La que estaba llamada a ser la tarde más alegre de las fiestas de Tafalla se convirtió, en pocos segundos, en una auténtica pesadilla para las varias decenas de personas que contemplaban las piruetas de los recortadores desde el animado tendido de sol de la plaza de toros que hay en esta localidad navarra. Un astado, de imponente porte y temible cornamenta, abandonó la arena en un ágil salto que terminó en las gradas donde causó el terror y el pánico de los asistentes a este espectáculo taurino.

Sus correrías por la caliente piedra del graderío enfriaron los entusiastas gritos del público. De hecho, varias personas tuvieron que ser trasladadas por las heridas que sufrieron cuando trataban de huir de los afilados pitones del morlaco. Algunos pudieron esquivar con más suerte que arte la irracional embestida del animal pero para otros, como un vecino de Oiartzun de 47 años que recibió una puntada en la espalda, fue necesario recibir atención médica especializada.

Otras diez personas fueron evacuadas al complejo hospitalario de Navarra, en Iruñea, entre ellas otro joven de unos 24 años y un menor de diez con policontusiones que quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Virgen de Camino. Asimismo, una veintena de ciudadanos recibieron los primeros cuidados en el centro de salud de Tafalla con contusiones y ataques de ansiedad, principalmente; y dieciocho personas más fueron curadas en la enfermería que existe en la plaza.

Desde la Agencia Navarra de Emergencias se movilizaron cuatro ambulancias, además de las dos de la Cruz Roja que estaban cubriendo el evento en el coso taurino. El suceso se produjo a las 18.45 horas, minutos antes de que el festejo finalizara, cuando el furioso novillo, que ya había buscado en dos ocasiones anteriores el calor del público en la grada, mostró su querencia por el tendido. Se trataba del segundo novillo de la ganadería raguesa de Ana Corera, perteneciente a la vacada Macua y marcado con el número 102.

Algunas personas pudieron reducir al toro, que saltó al tendido cuando lo intentaban devolver a los corrales "porque no reunía las condiciones para el concurso de recortadores". De hecho, tenía destrozado su pitón derecho. Finalmente, a los quince minutos, un grupo de unas veinte personas consiguió agarrar al animal y amarrarlo con una soga para poder apuntillarlo. En un primer momento se pensó en acabar con la vida del novillo de un disparo, pero ante la cercanía de las personas que había en la zona se desechó esta opción.