Se suponía que la batalla electoral del 28-M iba a ser a cara de perro en Gernika-Lumo. Los antecedentes así lo apuntaban. Gorroño –ex de EA, ex de Bildu y exaliado de los jeltzales, que rompe con el PNV y monta su propio partido– podría revolucionar el tablero político local. Y así ha sido. La localidad foral, cabecera de Busturialdea, queda en vilo, al albur de los pactos que se puedan dar desde la fecha de hoy. En un principio, es EH Bildu quien llevaría la voz cantante en esas negociaciones –obtuvo el 33,4% por ciento de los votos escrutados y seis ediles–, mientras que el Guztiontzako Herria, la nueva marca de Gorroño –alcalde de la localidad durante 16 años–, obtiene la segunda posición –30,9% votos y otros tantos concejales–. El PNV queda relegado a la tercera posición, con un 29,44% de los sufragios y cinco representantes. Fuera quedaría el PSE, que pese a sus esfuerzos no conseguiría entrar en el Consistorio. Nueve son los escaños que habría que conseguir para edificar una mayoría absoluta.

Por lo tanto, todas las posibilidades están abiertas en una localidad foral que a futuro podría ver cómo comienza a hacerse realidad un proyecto como el Guggenheim Urdaibai. Y quien lleve la batuta del gobierno municipal tendrá mucho que decir en esta cuestión. Asimismo, cabe resaltar que habrá que ver cómo se resuelven algunos proyectos que han sido relegados durante largos años como la biblioteca, la reforma del mercado municipal o la reconversión de la zona de Astra.

En cuanto al escenario en Bermeo, el PNV liderado por Aritz Abaroa mantiene su posición de cabecera. Sin embargo, la alegría inicial de los jeltzales –que lograron 800 votos menos que hace cuatro años, perdiendo un concejal por el camino– se puede tornar en decepción si EH Bildu –cinco ediles– y la plataforma Guzan –que sube a cuatro– unen sus votos para una hipotética investidura de Asier Larrauri, candidato a alcalde de la coalición soberanista. En todo caso, son meras cavilaciones que deberán de refrendarse con el paso de los días. Otro tanto a lo que sucede en la localidad foral pasa en la villa marinera, donde las maniobras de poder para la gobernabilidad se antojan fundamentales.

En el resto de las localidades de Busturialdea, las cosas siguen como estaban, salvo en Mundaka. La irrupción de la plataforma del exalcalde Mikel Bilbao –Herritar Alternatiba, dos representantes– podría desplazar al PNV –ganador de la cita con la urnas, aunque pierde dos representantes– y dar así el poder a EH Bildu, con tres miembros. Se daría fin de esta forma a una hegemonía que arrancó con la democracia. Por el contrario, el PNV consigue mantener sus posiciones en Gautegiz Arteaga, Busturia, Forua, Arratzu, Kortezubi o Mendata, donde se muestra sólido; mientras que EH Bildu hace lo propio en Elantxobe, Muxika o Ea.