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La habitación del pánico

Defensa quiere crear salas blindadas para meter a la tripulación en caso de ataque

La habitación del pánicofoto: eunavfor

NADA es infalible. Ni siquiera una horda de profesionales de la seguridad pertrechados con armamento militar. Hasta eso puede fallar. Por eso, el ministerio de Defensa quiere dotar de un plan B a los buques atuneros que faenan en el Índico. Ayer, la titular de esta cartera, Carme Chacón y los atuneros y armadores de buques que faenan en el Índico, estudiaron una sugerencia que parte del Ejecutivo central y que se basa en la posibilidad de adecuar en cada buque una sala o habitáculo blindado que pueda quedar completamente aislado en el caso de que fallara la seguridad y un grupo de piratas lograra hacerse con el barco. Toda una habitación del pánico en la que se metería la tripulación y desde donde podrían ponerse en contacto con los buques militares de la operación Atalanta que tendrían tiempo a intervenir antes de que se consumara el secuestro

"De los 16 buques que hay ahora secuestrados, ninguno de ellos llevaba seguridad privada y ninguno tenía la posibilidad de aislar una cámara ante la subida a bordo de piratas", explicó Chacón. "Nosotros quisiéramos sumar una medida más de autoprotección, si ésta fuera posible", añadió.

Pero cuando en la rueda de prensa una periodista le preguntó a la ministra si el Gobierno barajaba la posibilidad de ayudar económicamente a los armadores para instalar estas salas, Chacón no fue clara en su respuesta, limitándose a explicar que los propios armadores están llevando a cabo un proyecto piloto en un atunero para analizar y estudiar la medida. De este modo, trasladarían las conclusiones de la prueba al resto de asociaciones que están faenando en el Índico, algo que la ministra valoró "muy positivamente" .

Juan Pablo Rodríguez, gerente de Anabac, explicó posteriormente que, efectivamente, se estaba llevando a cabo esa prueba piloto, y se mostró poco convencido ante la puesta en marcha de este proyecto. "Esas son soluciones que no son excesivamente viables...", explicó. No obstante, no despreció la idea. "Cualquier mejora que se pueda producir en la seguridad de los barcos será bienvenida", subrayó.

Seguridad privada, cámaras blindadas a cal y canto, buques militares desplegados por toda la costa... El reto es mantener a salvo a cientos de personas que viven de la pesca y que arriesgan incluso su vida mar adentro. La amenaza pirata sigue estando ahí.