La campaña ha llegado al final. Usted, que lleva unas cuántas a sus espaldas, ¿ha sido tan diferente como se dice?
—Es verdad que ha sido atípica y ha costado entrar. Pero creo que, el final, hemos conseguido que nuestro mensaje llegue. Hemos explicado nuestras propuestas y la importancia de que todo el mundo vaya a votar. Está en juego lo que hemos construido durante décadas y nuestro futuro. Los experimentos nos pueden salir muy caros.
¿Qué cree que va a ocurrir el domingo?
—Espero que el electorado vuelva a confiar en el PNV. Ha costado mucho levantar este país, que se encuentre entre los más avanzados de Europa, tanto económicamente como socialmente. Y eso lo hemos hecho entre todas y todos con el liderazgo del PNV. Sabemos que hay cosas que se deben mejorar. Y las vamos a mejorar. La gente tiene que ser crítica, tiene que ser exigente, pero espero que confíe en el PNV porque es el único partido cuya trayectoria garantiza que sigamos avanzando.
La agenda social ha acaparado la campaña por completo y sólo al final se ha hablado de la violencia. ¿Es ya una pantalla superada?
—ETA ya no existe y, evidentemente, es una buena noticia. Pero la Euskadi del futuro tiene que estar blindada ante la tentación del recurso a la violencia. No podemos repetir los errores del pasado. Y eso exige una reflexión sincera sobre lo que hemos vivido en este país durante décadas. Esa reflexión es obligada y sigue pendiente para algunos.
Se habla de malestar social en ámbitos como la salud o la seguridad, sin embargo, en las encuestas, la gente aprueba la gestión del Gobierno vasco. Parece una contradicción
—Así es. Pienso que se ha creado un caldo de cultivo para generar malestar en la ciudadanía. La pandemia y la guerra de Ucrania nos han afectado. Es indudable. Pero hay quien ha querido valerse de esa situación para intentar trasladar una imagen catastrófica del país, para hacer creer que los servicios públicos se están desmantelando. Y eso en euskera tiene un nombre: “etxekalte”.
¿Comparte el diagnostico que se hace desde la oposición sobre el estado de Osakidetza?
—Creo que la pandemia ha tensionado el sistema y que el problema europeo de falta de médicos también nos afecta. Pero seguimos teniendo un sistema de salud muy bueno. Estamos a la cabeza del Estado. Fue un gobierno del PNV el que creó Osakidetza, un sistema de salud público y universal, y somos los primeros interesados en que siga siendo un servicio modélico. Tenemos capacidad e iniciativas para lograrlo.
En Gipuzkoa, el PNV propone diversas actuaciones en materia de salud, una de las principales preocupaciones de la ciudadanía
—Abriremos el nuevo Hospital de Tolosa, ampliaremos los de Donostia, Zumarraga y Arrasate y modernizaremos o crearemos nuevas infraestructuras de atención primaria en Irún y Donostia. Además, construiremos el nuevo centro de protonterapia contra el cáncer en Donostia. Proponemos un gran acuerdo para sacar a Osakidetza de las disputas partidistas; revisar el mapa de los PAC junto a las y los profesionales; garantizar la atención primaria en el ambulatorio en menos de 48 horas y reducir las listas de espera por debajo de los 50 días.
¿Ha llegado la hora de reformar el estatuto de Gernika?
—Euskadi necesita crecer política e institucionalmente y eso exige una nueva relación política con el Estado. Hay que abordar el debate sobre el modelo territorial para que se reconozca el carácter plurinacional del Estado y el derecho a decidir de las realidades nacionales reconocidas. Eso es, precisamente, lo que incluyó el PNV en el acuerdo para la investidura de Sánchez: “negociar y aprobar, tanto en Euskadi como con el Estado, el autogobierno futuro” y que ese acuerdo “responda a las demandas mayoritarias del Parlamento de Euskadi, que representa legítimamente al pueblo vasco”.
A tenor de todas las encuestas, estas elecciones ponen en liza dos modelos, el del PNV y el de EH Bildu. ¿En qué se diferencian?
—El modelo del PNV es conocido y fiable, cuenta con el aval de nuestra trayectoria. Hemos acertado en las decisiones estratégicas que este pueblo ha tomado y siempre lo hemos hecho respetando la voluntad de las vascas y los vascos. EH Bildu oculta su modelo y su trayectoria porque están marcados por la imposición. Nosotros explicamos nuestras iniciativas con detalle porque creemos en ellas. EH Bildu oculta las suyas. Y las pocas que ha presentado las ha tenido que rectificar porque evidencian que la imposición y el control siguen en su ADN.
En Gipuzkoa ya se conoce el modelo de EH Bildu. ¿Cómo se lo explicaría a alaveses y vizcainos?
—Con dos palabras: “imposición” y “control”.
¿“Dónde ha estado la izquierda abertzale mientras institucionalizábamos y construíamos este pueblo?” se preguntaba Egibar este fin de semana. ¿Hay riesgo de olvidar el pasado?
—Hay a quien le gustaría que así fuera. Les gustaría ganar las elecciones para poder enterrar su pasado. Pero, sinceramente, creo que es imposible. Se puede intentar camuflar pero, por mucho que se pretenda esconder, si no se afronta y se califica, el pasado se convierte en una mochila que siempre se arrastra.
¿Hay que dar por hecho el pacto PNV-PSE?
—Habrá que esperar a los resultados para poder hablar de pactos. Después tocará contrastar programas, agendas, acuerdos de país… En definitiva, analizar el para qué de los pactos.
¿Creen que si dieran los números podría darse un acuerdo entre EH Bildu y PSE?
—Creo que la decisión la va a tomar Pedro Sánchez. Y la experiencia nos dice que con Pedro Sánchez todo es posible.
Convenza a un indeciso con las tres medidas más importantes que propone el PNV en su programa.
—Las medidas serían distintas según la persona y su situación. A todas ellas les recordaría que el bienestar presente no garantiza el bienestar futuro. Y les pediría que se pregunten quién es el partido que mejor puede garantizar que Euskadi siga avanzando, quién quieren que gobierne. Si la respuesta es PNV, les diría que el domingo vayan a votar al PNV, porque el lunes no hay vuelta atrás.
¿Qué opina de la propuesta de Otxandiano: “Acuerdos entre diferentes y sin exclusiones para construir Euskadi”?
—Que la historia no empieza hoy con EH Bildu. Todos tenemos una trayectoria y si alguien ha sido y es capaz de llegar a acuerdos en este país es el PNV. Y la izquierda abertzale ha dicho “no” a todo, ha puesto obstáculos a todo. El tiempo dirá si hay voluntad real de llegar a acuerdos o si es simplemente estrategia electoral para intentar camuflar su trayectoria y su verdadera esencia.
Estos días ha estado muy cerca del candidato a lehendakari Imanol Pradales. ¿Qué destacaría de él?
—Su capacidad de trabajo y de análisis estratégico, su preparación, su sencillez y su sentimiento de pertenencia a este pueblo. Cree en este pueblo, lo ama y lo respeta. Y, por eso, se siente profundamente comprometido con su futuro. Estoy convencida de que, con el apoyo de las vascas y los vascos, va a ser un gran lehendakari.