Bilbao. En noviembre, el presidente de Euskaltzaindia afirmaba en una entrevista en DEIA: "El EGA no es café para todos". Andrés Urrutia hacía alusión al plan del Departamento de Educación para que el alumnado euskaldun no tenga que examinarse de los perfiles lingüísticos requeridos en las OPE. En aquella conversación, Urrutia saludaba que el Gobierno socialista retomara el proyecto impulsado por el tripartito, que perseguía romper la injusticia sobre quienes, habiendo estudiado en euskera deben examinarse para lograr un certificado de aptitud lingüística, es decir, un título de euskera. "La cuestión es saber qué título se da, a qué alumno y de qué forma". Pues bien, esas preguntas ya tienen respuesta. Pero la solución café para todos propuesta por Educación ha quebrado el consenso político que la iniciativa logró inicialmente en el Parlamento vasco. EA y Aralar se oponen, y el PNV concede su apoyo condicionado a conocer los detalles y que el decreto cuente con "los informes preceptivos y todas las garantías".

Según la filtración a un medio de tirada estatal, el borrador del futuro decreto establece como único requisito para acogerse a las exenciones de acreditar el nivel de euskera, haber cursado en esta lengua "más del 50% del currículum". Por tanto, todo el alumnado del modelo D y casi todos los estudiantes de modelo B podrán beneficiarse de ciertas exenciones.

En concreto, al finalizar la ESO y FP, el Gobierno vasco reconocerá el nivel B1 del Marco Común Europeo de las Lenguas, equivalente al PL1 de Administración. Para lograr los certificados deberán tener aprobadas, además, Lengua Vasca y Literatura los cuatro cursos del ciclo. Al final del Bachillerato se reconocerá el B2 (igual al PL1 de Educación y el PL2 en Administración).

En el caso de la Universidad, el anteproyecto establece siete vías para acreditar el C2 y el C1 (equivalente al EGA). Las exenciones tendrán carácter retroactivo. Educación ha fijado el 16 de abril de 2008 como día cero, desde el cual todos aquellos que cumplan con las anteriores condiciones podrán beneficiarse de este proceso, bien para no examinarse de euskera en las OPE o para hacer valer su nivel en las escuelas de idiomas y euskaltegis, en caso de querer acceder a un nivel superior.

Tras conocer la letra pequeña del esperado plan por la prensa, los partidos de la oposición han abandonado su apoyo inicial al proyecto. El parlamentario de Aralar, Mikel Basabe cree que la medida que quiere adoptar la consejera de Educación "parece sensata, siempre que se circunscriba al modelo D". "Es inaceptable que las y los alumnos que cursen sus estudios en un modelo que no garantiza el conocimiento de las dos lenguas oficiales queden exentos de las pruebas de perfil lingüístico". En este mismo sentido se manifestó ayer el parlamentario de EA, Juanjo Agirrezabala. "En nuestra etapa en Educación se publicaron evaluaciones en las que se veía que se garantizaban buenos niveles de euskera con el 60% de horas de exposición al euskera. ¿Por qué rebajarlo al 50%?". "Extender de forma generalizada las exenciones a un modelo como el B que no alcanza los niveles de euskera adecuados no me parece ni lo más correcto, ni lo más riguroso por parte de la señora Celaá". Así explica: "No hay una foto única del modelo B, hay centros que se asemejan al modelo A, y muchas ikastolas de modelo B -por ejemplo de Gipuzkoa- en las que la exposición al euskera está muy cerca del modelo D. Por tanto, no nos negamos a que se reconozca el nivel a aquellas personas que han demostrado que lo tienen". Por su parte, la parlamentaria del PNV, Arantza Aurrekoetxea considera que "puede ser una iniciativa positiva, pero esperamos que culmine como es debido, con todas las garantías".