Bilbao. A Begoña Azpillaga Uribarrena la muerte la sorprendió ayer rodeada de los suyos. Junto a ella, se encontraban su marido, Jon Ortuzar, director del Palacio Euskalduna, y sus hijas, Leire y Begoña. Hace un año, cuando Begoña se encontraba en lo mejor de su vida, le detectaron una grave enfermedad, que no ha conseguido superar, a pesar de que la enfrentó con una gran valentía y coraje. No pudo ser. Ayer fallecía en el hospital de Basurto.
Begoña Azpillaga nació en Durañona (Bizkaia), aunque se crió en Venezuela hasta los diez años. Cuando regresó, estudió en el colegio de las Esclavas de Gasteiz, y se formó como profesora mercantil. Pero esta mujer, de fuerte carácter y personalidad, tenía además grandes inquietudes. Después de casarse y tener a sus dos hijas, decidió estudiar la carrera que siempre deseó, Bellas Artes. Begoña amaba la pintura y llegó a realizar varias exposiciones aunque después optó por la responsabilidad comercial de empresa.
Era una mujer inteligente, elegante, culta, con muchas aptitudes pero sobre todo ha sido la compañera y el apoyo fundamental para Jon Ortuzar. Desde aquí, los compañeros y compañeras de DEIA queremos mostrar nuestro más sincero pésame a Jon Ortuzar, una persona muy querida y cercana a este periódico.