello, Miguel comprobó que estaba muerta con un tensiómetro, añade el fallo. En ese momento, se presentó en la vivienda el Cuco, y, "tras discutir sobre qué hacer, decidieron hacer desaparecer el cadáver", añadiendo que "entre los dos y con ayuda de al menos un tercero hicieron desaparecer el cadáver".