N. Lauzirika

bilbao. La gente está muy nerviosa, porque no logra hablar con su familia y las comunicaciones telefónicas resultan muy difíciles; el susto ha sido tremendo", decía, al poco tiempo de producirse el terremoto Ana Espadas, residente en la localidad murciana de Álamo, a 40 kilómetros de Lorca,

Cuando se produjeron los dos seísmo, Ana, de 23 años, se encontraba en su lugar de trabajo, una empresa situada en La Olla, una pedanía de Lorca. "En el primero casi no nos hemos enterado; el segundo ha sido un disparate. Las cajas que teníamos apiladas en el suelo se movían. He tirado el teléfono que estaba entre mis manos y he salido corriendo. He sentido un pánico tremendo; han sido los 10 segundos más terroríficos y más largos que he vivido", relata.

"La incertidumbre era total. No sabíamos lo que estaba pasando y en la empresa nos han mandado a casa. En el camino hemos visto muchas ambulancias de un sitio para otro. Mis compañeros estaban muy preocupados intentando saber cómo estaban los suyos en Lorca. La mujer de un compañero nos ha comentado que ha visto como se derrumbaba el campanario y otros nos decían, en directo, que uno de los Mercadonas se estaba haciendo añicos", añade Ana.

María Cerón, trabajadora de una clínica en Álamo, se encontraba con el médico en el momento del segundo seísmo . "Yo veía cómo se movía la cartera que llevaba, pero él ni se inmutaba. En todo momento he sido consciente de lo que estaba ocurriendo", explica en conversación telefónica. "Nos hemos enterado de la magnitud del suceso cuando ha llegado un paciente al centro, muy asustado y nervioso, diciendo que quería hablar con su mujer, que estaba en Lorca y que se había producido un seísmo con heridos", narra, ya más tranquila, desde su casa.

María asegura estar acostumbrada a los movimientos y los temblores que, de vez en cuando, recorren Murcia, "pero piensas que el terremoto nunca te va a pasar a ti; crees que sucederá lejos. Cuando llega no te lo crees. Hace unos días una amiga me comentó que había leído un artículo en un periódico en el que alertaba de la llegada de un terremoto. Cuando he notado movimiento, me he acordado de ella y he temido lo peor ", apunta.

Al doctor José Vicente el terremoto le cogió fuera de Murcia. Estaba de camino a Madrid. "Me han dicho que el espectáculo era dantesco", comentaba con preocupación. Ante las noticias que le llegaban sobre el hospital lorquiano, que había sido desalojado por grietas en el edificio.

A Irene López, de 36 años, el seísmo le pilló en su casa en Murcia. "La verdad es que casi no me he enterado", reconoce. Tampoco fue consciente de lo que sucedía el durangués Iñaki Alonso, entrenador del Murcia. "Estábamos en el campo de fútbol y no hemos notado nada. Eso sí, las personas que estaban en las gradas dicen que el campo se movió", asegura Alonso.

"en un momentico" El navarro Montxo Serna, de 25 años, es estudiante de Fisioterapia en la Universidad Católica San Antonio de Murcia, y reside en la localidad de La Ñora, a 70 kilómetros de Lorca. Serna se encontraba en la cama cuando la tierra tembló. "Me he venido de la universidad porque me encontraba mal y me ha dado un vuelco", dice.

"Me he empezado a mover, me he caído de la cama en dos o tres golpes fuertes. Eso es lo que se ha sentido aquí, en La Ñora, y me he levantado", explica. La Ñora es una localidad cercana a Murcia "es algo así como Huarte a Pamplona".

"Me he levantado sin más, porque ya había vivido otro terremoto en Caravaca hace unos años (en 2008). Aquel fue en Cartagena, en el mar. Me he quedado un poco extrañado, pero no he oído gritos ni nada. He pensado que era un temblorcillo y ya está, pero se ve que en Lorca ha sido gordo", relata, en alusión a las víctimas mortales.

Sin embargo, en la localidad murciana donde reside el navarro los ánimos estaban calmados. "No se ha oído nada, ningún grito. He salido a la ventana, pero no había nadie, igual aquí la gente no se ha enterado". "Ha sido el momentico. Se me han caído algunas cosas de la habitación, me ha tirado de la cama como quien dice, pero han sido tres golpes y se ha oído el temblor de algunas cosas, como bolígrafos".