Bilbao. Adelaida Echevarría participa esta tarde, junto a otros destacados expertos en neonatología, en la jornada que, sobre prematuridad, se desarrolla en el salón de Actos del Colegio Mayor Olarain de Donostia, organizada por la Asociación de prematuros vascos, Aprevas.
En los últimos años se ha registrado un aumento de recién nacidos prematuros. ¿Cuál es el reto al que se enfrentan los profesionales?
Médicos, enfermeras, psicólogos, terapeutas, logopedas... nos enfrentamos a diario al reto de mejorar la supervivencia de los niños y niñas que nacen prematuros y los cuidados de estos bebés y sus familias durante su estancia en el hospital, así como su desarrollo posterior. Es fundamental avanzar en la aplicación de los cuidados centrados en el desarrollo del niño prematuro e implementar el mayor número de medidas dirigidas a disminuir el estrés del prematuro.
¿Qué papel juega la familia?
Fundamental. Lo primero que estresa a los niños en la incubadora es perder el contacto con su madre. Por eso intentamos avanzar a través del Proyecto Hera en un sistema de atención por el que los padres y madres se conviertan en los principales protagonistas de los cuidados para los bebés prematuros.
¿Qué es el Proyecto Hera? ¿Cuándo surgió?
En línea con la aplicación de los Cuidados Centrados en el Desarrollo (CCD) en España, en 2008 nació el Proyecto Hera, avalado por la compañía Abbot, para involucrar a los distintos agentes implicados en el manejo del prematuro. El único fin es el de contribuir a que el desarrollo del bebé que ha nacido antes de tiempo sea igual o lo más parecido posible al desarrollo del bebé a término.
¿Estos cuidados están implantados en todas las Unidades Neonatales del Estado?
En los últimos tiempos se han realizado importantes esfuerzos por parte de los profesionales para poder iniciar este tipo de cuidados, pero hay muchos hospitales del Estado que no disponen de este sistema de atención. Sin embargo, en muchos de ellos son todavía reacios a implantarlos. Los CCD se realizan de una forma más o menos rutinaria en muchos países europeos desde hace bastantes años, pero aquí todavía no. A pesar de todo, tras un año de trabajo, Hera cuenta con más de 50 hospitales españoles implicados en el proyecto. Pero no es un sistema generalizado, a pesar de los beneficios constatados.
La familia cuando nace un bebé antes de tiempo está desorientada. ¿La intervención temprana va dirigida también a ella?
Sí. Los padres y las madres sufren la incertidumbre lógica ante el desarrollo de sus bebés. No es para menos porque el 10% de estos niños tendrán una discapacidad y entre el 20 y el 30% alteraciones en el desarrollo. Con la intervención temprana e integral se trata de prevenir -se consigue en un porcentaje elevadísimo de casos- que a futuro esas alteraciones persistan. De hecho con estos cuidados iniciales y constantes se logra una máxima autonomía del pequeño. Haciendo una planificación conjunta entre todos los implicados en el cuidado de los prematuros, los resultados suelen ser excelentes si se realizan desde el principio del nacimiento.
Tras 30 años de la atención temprana. ¿Hay un criterio único sobre quién asume estos cuidados al abandonar el hospital?
No. Depende de las Comunidades Autónomas. En algunas se hace cargo Bienestar Social, en otras Sanidad. El servicio está muy disperso, a pesar de que es clave. Lo es porque hablamos de prevenir las futuras alteraciones que pueden sufrir los bebés prematuros. Si intervenimos de forma temprana podemos evitarlas en un porcentaje elevado. Se puede hacer con unas pautas sencillas relacionadas con la alimentación, el sueño, el control de los esfínteres, el lenguaje...
¿Los profesionales sanitarios están concienciados de la necesidad de los CCD y la atención temprana?
Sí. Cada vez hay más profesionales que apuestan porque las Unidades de Neonatología estén abiertas. Está demostrado que el contacto máximo de los bebés con sus madres y padres, el piel a piel, beneficia su desarrollo. Es cierto que hay que cambiar las rutinas de trabajo, pero los resultados son visibles y alentadores.