MADRID. El buque español de apoyo y combate Patiño, que opera en aguas del océano Índico dentro de la misión Atalanta de la Unión Europea, sufrió la pasada madrugada el ataque de un esquife pirata que concluyó con la detención de seis de sus agresores y la muerte de un séptimo que fue arrojado por la borda por sus compañeros.

Según informó el Ministerio español de Defensa en un comunicado, el ataque tuvo lugar la pasada madrugada, alrededor de las 3.30 horas, cuando el esquife abrió fuego contra el Patiño, lo que "provocó la inmediata respuesta con armamento ligero del barco español". Pese a ello, los piratas siguieron disparando contra el barco, por lo que el personal respondió con "fuego de neutralización en autodefensa", que puso en fuga al esquife. Ningún miembro de la dotación resultó herido durante el ataque.

A continuación, el helicóptero embarcado a bordo del Patiño salió en persecución del esquife, que durante la huida arrojó diverso armamento, varios bultos y una escala. Tras ordenársele por megafonía que se detuvieran y lanzar fuego de advertencia, finalmente el esquife se detuvo. Tras interceptar al grupo de asaltantes, los militares embarcaron el esquife a bordo del Patiño. Allí se comprobó que tenía impactos de bala. También se detectaron impactos en el casco y la chimenea del buque español. Según indicaron a Europa Press fuentes militares, los piratas pudieron haber confundido al buque de guerra español con un mercante, dada la oscuridad reinante en la zona a esa hora.

arrojado al agua A bordo del esquife iban seis piratas, de los que cinco se encontraban heridos, que fueron embarcados en el Patiño. En sus primeras declaraciones, los detenidos manifestaron que otro compañero resultó muerto en el incidente y fue arrojado por ellos mismos al mar. Los heridos fueron tratados en las instalaciones sanitarias del buque Patiño. De los tres piratas trasladados al hospital, dos presentaban heridas en las piernas y el tercero una "brecha" en la cabeza. El más grave es uno de los que presentaba lesiones en una pierna, por la que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

Según indica Defensa, tan pronto como se reciban las notificaciones pertinentes, se actuará de acuerdo con el procedimiento establecido con la Audiencia Nacional. En caso de que se declare competente, los piratas deberían ser trasladados a Madrid, como ocurrió con los dos detenidos tras el secuestro del Alakrana, Cabdiweli Cabdullahi, alias Abdu Willy, y Raageggesey Hassan Aji, condenados a 403 años de cárcel por delitos de detención ilegal, robo con violencia y asociación ilícita.

La UE ha alcanzado acuerdos con países de la zona para que encarcelen y juzguen a los piratas que se interceptan en el Índico. Sin embargo, es requisito indispensable para que sean aceptados que hayan sido detenidos en comisión de un delito o que un barco que haya sufrido un ataque presente una denuncia. Hasta ahora, en muchas ocasiones no ha habido denuncia, con lo que cuando se da el alto a esquifes y embarcaciones con piratas, sus ocupantes tienen que ser dejados en libertad. Para ello, los militares arrojan al mar la carga que llevan y son acercados hasta la costa.

Los ataques de los piratas son una constante en el océano Índico y pese a que los atuneros disponen ahora de seguridad privada a bordo, los arrantzales vascos que trabajan allí aseguran que "la tensión es tremenda a bordo", tal y como confesó el miércoles en Jaén Gaizka Iturbe, uno de los secuestrados en el Alakrana.