Bilbao
EL Gran Hermano que reflejó George Orwell en su inquietante novela 1984 en la que se vigilaba a todos, tiene hoy en día elementos tecnológicos para poder hacerlo. Uno de ellos son los aparatos aeronáuticos no tripulados dotados de cámaras de alta sensibilidad capaces de seguir desde el cielo cualquier objetivo terrestre. En este caso, la compañía vasca Iberdrola en colaboración con el centro tecnológico de la Universidad de Deusto, DeustoTech, están desarrollando un proyecto para utilizar esta tecnología para fines más inocuos y positivos como es la supervisión de las líneas eléctricas de alta y media tensión.
El espía aéreo, un helicóptero no tripulado a escala, realizó ayer sus primeras pruebas públicas en el alavés Valle de Aiara, en el núcleo de Menagarai, y no defraudó las expectativas de los responsables del proyecto de investigación. El programa de I+D+i se inició en 2007 y la entrada en operatividad, si todo sigue los plazos previstos, se espera para 2013. La tecnología vasca, aplicada a través de unos vehículos perfeccionados en Israel y Estados Unidos, permitirá controlar desde el aire con mayor rapidez y menores riesgos humanos, los casi 100.000 kilómetros de líneas eléctricas que opera Iberdrola.
El sistema cuenta con un helicóptero Alpha Sniper UAV de 1,6 metros de longitud y cerca de 2 metros de diámetro de rotor, capaz de volar durante dos horas a una velocidad máxima ligeramente superior a los 100 kilómetros por hora, con un motor de gasolina de 110 centímetros cúbicos y con un techo de 3.000 metros de altura.
Pero la maravilla no es la aeronave, y ni siquiera el complejo y completo software que permite despegar y aterrizar en vertical, volar siguiendo una ruta programada (todo ello de forma totalmente automática) y transmitir on line los datos que capturan sus cámaras giroestabilizadas combinadas, una de televisión que transmite imágenes normales con una óptica de 10 aumentos y otra infrarroja, que capta las diferencias térmicas y los puntos de calor.
La maravilla es el sistema de visión artificial totalmente automatizado que permitirá realizar la inspección y el mantenimiento preventivo de las líneas eléctricas aéreas a través del citado UAV (Vehículo Aéreo no Tripulado).
El sistema de visión artificial detecta automáticamente las anomalías consideradas graves como son una reducción de la distancia mínima de los cables con respecto a edificaciones, árboles y superficie, así como los puntos calientes en las líneas que avisan de posibles averías. Hasta ahora esto se realizaba por inspección manual de personal especializado o mediante la captación de imágenes en vídeo por helicópteros tripulados que posteriormente eran analizadas por los técnicos.
La aeronave -con un total de 30 kilos de peso- puede volar de día y de noche, controlada por GPS con su autopiloto, soportando vientos laterales de hasta 40 nudos, tomar las imágenes y transmitirlas on line al sistema desarrollado en Deusto. El helicóptero también puede ser volado de forma manual por un operador desde tierra con mandos de joystick. Los 250.000 euros del equipo se amortizan más rápido que las horas de vuelo de helicópteros tripulados.
El espionaje desde el aire es una realidad con este sistema, que todavía puede ser más sigiloso, si el helicóptero en vez estar propulsado por gasolina se equipa con un motor eléctrico, mucho más silencioso.