Burgos. La central nuclear de Garoña (Burgos) cumplirá las recomendaciones de mejora que se han deducido de las recientes pruebas de resistencia pese a la orden de cierre en 2013 que sigue pesando sobre la instalación, informó ayer el portavoz de Nuclenor, la empresa propietaria, Antonio Cornadó, quien consideró que la intención de prorrogar la vida de Garoña hasta 2019 es "coherente" con lo que el PP ha mantenido durante la pasada campaña electoral.
Sin embargo, afirmó que desde un punto de vista "realista y prudente" hay que reconocer que sigue vigente una orden ministerial que fija el cierre de la instalación en 2013 y esto "condiciona todas las actuaciones de la central". Cornadó insistió en que, tras las pruebas de resistencia, ha quedado claro que Garoña "está en las mismas condiciones que el resto de centrales y que es capaz de afrontar situaciones extremas con unos márgenes de seguridad amplios".
Sin embargo, como consecuencia de esas pruebas se han identificado posibilidades de mejora que implementará, para seguir operando con las mismas garantías. En este sentido, Cornadó explicó que las mejoras se implantarán para que la central siga funcionando en las mejores condiciones, tanto en temas operativos y de equipos como de formación profesional y el resto de cuestiones, porque la prioridad es que al central siga operando en condiciones óptimas. Cornadó aseguró que ya ha empezado a adaptar su calendario de mejoras y que, a la espera de la instrucción que dicte el consejo, ya está en proceso de implantación de algunas y tiene otras en periodo de estudio.
Por último, desde el colectivo ecologista Eguzki pidieron ayer al ministro de Industria, José Manuel Soria, que no utilice los problemas económicos como excusa y mantenga los planes de desmantelamiento. "Alargar la vida de esta central nuclear no beneficia a la ciudadanía, sino a la industria y responde a intereses corporativos frente a la salud y la seguridad".